MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
El tenista es una persona discreta y reservada, así que pocos detalles se conocen de su vida privada. Hasta ahora, porque el deportista ha decidido publicar su primera autobiografía en la que relata algunos de los momentos que han marcado su vida.
Se titula 'Rafa' y, en colaboración con el periodista británico John Carlin, verá la luz en España el próximo mes de octubre. Mientras tanto, en Estados Unidos ya ha salido a la venta.
Entre las casi 250 páginas que componen el libro, Rafa Nadal resalta como aspecto negativo de su vida la separación de sus padres, que "eran el pilar de mi vida y ese pilar se había desmoronado (...) El orden emocional del que dependía había recibido un golpe terrible".
Este episodio supuso un bache en su carrera. "Estaba deprimido, me faltaba entusiasmo. En la superficie permanecía como un tenista autómata, pero el hombre dentro de él había perdido todo el amor por la vida", dice el tenista en declaraciones recogidas por '¡Hola!'.
Pero, sin duda, el momento más difícil de su carrera fue cuando le detectaron una lesión congénita en su pie izquierdo: "El diagnóstico fue como un tiro en la cabeza y me dejó sin apetito por la vida".
En ese instante, incluso llegó a plantearse dejar el tenis y dedicarse al golf. Pero, gracias a la ayuda que recibió consiguió seguir adelante con su sueño, hasta que unos años más tarde se proclamó número uno mundial.
En cambio, uno de los días más felices de su vida fueron las "intensas" cuatro horas y 48 minutos del día en que ganó a Roger Federer en la final de Wimbledon: "Me derrumbé en el suelo sobre mi espalda, con los brazos extendidos, los puños cerrados, disfrutando del triunfo".
"El silencio de la pista central dejó paso al júbilo y yo sucumbí, al fin, a la euforia del público, dejando que me inundara, liberándome de la prisión mental en la que viví desde el comienzo hasta el final del partido; todo el día, la noche anterior, las dos semanas completas", añadió Rafa Nadal.
