Un catedrático sevillano de Neuropsicología expone en Japón las claves para frenar el envejecimiento cerebral

José León Carrión.
CEDIDA
Actualizado: lunes, 9 noviembre 2015 18:47

SEVILLA, 9 Nov. (EUROPA PRESS) -

El profesor José León Carrión, catedrático de Neuropsicología de la Universidad de Sevilla y director científico del Centro de Rehabilitación de Daño Cerebral, ha expuesto las claves para frenar el envejecimiento cerebral en Japón. León Carrión, en concreto, ha participado como ponente en la XII Conferencia Internacional de Rehabilitación en Biofilia, que se acaba de celebrar en Tokio.

El catedrático de Neuropsicología ha alertado del incremento de trastornos neurológicos, como Alzheimer, demencias, Parkinson y apoplejías en la población al alargarse la esperanza de vida, algo para lo que ha reclamado pautas preventivas, como realizar un mínimo esfuerzo intelectual diario a través de ejercicios que agilicen el cerebro, y contar con un rico tejido afectivo compuesto por amistades y familia que mantengan activo el cerebro de los pacientes ancianos.

León-Carrión apostó por nuevos aprendizajes y pequeños retos, por lo que explicó que las escuelas de adulto, los ejercicios tipo crucigramas y sudokus, y adiestrar la memoria con pequeños esfuerzos de memoria prospectiva (por ejemplo memorizar la lista de la compra en vez de apuntarla, o recordar mentalmente las cosas que hay que hacer mas tarde) todos los días pueden suponer pautas muy positivas para ayudar a retrasar las afecciones neurológicas que tanto están incidiendo entre la población adulta.

ABANDONO DE LA DIETA MEDITERRÁNEA

Otro de los errores más grave que se está cometiendo, según el catedrático, reside en que la población está abandonando la dieta mediterránea, no sólo en cuanto a alimentación, con menor consumo de legumbres, frutas y verduras, sino también de costumbres muy saludables para el bienestar del cuerpo y de la mente como la siesta, las charlas con amigos y los vecinos, y caminar más, o hacer ejercicio físico controlado medicamente.

Por todo ello, la genética personal, sumada a la presión del estrés permanente en el que vivimos, acelera la circunstancia de que la memoria se vaya deteriorando a partir de los 40 años, con una caída considerable entre este momento y los 60 años, hasta el punto de que empieza a decaer la capacidad de razonamiento, la habilidad visoespacial y el propio peso del cerebro, que disminuye desde la quinta década, perdiendo entre el 2 y el 3 % de su volumen cerebral en los siguientes años.

El 10 % de la población de entre 65 y 69 años va a necesitar asistencia personal para realizar las actividades cotidianas de su vida, una cifra que se dispara al 50 % en el caso de los mayores de 85 años, y que llega al 89 % en quienes superan esta edad, que en su mayoría pasan a estar incapacitados para desenvolverse por sí mismos en tareas tan básicas como su aseo personal, comer, vestirse solos, etc.

La conferencia del catedrático ha hecho reflexionar sobre la importancia de cambiar las pautas de la población para incrementar su salud mental y cerebral, dado que a las cifras de Alzheimer y Parkinson en general hay que indicar que la incidencia de las demencias afecta a más del 5% de los mayores de 65 años y al 10% de los que tienen más de 80. Hay estados demenciales que son tratables y reversibles, pero otros que son irreversibles, por lo que se imponen pautas saludables que ayuden a la población a mantener o alargar el máximo tiempo posible un envejecimiento cerebral sano. Unos ancianos sanos es un bien social para cualquier nación, y para cada persona. Adoptar medidas saludables de vida se impone cada vez más, y empezar a hacerlo desde pequeños. No solo debemos procurar tener cantidad de vida, sino también calidad de vida personal, para lo cual necesitamos tomar medidas cuanto antes. Vivir sano nos favorece a todos, no hacerlo nos perjudica también a todos.

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