MADRID, 16 Feb. (EDIZIONES/CHANCE) -
La noche de los Grammy arrancó con la sonada ausencia en el último momento de Rihanna. Aunque a la de Barbados se la vio llegando a la alfombra roja del Staples Center, la cantante no pudo subir al escenario debido a una infección en sus cuerdas vocales.
"De acuerdo con el examen médico practicado a Rihanna tras su ensayo para los Grammy, su médico le dio 48 horas de reposo porque estaba en riesgo de sufrir una hemorragia en las cuerdas vocales", explicó su representante en un comunicado, en el que se especificaba que los antibióticos suministrados a la estrella no habían dado los "resultados adecuados". La intérprete de 27 años iba a deleitar al público con Kiss It Better, uno de los temas de su último trabajo discográfico, Anti, pero nos quedamos con las ganas.
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Las redes echaron humo con una de las actuaciones de la noche. No nos tiene acostumbrados a cometer errores, por eso la actuación de Adele de esta madrugada nos dejó fríos. El piano no le acompañó como debía, ni el sonido de su micrófono fue el esperado, pero lo más llamativo es que la de Tottenham llegó a desafinar en algunos momentos y se la vio desesperada al final de All I Ask, canción escrita por Bruno Mars. Muchos de sus seguidores criticaron el pésimo sonido que acompañó a la británica, que como gran profesional logró salir airosa del bochornoso momento.
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Según el guión previsto, Taylor Swift, que fue acompañada de su inseparable Selena Gomez, fue la encargada de inaugurar las actuaciones en directo de la 58ª edición con Out Of Woods, su último single en el mercado. Una vez más, la actual reina de la música, que recibió el premio al mejor disco por 1989, dejó claro su control en la puesta en escena y la vimos un leotardo con glitter y una melena más corta de lo habitual.
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Emotivo fue el homenaje de la organización a Lionel Richie, en el que participaron John Legend, Demi Lovato, Luke Bryan, Meghan Trainor y Tyrese Gibson, que llevaron a cabo un medley de algunos de los clásicos del cantante, como Easy, Hello, Penny Lover, You Are, Brick House y All Night Long, con el homenajeado en el escenario deleitando al personal.
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También hubo minitributo al rey del pop. Miguel interpretó She's Out My Life, uno de los singles de Off The Wall, con el que Michael Jackson volvió a romper barreras hace 35 años. Y el actual ídolo musical también tuvo su momento en el escenario. Justin Bieber deleitó a los presentes con una versión acústica de Love Yourself, tema realizado junto a Ed Sheeran, uno de los ganadores de la noche gracias a Thinking Out Loud, y más tarde con Where Are You Now, junto a Diplo y Skrillex, tema que se llevó un gramófono de oro.
Hubo también momentos para recordar a Lemmy Kilmister, a cargo de Hollywood Vampires, la banda de rock que encabeza Johnny Depp junto a Alice Cooper y Joe Perry, que interpretaron As Bad As I Am y Ace of Spaces, poniendo en pie a más de medio estadio. También se recordó a Maurice White, uno de los fundadores de Earth, Wind & Fire, con la interpretación de That's The Way Of The World a cargo de Stevie Wonder y Pentatonix; e inolvidable será también la presencia de los miembros de los Eagles, que cantaron Take It Easy para recordar a su músico, Glenn Frey.
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Pero el tributo más aplaudido fue el dedicado a David Bowie. Lady Gaga tenía una enorme responsabilidad que solventó desde su aparición en la alfombra roja con un estilismo que emulaba al Duque Blanco. Con una peluca pelirroja, un traje que nos recordaba a la época de Ziggy Stardust e imitando su forma de moverse en el escenario, la novia de Taylor Kinney interpretó un híbrido de diez de los temas más singulares de la estrella musical: Space Oddity, Changes, Ziggy Stardust, Suffragette City, Rebel Rebel, Fashion, Fame, Under Pressure, Let's Dance y Heroes. Y si le hubieran pedido que incluyera toda la discografía del marido de Iman, la 'mother monster' lo hubiera hecho.
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La noche terminó con Pitbull, que interpretó una versión de Taxi que hizo bailar a todo el público. La sorpresa llegaba en plena actuación del rapero latino, con la presencia de Sofia Vergara disfrazada con un juguete de taxi, del que se desprendió para demostrar sus control de los ritmos latinos. En la parte final de su actuación le acompañaron Robin Thicke y el guitarrista Joe Perry.
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