MADRID, 5 Ene. (CHANCE) -
Tamara Gorro está viviendo su Navidad más feliz junto a su marido Ezequiel y a su hija Shaila. La pequeña llegó el pasado 12 de octubre a la vida del matrimonio después de varios años luchando por su sueño de formar una familia.
Atrás quedan ahora todos los llantos y todo el sufrimiento al que ha tenido que hacer frente la madrileña, aún así, Tamara ha hablado con la revista LOVE para contar algunos detalles de cómo vivió este duro proceso.
"Lo que me hacía sentir mal es que le estaba fallando a él, a mi marido. Lo que nosotros queríamos no lo teníamos porque yo no se lo podía dar", explica Tamara sobre su imposibilidad de quedarse embarazada. La presentadora sufría hidrosalpinx, una dolencia que le llevó a ser intervenida para extirparle las trompas de Falopio: "Admití que nunca volvería a ser madre de manera natural".
Y es que tras 18 intentos de fecundación in vitro, su tío Sara le dio la solución en la gestación subrogada. Tamara relata a LOVE lo mal que lo pasó todos estos años cuando los intentos de fecundación fallaban: "Fui a un psicólogo, pero a mi gente les conté que iba por motivos de trabajo. He llegado a irme sola a dormir a un hotel alguna noche para poder llorar sin que me vieran. El psicólogo pensó en derivarme a un psiquiatra, pero ni por mi tratamiento ni por mí misma quería meterme más pastillas al cuerpo. Me he tirado un año y medio yendo al psicólogo".
Olvidado el pasado, Tamara disfruta a día de hoy de su pequeña Shaila mientras planea darle un hermanito en breves. Ezequiel Garay estaría deseando ampliar la familia con un niño, Dylan.
TAMARA GORRO Y EZEQUIEL GARAY, ASÍ EMPEZÓ SU HISTORIA DE AMOR
Tamara Gorro y Ezequiel Garay forman una de las parejas más estables del panorama rosa de nuestro país. Gorro ha desvelado a LOVE cómo nació el amor con el futbolista argentino: "Fue cuando estaba en Sálvame. Me llamó y estuvimos hablando por teléfono unas dos semanas. Era muy simpático, pero miré su foto en Internet y no me pareció nada guapo... Y, además, no quería saber nada de futbolista ni de famosos. Así que no le daba nada de coba, pero me caía fenomenal. Al final quedamos y, cuando llamé a la puerta de su casa y me abrieron, pensé "a ver cómo le digo yo a este chico que me he enamorado de su hermano". ¡Y era él!", para continuar explicando: "Había visto una foto antigua suya y no me había hecho a la idea. ¡Me dio la vida! Me gustó tanto, que no pasó nada ese día... Y hasta el día de hoy. Con él, he descubierto el amor. Mi vida se va con Ezequiel. Yo doy la vida por mi marido".
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