La actriz y Xabier Murua mantenían una relación tan discreta que no ha sido hasta ahora cuando ha trascendido públicamente su ruptura, que tuvo lugar en el año 2020
MADRID, 26 May. (CHANCE) -
Es una de las actrices con más talento de nuestro país, pero también una de las más discretas, por lo que un total hermetismo rodea a su vida privada desde que saltó a la fama con la inolvidable serie 'Pepa y Pepe' hace la friolera de 27 años. Sí, nos referimos a Silvia Abascal que ha reaparecido - después de una larga temporada alejada del foco mediático - en la 'Beauty Night' organizada en Madrid por la revista In Style.
Centrada en su hija Leona, que cumplió cuatro años el pasado mes de enero, y en su carrera sobre las tablas - actualmente está representando la obra de teatro 'Ladies Football Club', dirigida por Sergio Peris-Mencheta - Silvia nos ha sorprendido desvelando que no está con el padre de su pequeña, Xabier Murua, desde 2020: "Yo me separé hace dos años" nos ha contado con total naturalidad, evitando entrar en detalles sobre los motivos de la ruptura.
Fue en 2017, cuando la actriz ya estaba embarazada de su hija, cuando trascendió su relación con el también actor Xabier Murua después de muchos años de amistad. Fue precisamente en el teatro, y con una obra de Peris-Mencheta, cuando saltó la chispa entre ambos que, intentando mantener su relación en un discreto segundo plano, nunca posaron juntos en público.
Sin embargo, era habitual verlos por los alrededores de su domicilio en la capital disfrutando de su pequeña Leona, y en una de sus escasas entrevistas el actor confesó que se habían planteado en más de una ocasión darle un hermanito a su hija.
Debido a esta discreción de la que hablamos, no ha sido hasta ahora cuando Silvia ha hecho pública una separación que se produjo hace ya dos años y sobre la que no quiere hablar, aunque sí confiesa que tanto Xabier como ella están unidos en la crianza de Leona, de 4 años, con quien a la actriz se le cae la baba: "Es maravillosa, espectacular, está hecha un faro, creciente". "No sé qué ha heredado de mí, eso que lo digan otras personas, pero es luminosa, disfrutona, llena de energía. Estoy enamorada de ella" asegura orgullosa.
En cuanto a su estado de salud tras el ictus que sufrió en el año 2011, Silvia revela que continúa padeciendo hiperacusia y acúfenos - "me cuesta sobre todo el sonido de Madrid" reconoce - pero, como ella misma explica con una sonrisa, "es tanto lo pasado que por unos acúfenos no vas a protestar".
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