LOS ANGELES, 29 Ago. (EUROPA PRESS - Alba Porras) -
El Teatro Nokia de Los Angeles fue testigo de una auténtica lluvia de estrellas sobre el tapiz; mientras unas brillaron con luz propia, otras directamente aprovecharon su aparición para estrenar modelitos más propios de Carnaval. El mundo del espectáculo una vez más deja claro que no hay mucho término medio y que reinan los extremos.
El adjetivo elegante, que según la RAE es "que tiene buen gusto y distinción para vestir", en este caso no es el que mejor define los MTV VMA, pero, como en todo, siempre hay quien deslumbra y dota de clase y estilo hasta a la alfombra roja más desastrosa.
Tal vez porque dicen que las mujeres embarazadas tienen una belleza especial o porque quiso ir recatada para dejar la noticia de su maternidad para el final pero lo cierto es que Beyoncé iba espectacular. Con un sencillo y recatado vestido-túnica de Lanvin en un tono coral, la artista hizo una de sus apariciones más glamurosas, demostrando que no hace falta enseñar para dejar a todo el mundo anonadado.
Zoe Saldana volvió a demostrar que se está convirtiendo por méritos propios en todo un icono de estilo, sabiendo ir perfecta en todo momento sin renunciar a la comodidad y las tendencias más rompedoras. Hizo su aparición apostando por el mix de materiles con un minivestido de vertiginoso escote en uve con detalles metalizados y en cuero , firmado por Barbara Bui y zapatos de Balenciaga. Si es que de esta actriz sólo se puede decir: "qué mona va esta chica siempre".
Otra que jugó a mezclar tejidos fue Kelly Rowland, optando por un modelo de Falguni and Shane Peacock con un cuerpo en gasa y motivos en pedrería dorada junto con una falda de plumas muy chic. Los zapatos, unos peeptoes de Louboutin pusieron el toque más punk a un outfit muy estiloso que le quedaba como un guante.
Azzedina Alaïa se está convirtiendo en la mejor opción si lo que se busca es un acierto asegurado, si no, que se lo digan a Katy Holmes, que fue sencilla -quizás demasiado- y muy guapa. ¿Un fallo? Esos botines no vienen a cuento de nada.
TANTA PLATA, MATA
La gama de gris más brillante fue el color protagonista en muchos de los looks de la noche pero pocas supieron sacarle todo el partido esperado.
Demi Lovato se salvó eligiendo un ajustadísimo y sexy vestido de Madalay con detalles metalizados con un toque glitter que combinaba a la perfección con su piel bronceada.
Otras que no tuvieron tanta suerte con el outfit fueron Kim Kardashian y Vanessa Hudgens, ambas con un total look plateado. Las dos patinaron con sendos vestidos simplones que trataban de emular una mezcla entre escamas de pez y malla de caballero medieval. Y si bien Kim iba totalmente embutida en un vestido le aplastaba el pecho, Vanessa parecía que había cogido el vestido dos tallas más grandes y que no le había dado tiempo a meterse el bajo ni los tirantes.
No mucha más suerte tuvieron otras que, aunque no eligieron el gris, también protagonizaron algún que otro fiasco.
Miley Cyrus, que eligió un asfixiante Roberto Cavalli, se decantó por uno de los modelos más feos que el diseñador debía de tener el la tienda. Con una incomprensible fusión entre animal print y un floral zen de la mano de lirios, la cantante no supo sacar todo el partido a su última aparición. A destacar además, que el cuerpo le queda grande, y que, hasta el 25 de septiembre, sigue siendo verano y tampoco hay que taparse tanto tan pronto.
Britney Spears es el mejor ejemplo que demuestra la importancia de los detalles. Y no hay mejor manera de destrozar un precioso mono de Moschino que con esas espantosa botas de charol propias de un carnaval de drag queens.
La particular aportación 'burtonina' de la noche vino de la mano de Selena Gómez, que eligió un modelo con encaje de Julien McDonald. Una pieza muy original llena de fantasía pero que, una vez más echa un saco de años encima a la novia de Justin Bieber. Selena, disfruta de tu adolescencia, que sólo tienes una y ya tendrás tiempo de vestir como una 'persona mayor'.
CUANDO LO ORIGINAL ROZA EL RIDÍCULO
Hay muchos que aprovechan esta particular fiesta para divertirse, sacar más de una sonrisa apostando por un outfit diferente pero en lugar de eso, hubo quien pecó de extravagante.
Jessie J, lesionada, optó por customizar sus muletas, y ya de paso, sus piernas. Con una terrible elección de un bustier de pedrería multicolor y unos leggings blancos súper horteras con pedrería a juego, dejó claro que mucha elaboración no es sinónimo de un éxito seguro con el modelito.
Aunque para tiempo mal invertido en vestirse, está Nicki Minaj. Su estrambótico conjunto reciclado con restos de una juguetería coronan a esta cantante como uno de los peores atentados al buen gusto que se recuerdan, queriendo imitar, con pésimo gusto, la irreverencia de Lady Gaga, pero Gaga, sólo hay una.
Mención aparte merece la noche de inspiración que tuvo con sus looks Katy Perry. Y es que a pesar de tener hasta tres ocasiones para dar una lección de estilo, no es que no las supiera aprovechar sino que consiguió superarse en mal gusto.
Primero con un atuendo que parecía porno-kimono chino, con paraguas incluido y después con un no menos espantoso vestido de lentejuelas y vinilos. Pero el colmo fue cuando acudió a recoger un premio con un tocado en forma de cubo que fue sencillamente incomprensible.
