SEVILLA, 6 Dic. (EUROPA PRESS) -
Renfe ha gastado hasta septiembre unos 331.000 euros en limpiar las pintadas de grafitis realizadas en estaciones de ferrocarril y sobre los trenes que opera solo en Andalucía.
Este dato se desprende de los costes de reparación y limpieza de pintadas descubiertas en 76 actos vandálicos de esta naturaleza contabilizados en la comunidad autónoma desde enero hasta septiembre del presente año, según han precisado a Europa Press fuentes de la compañía.
Así las cosas, la media diaria de dinero que Renfe ha utilizado en Andalucía en este intervalo de tiempo para reparar estos daños, unos 1.208 euros, es mayor que todo lo invertido el año pasado, cuando se registraron 104 sucesos de este tipo, que conllevaron un gasto de 385.000 euros --1.056 euros al día--.
Los datos registrados en Andalucía suponen solo el 2,71 por ciento del total nacional, dado que en el conjunto de España, las instalaciones y trenes de Renfe han sufrido hasta septiembre 2.800 pintadas de grafitis, que han supuesto un gasto económico a la compañía de once millones de euros.
Las fuentes consultadas han apuntado que estos actos vandálicos se registran en toda clase de trenes, desde los Media Distancia, pasando por Avant, Alvia o AVE, hasta los trenes de mercancías, pero que "la inmensa mayoría" de los afectados son los Cercanías, tanto en la comunidad autónoma, como en el resto del país.
El dinero que gasta Renfe a consecuencia de las pintadas se debe especialmente al coste de los disolventes especiales que se usan para tratar el tinte de los grafitis, los traslados de sus unidades a talleres y la consecuente movilización de personal.
ENTRE OCHO HORAS Y UNA SEMANA PARA QUITAR UNA PINTADA
Renfe ha explicado que la reparación de los grafitis tiene un coste añadido porque cada vez que un tren sufre pintadas, se cuenta una unidad menos para prestar el servicio. "El tren está retirado lo que haga falta, un día, dos, una semana, entonces son daños colaterales que nos pueden crear problemas al tener menos medios para ofrecer el servicio que operamos", han argumentado las fuentes consultadas.
Según han detallado, la pintura que utilizan los grafiteros suele ser ácida y de secado rápido, lo que provoca que al limpiarla se destruya la película de protección antigrafitis que llevan los vagones. En consecuencia, la superficie exterior de un tren al que se le ha retirado un grafiti es más vulnerable ante próximas pintadas, que afectan a la pintura y a la chapa del tren.
Dependiendo del tamaño de la pintada, un tren puede tardar en salir del taller entre ocho horas, si la acción es mínima o hasta siete días, si es de mayor calado al afectar a la pintura y a la chapa. Es por ello que una acción de este tipo puede romper la programación diaria de los trenes y provocar retrasos e incidencias que dificulten la normal prestación del servicio.
Renfe ha hecho hincapié en que los daños ocasionados por acciones de grafiteros "son soportados por el erario público", que se ve en la necesidad de aumentar las aportaciones a Renfe para estas reparaciones, y que aunque actúa poniendo la denuncia correspondiente y existen ya algunas sentencias condenatorias a prisión por sucesos de esta naturaleza, la cantidad que se invierte en este aspecto sigue siendo elevada.
GASTO EXTRA EN SEGURIDAD
Igualmente, las fuentes consultadas han subrayado que las pintadas también provocan otro gasto extra para la compañía, el de la seguridad adicional que tienen que contratar para vigilar las naves donde guardan los trenes de noche y también cuando estos operan de día mientras están en funcionamiento. Según sus estimaciones, esto supone diez millones de euros adicionales.
Renfe ha previsto a nivel nacional que, si se mantiene el ritmo de dinero que invierte en reparar los grafitis, el coste sea aproximada o incluso superior a final de 2018 de lo que se gastó en 2017, 15,7 millones de euros. En consecuencia, la cifra de coste total se elevaría a los 25 millones de euros anuales.
