MADRID, 17 Nov. (CHANCE) -
La reina de Holanda, Máxima Zorreguieta, nos desveló, sin querer, el secreto de su eterna sonrisa. Y es que la mujer de Guillermo Alejandro de los Países Bajos no dudó en agacharse a recoger su pintalabios cuando éste se le cayó del bolso cuando salía del coche.
Máxima acudía a la inauguración de la nueva fábrica de quesos de la empresa CONO en Westbeemster cuando, al salir del coche oficial que la trasladaba se le resbaló del bolso su pintalabios. Ni corta ni perezosa la reina no dudó en agacharse, como cualquier mortal, a recoger su preciada posesión, eso sí, sin perder un ápice el impecable estilo que la caracteriza.
La reina de Holanda quiso degustar el queso de Beemster y hasta cortó uno de los quesos con uno de los típicos cuchillos. Para la ocasión lució un traje de chaqueta en color arena combinado con un sombrero pill-box.
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