El monarca y la Reina consorte Camila, muy emocionados al escuchar por primera vez el emblemático himno 'God save the king' en la Abadía de Westmister
MADRID, 12 Sep. (CHANCE) -
Dos días después de ser proclamado Rey de Inglaterra, Carlos III ha reaparecido para presidir la moción de condolencia en la Abadía de Westmister y ofrecer su primer discurso como monarca ante el Parlamento, al que ha jurado lealtad ensalzando la labor de su madre, Isabel II y agradecer el cariño recibido por parte de la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes tras la muerte de la Reina, cuya labor espera continuar.
Vestido completamente de luto y acompañado por la Reina consorte Camila, el monarca ha agrecido el cariño y las condolencias de la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes tras la muerte de la Reina, cuya figura ha destacado citando a William Shakespeare: "Es un modelo a seguir para todos los príncipes vivos"
"Nos reunimos hoy en recuerdo del notable período de servicio de la Reina a sus naciones y pueblos. Cuando era muy joven, su Majestad se comprometió a servir a su país y a mantener los preciados principios del gobierno constitucional que se encuentran en el corazón de nuestra nación. Este voto lo mantuvo con una devoción insuperable, dando un ejemplo de deber desinteresado que, con la ayuda de Dios y de sus Señorías, estoy resuelto a seguir fielmente" ha expresado en su primer discurso ante el Parlamento británico antes de poner rumbo a Edimburgo para la primera despedida de Isabel II.
A continuación, los parlamentarios se han puesto en pie para poner el broche de oro al acto cantando el himno británico, cuya letra ha pasado de 'God save the Queen' a 'God save the King' - es decir, 'Dios salve al Rey' - tras el fallecimiento de la Reina y la proclamación de Carlos III como Rey. Un momento histórico en el que hemos visto al monarca visiblemente emocionado.
En estos momentos el Rey y la Reina consorte Camila se dirigen a Edimburgo, donde esta tarde se unirán al resto de la Familia Real para presidir la primera despedida de Isabel II, encabezando la procesión de sus restos mortales desde el palacio de Hollyrood hasta la Catedral de St. Giles, donde tendrá lugar un Servicio de Acción de Gracias.
