Publicado 03/10/2015 15:27

Rafael Torres revive la memoria de los británicos en España en su nuevo libro, 'El cementerio de los ingleses'

El fusilamiento de Torrijos, cuadro de Antonio Gisbert
A. GISBERT

MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -

Un joven británico que acudió a España a apoyar el levantamiento liberal de Torrijos (en 1831), un emérito cirujano, un guardameta del Sevilla FC del siglo XIX, una actriz de cine mudo alemana, una misionera anglicana o un danés valedor del Franquismo ante las potencias aliadas son algunas de las muchas vidas que el periodista y escritor Rafael Torres recupera en su nuevo libro, 'El cementerio de los ingleses' (Ediciones Xorki), de entre los nichos del cementerio inglés de Málaga, el primero para protestantes en España.

El autor del volumen, que ha salido a la venta este mes de octubre y se edita tanto en español como en inglés --bajo el título 'The english eternal summer'--, ha explicado, en una entrevista para Europa Press, que la intención del trabajo consiste, en alguna medida, en recuperar la "aportación inestimable" de los británicos residentes en España a la historia del país. "Es imposible disociar el progreso de la industria, de la minería, del comercio de esos nombres británicos que aparecieron por aquí y que montaron ferrerías, minas, comercio. Vinieron muchos ingenieros", ha recordado.

En cada uno de los 15 capítulos del libro, Torres va desgranando y tratando de "arrojar luz" sobre las vidas completas de quienes hoy habitan una necrópolis austera (en comparación con los "monumentos" y "nombres ilustres" que pueblan otros camposantos como el de Père-Lachaise de París) con el objetivo de ofrecer una "panorámica general" de la presencia británica en España, que se remonta hasta el siglo XVII "y aún antes", según el autor, y que hoy se cifra en cerca de un millón de personas.

"Aún así, el cementerio de los ingleses también tiene sus ilustres, como el escritor Gerald Brennan o nuestro poeta Jorge Guillén --apostilla el autor--. Pero no se trata tanto de eso, como de las biografías de gente que murió lejos de su casa, lo cual le añade un punto de melancolía".

De hecho, además del interés histórico y de los datos y sucesos "curiosos" de saber que aporta la obra, según el escritor, su objeto es también el "disfrutar" del género de la biografía, cuyo principal atractivo consiste en que narran historias de vidas "completamente vividas". "La biografía es fascinante, porque podemos saber cómo terminan las cosas", ha subrayado.

Torres reconoce que ha sido una tarea dificultosa acceder a documentos que dieran testimonio de las vidas de personas, muchas de las cuales no obtuvieron fama en vida, y que es un trabajo al que ha tenido que dedicarse "en cuerpo y alma", movido principalmente por la curiosidad y la voluntad.

Sin embargo, ha incidido en la necesidad de afrontar la tarea de la recuperación de la memoria histórica que, a su juicio, está "paralizada" en España y que considera como la causa de los "muchos atrasos" del país desde múltiples perspectivas (más allá del plano económico, según señala). "Nuestro atraso en parte radica en eso, en el escrúpulo en recordar, cuando todo el mundo sabe que vivir es recordar", ha lamentado.

Entre los hechos históricos que recupera el escritor en la obra figuran las razón que llevaron a la creación, por parte del cónsul británico en la región en 1824, William Mark, de un cementerio para los ingleses en la capital malagueña.

A los protestantes no se les podía enterrar en los cementerios católicos, al ser considerados herejes --explica Torres-- se les enterraba de pie, por la noche, a la luz de las estrellas y las antorchas, en un hoyo en la playa y se les dejaba a merced de las alimañas y las mareas".

Según cuenta el escritor en 'El cementerio de los ingleses', Mark se "horrorizó" de ver los cadáveres de sus compatriotas expuestos en las playas y una de las primeras medidas que adoptó al obtener el cargo de cónsul fue impulsar la construcción de una necrópolis para los anglicanos y protestantes, con la ayuda de general José Manso y Sola.

Estos y otros hechos forman parte de una historia "olvidada" o "poco divulgada" que, según Torres, forma parte de la memoria de una región --la Costa del Sol-- que a su juicio "parece haber sido abandonada al turismo y a lo que da dinero". "La memoria tiene todo el valor posible --reitera el autor del volumen-- toda vez que en el pasado están las claves del porvenir".