Publicado 19/09/2020 18:18

Alto cargo de Airbus, sobre la basura espacial: "El problema no es de tecnología, sino de quién paga para eliminarla"

El vicepresidente de Nuevos Programas de Exploración Espacial de Airbus, el italiano Silvio Sandrone, interviene en el congreso Magallanes.
El vicepresidente de Nuevos Programas de Exploración Espacial de Airbus, el italiano Silvio Sandrone, interviene en el congreso Magallanes. - EUROPA PRESS

SEVILLA, 19 Sep. (EUROPA PRESS) -

El vicepresidente de Nuevos Programas de Exploración Espacial de Airbus, el italiano Silvio Sandrone, ha manifestado este sábado en el Congreso Internacional de Innovación Social V Centenario Magallanes-Elcano respecto a la basura espacial que "el problema no es tanto de las tecnologías" para acabar con ella, "sino de quién paga para eliminarla".

En su charla 'Exploración: rumbo a la transformación de la sociedad', ha sido preguntado por este aspecto y ha precisado que, "sin control", la basura espacial podría llegar a comprometer la utilización de satélites, y que se están desarrollando herramientas en Estados Unidos y también en Europa para acabar con ella.

Así pues, ha precisado que "los trozos largos se pueden controlar", mirar desde la Tierra y entonces prever su trayectoria, "el problema son los trocitos más pequeños", de hasta un centímetro de diámetro como ha asegurado, que, aunque sean pequeños, tienen velocidades de hasta diez kilómetro por segundo, con lo que su impacto contra un satélite se agranda.

Respecto a su idea de que el problema es "quién paga" para eliminarla, lo ha explicado con un ejemplo. "En una ciudad, un pueblo, cada uno de nosotros produce basura, pero no la deja en la calle y tampoco encarga cada uno una empresa diferente para eliminarla. Todos colectivamente, a través del ayuntamiento, procuramos un servicio colectivo, que es más barato, para eliminarla, y hasta que no lleguemos a este mecanismo en el espacio, los ingenieros pueden inventar todas las soluciones técnicas, la basura siempre quedará".

El alto cargo de Airbus ha reflexionado que la carrera por descubrir nuevas rutas de comercio ya antes del descubrimiento de América supuso unos cambios que no se pudieron imaginar en aquel momento. "Las riquezas, las tierras que se pueden encontrar al otro lado del océano se pueden calcular, los efectos causados en nuestra sociedad es lo que no", ha afirmado.

Así las cosas, ha ahondado que lo mismo ocurrirá con la carrera espacial cuando se colonice la Luna y que, aunque los motivos serán los mismos, como "recursos, riquezas, gloria, grandeza", lo que se conseguirá realmente tampoco. "Lo que sabemos es que en la superficie lunar no encontraremos vida indígena, contrariamente a lo que ocurrió en la carrera oceánica, y no produciremos servidumbre o muerte a tribus locales", ha apuntado.

En el futuro más cercano, según ha informado, Estados Unidos, Rusia y China prevén establecer una presencia estable en el polo sur de la Luna con el propósito de controlar los recursos de suelos y especialmente de hidrógeno y oxígeno en el interior del satélite.

Ha argumentado que en la Luna, desde el principio, todo quedará desde el principio basado en la interacción entre la inteligencia artificial y la humana; que decisiones vitales serán tomadas por las dos inteligencias a través de "procesos que todavía se tienen que inventar"; o que las personas que en ella vivan impulsarán el desarrollo ético de los valores que llevaron consigo.

También ha reflexionado sobre otras paradojas, como que mientras en la Tierra se da ahora la superpoblación, en la Luna la mezcla de seres humanos y cerebros artificiales "solo involucrará un número de individuos limitado"; o que los moradores correrán riesgos personas en un contexto donde aún no se sabe si mandarán los dueños privados o la democracia local, o si la cuestión se arreglará con contratos. "Hablando de contratos, ¿cuáles contratos, leyes o impuestos se aplicarán si la Luna no pertenece a ningún Estado?", ha cuestionado.

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