MADRID, 5 Jul. (CHANCE/NOEMÍ LÓPEZ) -
Roberto Enríquez lleva más de una década triunfando en televisión y ahora lo hace convertido en un funcionario de prisiones. Es uno de los protagonistas de Vis a Vis, el thriller carcelario de Antena 3 que se ha convertido en todo un éxito.
El actor acaba de terminar el rodaje de la primera temporada y se prepara para disfrutar de sus primeras vacaciones desde hace dos años. Unas vacaciones en las que espera relajarse y disfrutar de sus hijos, los mellizos Martina y Manuel, de casi tres años y nacidos de un vientre de alquiler en la India.
CHANCE: ¿Cómo acabará la temporada?
ROBERTO ENRÍQUEZ: No puedo destripar la trama. La serie entra en otro estilo y va a pasar de todo, pero no puedo destripar nada.
CH: ¿Cómo le ha cambiado a Fabio la presencia de Macarena?
RE: Lo ha removido por dentro porque se ha enamorado hasta las trancas. Ha pasado por un montón de contradicciones y no sabe qué hacer. No sabe por qué se ha metido en ese berenjenal. Una relación con una reclusa es algo complicado y más para él que duda mucho.
CH: ¿La acabará creyendo?
RE: Hay un momento que la va a creer y pasa una cosa en la serie que sé que todo el público me estará aplaudiendo. Hay un momento en el que hace click. Nuestra historia avanza (ríe). Es una relación que pasa por muchas vicisitudes, finalmente se le cae a Fabio la venda de los ojos y puede ver a Macarena tal y como es.
CH: ¿Cómo ha sido rodar las últimas escenas de la temporada?
RE: Ha sido muy emocionante, la última etapa ha sido algo dura porque hemos ido con la emisión muy pegada. Estamos haciendo horas y está siendo muy cansado para todo el equipo. Ayer rodé un momento impresionante del último capítulo y fue muy emotivo, muy bonito. Hay gente a la que se le escapan las lágrimas pero en octubre o noviembre volvemos. Está siendo muy emotivo, estamos todos muy entusiasmados con lo que estamos haciendo y cada día es una fiesta.
CH: ¿Cómo vives el éxito que está teniendo la serie?
RE: Es maravilloso. Por parte de todo el público la respuesta está siendo maravillosa. Hay mucha gente que me dice que no ve ficción española pero que a esta serie se ha enganchado, esto me parece curioso. La gente está muy enganchada, gente de la profesión también. Estamos muy contentos.
CH: ¿Tenías ganas de vacaciones?
RE: Por un lado no porque lo estoy disfrutando tanto que desearía que no se acabase nunca, pero por otro lado hace dos años que no tengo vacaciones y estoy con ganas de tirarme en el sofá y no hacer nada.
CH: ¿Qué planes tienes para las vacaciones?
RE: Me declaro en huelga y a viajar. Disfrutar de la familia y de amigos, de muchas cosas que tengo aparcadas para cuando tenga tiempo.
CH: ¿Con qué sueles desconectar?
RE: Con cosas muy básicas. Tengo ganas de levantarme por la mañana y no tener nada que hacer. Desconecto corriendo. Disfruto con mis hijos, con mis amigos, viendo cine o leyendo.
CH: ¿Te es fácil compaginar el rodaje con tu faceta de padre?
RE: Es difícil, si tienes familia y tienes estos horarios es complicado, pero tengo la misma dificultad que todo el mundo que trabaja y tiene niños.
CH: ¿Vais a estar muy enganchados los unos a los otros en vacaciones?
RE: Tenemos un chat de los actores. Somos pesadísimos, te despistas cinco minutos y ya tienes cien mensajes. Estaremos conectados, estamos haciendo algo que nos apasiona mucho y cada día lo sentimos. Hay una energía muy fuerte.
CH: ¿Soléis quedar para ver los capítulos?
RE: Sí, quedaba con los demás para ver los capítulos porque hasta hace una semana no tenía televisión. Soy un personaje del siglo XVIII, he puesto una televisión por los niños que ven Clan TV y era una tragedia no verlo.
CH: ¿Te han visto tus hijos en esta serie?
RE: No, son muy pequeños para verme. El hijo de Nawja está enganchadísimo, pero los míos son muy pequeños para ver la serie.
CH: ¿Has conocido a algún funcionario de prisiones?
RE: Sí, antes de empezar la serie. Presentando una película en la cárcel para que reclusos y reclusas la vieran fui a dos prisiones. En una de ellas juntaban a hombres y mujeres para ver la película y lo que menos hacían eran verla (ríe). Tengo dos amigos que se dedicaron a estudiar historia y han terminado siendo funcionarios de prisiones, y estuve hablando un poco con ellos.
