Jornada de campo sobre agricultura de conservación.
EUROPA PRESS/ASAJA-SEVILLA
Actualizado: viernes, 27 octubre 2017 14:21

LAS CABEZAS DE SAN JUAN (SEVILLA), 27 Oct. (EUROPA PRESS) -

La agricultura de conservación se erige como "una gran aliada" para el medio ambiente y el agricultor, si bien se encuentra en peligro por el retraso en renovar el herbicida glifosato, según las conclusiones de la jornada de campo sobre este asunto organizada en Las Cabezas de San Juan (Sevilla) este pasado jueves por Asaja-Sevilla y la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC.SV).

Esta forma de agricultura supone un sistema de producción agrícola sostenible que comprende un conjunto de prácticas agronómicas adaptadas a las condiciones locales de cada región y cuyas técnicas de cultivo y de manejo de suelo reducen la erosión y la degradación de los suelos, mejoran la biodiversidad y contribuyen a mantener los niveles de producción de las explotaciones.

El encuentro ha contado con una parte teórica con conferencias técnicas y de una demostración práctica en campo. En las conferencias técnicas expertos del IFfapa, la AEAC.SV y la Universidad de Córdoba han expuesto el decálogo de las buenas prácticas agrarias, la evaluación de la sostenibilidad de las explotaciones y los principios para la conservación de suelo y agua.

El encuentro ha sido inaugurado por el alcalde del Ayuntamiento de Las Cabezas de San Juan, Francisco José Toajas; el presidente de Asaja-Sevilla, Ricardo Serra; el presidente de la AEAC.SV, Jesús Gil, y el secretario general de Asaja-Sevilla, Eduardo Martín, quien ha moderado las conferencias técnicas.

El presidente de Asaja-Sevilla, Ricardo Serra, ha explicado que la jornada es uno de los actos de divulgación que está desarrollando Asaja-Sevilla dentro del proyecto LIFE climagri, un proyecto liderado por AEAC.SV, y que cuenta con Asaja-Sevilla, la Federación Europea de Agricultura de Conservación (ECAF), el Ifapa y la Universidad de Córdoba como socios participantes.

El proyecto desarrolla estrategias de manejo agronómico de cultivos extensivos de la cuenca mediterránea que posibiliten la mitigación del cambio climático y la adaptación de los cultivos a las condiciones climáticas y que sirvan para el impulso y desarrollo de las políticas medioambientales de España y el resto de la UE respecto al cambio climático.

El sector agrario es uno de los que puede verse más afectado por el cambio climático, que influye negativamente en los rendimientos agrícolas. Por ello, tal como ha expuesto Serra, es "necesario llevar a cabo una adaptación a tiempo y tomar medidas para mitigar los efectos del clima y sus consecuencias económicas, sociales y ambientales, teniendo en cuenta el importante papel que desempeña el sector agrario como proveedor de alimentos, de bienes y servicios ambientales".

GLIFOSATO: UN PROCEDIMIENTO DISPARATADO

La agricultura de conservación, que es la agricultura del futuro, en muchas zonas ya es presente. "Se trata --ha insistido Serra-- de una apuesta sostenible por el medio ambiente que puede verse lastrada si finalmente la Unión Europea (UE) da la espalda al glifosato, un herbicida efectivo, contrastado e inocuo que permite el desarrollo de las técnicas de la agricultura de conservación".

Según Asaja-Sevilla, la actuación de los Estados miembros y de los órganos de decisión de la Unión Europea sobre la renovación del glifosato está siendo "disparatada", ya que lejos de atender el criterio de las agencias competentes en materia de salud de la propia UE, los políticos están adoptando sus decisiones basándose en las directrices que se les marcan desde las redes sociales.

El alcalde de Las Cabezas, Francisco José Toajas, ha corroborado la maraña de confusión que se ha tejido en torno al glifosato y ha lamentado que no prevalezcan los criterios científicos, porque este tipo de decisiones que se toman desde Bruselas afectan a municipios agrícolas como Las Cabezas y abocan a la muerte económica a una actividad social y familiar como la agricultura, tan necesaria para que permanezca la vida rural.

