Andrea Casiragui y Tatiana Santo Domingo, día en alta mar sin su hijo

Andrea Casiragui y Tatiana Santo Domingo sin su hijo
Foto: JOSÉ RUIZ
Actualizado: miércoles, 30 julio 2014 10:59

MADRID, 30 Jul. (CHANCE) 

   Las soleadas playas de Ibiza han sido las elegidas por Andrea Casiraghi y su mujer, Tatiana Santo Domingo, para disfrutar sus vacaciones estivales en las que la estrella indiscutible ha sido el pequeño Sacha, su primer hijo. En esta ocasión mientras el niño se quedaba al cuidado de sus niñeras,  el matrimonio disfrutó de una divertida jornada en alta mar en compañía de un nutrido grupo de amigos.

   La pareja formada por Andrea Casiraghi y Tatiana Santo Domingo ya nos tenía acostumbrados a verles presumir su amor por las playas más emblemáticas de Ibiza. Sin embargo, este verano es más especial que ninguno ya que la pareja disfruta de su primer verano con su hijo Sacha en la isla pituisa.

   No cabe duda de que Sacha, de dieciséis meses, ha heredado la belleza y simpatía de su orgulloso papá, que deshace en mimos y cuidados con su primogénito.

   En esta ocasión la pareja decidió dejar al niño al cuidado de sus niñeras y disfrutar de una divertida jornada en alta mar con amigos. Un día más llegaron al puerto acompañados por sus inseparables amigos Álex Delall y Elisa Sednaoui, quienes también han viajado acompañados por su hijo, Jack prácticamente de la misma edad que el pequeño Sacha.

   Alex Dellal y su mujer, Elisa Sednaoui encabezando el grupo, muy cómplices abrazados mientras compartían confidencias. Les seguían de cerca Andrea Casiragui y su esposa, Tatiana Santodomingo, que vestía un bonito kaftán amarillo estampado.

   El hijo de Carolina de Mónaco y su mujer se mostraron muy divertidos, compartiendo risas y bromas con unos amigos. El grupo al completo se reunió con unos amigos en una de las terrazas de moda, con los que disfrutó de un aperitivo. Instantes después Tatiana se fundía en un abrazo con una amiga, seguida por su marido. Por su parte Álex le hacía entrega de un libro a la joven.

   Más tarde Andrea y su mujer, así como el resto de asistentes, cogieron un barco para pasar el día en alta mar. Con la gorra al estilo rapero, contempló con atención las maniobras del capital antes de conversar con un amigo sobre el paisaje ibicenco.

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