MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
Juana Martín continúa profundizando en el legado del diseñador Balenciaga en un estilo más libre y personal para la colección primavera-verano 2008. Sin embargo, la diseñadora sigue manteniendo el monocolor, las líneas depuradas y los cortes limpios.
El negro ha sido el único color reinante en la pasarela. La variedad ha estado a cargo de los tejidos: sedas, rafias, algodones y microfibras, todos ellos trabajaos con un claro aire artesanal. La pedrería y los brillantes salpicaban las prendas más sencillas convirtiéndolas en modelos lujosos y sofisticados.
Las transparencias destapan el cuerpo de la mujer. Los vestidos se mantienen rígidos o caen con suavidad en un juego de contraste, las faldas se acortan sensuales y el pantalón pitillo se ciñe al cuerpo.
Estas son las claves de la colección de Juana Martín que esta vez ha acortado los largos y se inclina por una moda sensual y elegante.
Por otro lado es necesario hacer mención a la música del desfile ya que acompaña perfectamente a la línea estética de la colección, una mezcla entre los Beatles y flamenco al más puro estilo español.