Un equipo del CSIC demuestra que una especie de murciélagos que habita en Andalucía come pájaros migratorios

Actualizado: miércoles, 14 febrero 2007 16:56

El nóctulo gigante, que habita en Sevilla, Huelva y Cádiz, es el único animal que captura al vuelo y de noche estas aves

SEVILLA, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -

Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado que el nóctulo gigante 'Nyctalus Iasiopterus', el murciélago más grande de Europa, que habita en Sevilla, Huelva y Cádiz, además de en otras provincias del resto de España, no sólo come insectos, como se creía hasta ahora, sino también pájaros migratorios.

En un comunicado remitido a Europa Press, la investigadora del CSIC Ana Popa-Lisseanu informó de que los resultados de este estudio demuestran que "inequívocamente en verano los murciélagos se alimentan sólo de insectos; en primavera complementan su dieta con carne de pájaros, en otoño, la principal época de migración de las aves, su dieta depende en gran parte de los pájaros y en invierno, hibernan".

El nóctulo gigante, de 45 centímetros de envergadura, es un mamífero aéreo de unos 50 gramos de masa corporal, dotado con afilados colmillos y un eficiente sistema de radar. Vive en los países de la cuenca del Mediterráneo, donde convergen las rutas migratorias de las especies paseriformes paleárticas. En España, además de en Andalucía, se han encontrado ejemplares en La Rioja y en alguna localidad aislada de Extremadura y Cataluña.

"Esta extraña criatura es capaz de explotar el formidable recurso alimenticio que suponen los miles de millones de pájaros euroasiáticos que dos veces al año realizan sus largos recorridos del Norte al Sur y viceversa", afirma la investigadora del CSIC.

Popa-Lisseanu, que trabaja en la Estación Biológica de Doñana (CSIC), en Sevilla, detalla que para estudiar los hábitos alimentarios del murciélago emplearon la técnica de isótopos estables, en la que "el animal incorpora la composición isotópica de lo que come, lo que permite rastrear cambios en su dieta, así como definir el nivel que ocupa en la cadena trófica".

El equipo del CSIC analizó las concentraciones de isótopos de carbono y denitrógeno en la sangre de los murciélagos a lo largo del año, y así, mediante esta firma isotópica, analizó la variedad de su dieta según las estaciones.

Así, este trabajo confirma las conclusiones de un estudio previo, dirigido en 2001 por Carlos Ibáñez, investigador del CSIC, que sugería que el nóctulo gigante se alimentaba estacionalmente de pájaros, tras haber encontrado gran cantidad de plumas en las heces de los quirópteros.

En aquel momento, algunos científicos objetaron que una cosa era comer plumas y otra ingerir el pájaro completo. Como a todos los murciélagos europeos, al nóctulo gigante se le consideraba hasta ese momento exclusivamente insectívoro. Sin embargo, la investigación que ahora se publica, en la que han participado algunos de los detractores del primer estudio, pone fin a la controversia científica, al confirmar los primeros resultados con nuevas técnicas, según explicó el CSIC.

UN CAZADOR ÚNICO

"La capacidad del nóctulo gigante de cazar al vuelo pájaros migratorios nocturnos no sólo es única entre todos los murciélagos conocidos hasta ahora, sino también en todo el reino animal", afirma la investigadora del CSIC, quien precisa que "aunque existen murciélagos carnívoros que depredan sobre pequeños vertebrados, todos ellos viven en los trópicos, y capturan a sus presas en el suelo o sobre otras superficies, nunca al vuelo".

Asimismo, Popa-Lisseanu añade que un reducido grupo de especies dehalcones captura pájaros migratorios que sobrevuelan el Mediterráneo y las costas africanas, pero son exclusivamente diurnos; al tiempo que los búhos, como típicos depredadores nocturnos, nunca cazan en espacios abiertos, sino que detectan a sus presas gracias al sentido del oído y las capturan sobre superficies, por lo que todo ello, "convierte al nóctulo gigante en un cazador único".

En dicho estudio han participado también los investigadores Manuela Forero, de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), en Sevilla; Antonio Delgado-Huertas y Alicia Rodríguez, de la Estación Experimental del Zaidín (CSIC), en Granada; Raphaël Arlettaz, de la Universidad de Berna (Suiza), y el Instituto Ornitológico suizo.