MADRID, 21 Abr. (CHANCE) -
Alejada del foco mediático desde que su exmarido Josep Santacana fue condenado a 3 años y 3 meses de prisión por un delito de alzamiento de bienes en el juicio en el ambos se sentaron en el banquillo de los acusados por descapitalizar presuntamente su patrimonio para evitar pagar al Banco de Luxemburgo una deuda de 7,5 millones de euros, Arantxa Sánchez Vicario ha reaparecido por todo lo alto en Barcelona coincidiendo con la Semana Santa.

La extenista, que recientemente ha sido nombrada vicepresidenta de la Real Federación Española de Tenis (RFET) y embajadora del tenis en España, ha regresado a nuestro país para disfrutar de unos días en familia con sus hijos Arantxa y Leo -con los que reside en Miami- y, como no podía ser de otra manera, ha asistido al Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó, donde se ha dado un baño de masas y ha recibido un homenaje por su trayectoria deportiva en presencia de Carlos Alcaraz.
En las gradas, además de la propia Arantxa, su madre Marisa Vicario y sus hermanos Marisa y Emilio Sánchez Vicario, con los que ha recuperado su relación tras años de distanciamiento -coincidiendo con su matrimonio con Santacana- y con los que vuelve a ser una piña.

Muy discreto, Emilio ha revelado que la ganadora de Roland Garros o el Abierto de Estados Unidos se encuentra "muy bien", pero ha evitado dar detalles sobre sus planes de futuro -que podrían pasar por regresar a España definitivamente con sus hijos- o su relación con su exmarido: "Está por aquí. Puedes verla. Le preguntas a ella, ¿vale? Está muy bien" ha zanjado esquivo, respetando la decisión de Arantxa de mantenerse en un discreto segundo plano.