Port su parte, el presidente de la AEAC.SV, Jesús Gil Ribes, ha puesto de manifiesto algunos de los efectos que ya está produciendo el cambio climático y ha señalado que en los últimos cien años la temperatura ha aumentado dos grados en amplias zonas de Andalucía, a lo que ha sumado el grave problema de erosión que padece España, que solo puede evitarse eliminando el laboreo pesado y protegiendo el suelo con cubiertas.

El secretario general de Asaja-Sevilla, Eduardo Martín, ha recordado que esta organización tiene mucha experiencia en el desarrollo de proyectos divulgativos, de hecho este es el sexto proyecto LIFE en el que participa y es probablemente uno de los más fáciles de difundir, pues las consecuencias del cambio climático y las necesidades de adaptación son, por desgracia, sobradamente evidentes.

El proyecto LIFE climagri, tal como ha indicado, se circunscribe a la cuenca mediterránea, al ser una de las zonas más vulnerables a los efectos del clima en Europa, y a los cultivos de regadío, muy demandantes en el consumo energético. Andalucía es, por sus características edafoclimáticas, el principal foco de estudio del proyecto, si bien se extiende a un total de doce fincas en España, Portugal, Italia y Grecia.

BUENAS PRÁCTICAS AGRARIAS PARA MITIGAR EL CAMBIO CLIMÁTICO

En el turno de conferencias técnicas, la investigadora del Ifapa Centro Alameda del Obispo, Rafaela M. Ordoñez, ha alertado de las consecuencias del impacto del cambio climático sobre los sistemas agrarios, que conllevará una previsible reducción de recursos hídricos y el incremento paralelo de las temperaturas.

Ante este panorama, la actuación de los agricultores andaluces para mitigar las consecuencias debe ir encaminada al desarrollo de una serie de buenas prácticas agrarias y en paralelo a la reducción de emisiones de CO2. Ordoñez ha señalado que la agricultura es la única actividad productiva que, además de emitir CO2, tiene a capacidad de absorberlo y actuar como sumidero, lo que debe ser valorado y reconocido por la sociedad.

A continuación el presidente de la AEAC.SV, Jesús Gil Ribes, ha expuesto la evaluación de la sostenibilidad agraria de las explotaciones europeas y ha explicado los objetivos del proyecto Inspia que cuenta con la participación de 60 fincas europeas en las que se trabaja de manera habitual con 15 buenas prácticas agrarias: cobertura permanente del suelo, no laboreo, uso de cubiertas vegetales, optimización del riego y los fitosanitarios, implementación de márgenes multifuncionales, establecimiento y mantenimiento de márgenes en zonas de ribera, gestión optimizada de residuos.

Por su parte, el ingeniero agrónomo de la Universidad de Córdoba Julio Román ha detallado las prácticas agrícolas para la conservación del suelo y del agua y ha recalcado la importancia del suelo, el principal activo de una explotación, y la necesidad de conservarlo mediante las buenas prácticas agrícolas.

Tras las conferencias técnicas los asistentes han podido ver la aplicación práctica de la agricultura de conservación 'in situ', en la finca 'La Jurada' donde ha tenido lugar una demostración de maquinaria y de las herramientas para la agricultura de conservación.

Esta jornada de campo ha contado con tres estaciones. En una de ellas el ingeniero responsable de la gestión agronómica de la finca 'La Jurada', Juan José Pérez, y el ingeniero agrónomo Manuel R. Gómez han explicado su experiencia en los últimos seis años y han destacado todas las mejoras a nivel agronómico, económico y medioambiental.

En otra, el ingeniero agrónomo Julio Román ha mostrado las medidas de aplicación para la reducción de escorrentía y erosión; y en una tercera el profesor de la Universidad de Córdoba Gregorio L. Blanco y el ingeniero agrónomo responsable de la finca experimental del Campus de Rabanales (Universidad de Córdoba), Francisco Márquez, han realizado una demostración de maquinaria.

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