La estimulación cerebral profunda reduce los síntomas del Parkinson, según un estudio

Actualizado: lunes, 24 marzo 2008 13:58

Este método consigue mediante electrodos transmitir a las neuronas circundantes una corriente eléctrica que inhibe los síntomas

SEVILLA, 24 Mar. (EUROPA PRESS) -

La estimulación cerebral profunda (ECP), una técnica que consiste en la implantación de un electrodo en una zona diana (concreta) del cerebro, reduce los síntomas del Parkinson, según se desprende de un estudio elaborado por la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias (Aetsa), dependiente de la Consejería de Salud.

Esta investigación, que ha valorado la efectividad y seguridad de las intervenciones quirúrgicas en el Parkinson, revela que este tipo de tratamientos mejoran los síntomas y la calidad de vida de los afectados, según informó hoy en una nota la Consejería del ramo.

Pese a que hasta el momento no existen tratamientos que curen ni detengan esta enfermedad, en la actualidad hay procedimientos quirúrgicos que, como la ablación, la neuroestimulación y el trasplante celular, reducen sus síntomas, sobre todo los relacionados con la movilidad y la capacidad motora.

Así, y con el fin de obtener información sobre la eficiencia y seguridad de estas técnicas, la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias ha realizado un estudio multicéntrico sobre los tratamientos neuroquirúrgicos de la enfermedad de Parkinson, el cual también se enmarca en el acuerdo alcanzado en el Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS).

En concreto, los casos analizados han correspondido a pacientes que han sido sometidos a estimulación cerebral profunda (ECP). Esta técnica consiste en la implantación de un electrodo en una zona diana del cerebro. Mediante un generador de impulsos subcutáneo, el electrodo transmite a las neuronas circundantes una corriente eléctrica que inhibe a las células que provocan los síntomas de esta enfermedad. Esta estimulación se puede realizar de manera unilateral o bilateral, y de forma continua o cíclica.

En total han participado en el estudio 12 centros y 158 pacientes, con una edad media de 60,8 años, a los que se ha realizado una valoración prequirúrgica y un seguimiento posterior, a los seis meses, al año y a los dos años de la intervención.

SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES DE LOS AFECTADOS Y RESULTADOS.

Los síntomas más frecuentes que presentaban las personas incluidas en dicha investigación eran trastornos de la marcha, rigidez, temblor, bradicinesia y congelamiento.

Los resultados obtenidos ponen de manifiesto que, tras la intervención, los pacientes experimentaron una mejoría de los síntomas motores valorados, que se produjo a partir de los seis meses y se mantuvo al año y a los dos años siguientes, período máximo durante el cual se realizó el seguimiento.

Del mismo modo, mejoraron la evolución de la enfermedad, la capacidad de realizar actividades de la vida cotidiana y la calidad de vida en términos generales. Asimismo, el estudio ofrece resultados favorables acerca de la seguridad del procedimiento estimulación cerebral profunda, lo que es congruente con la evidencia científica disponible hasta el momento.

SEGUNDA ENFERMEDAD NEURODEGENERATIVA MÁS FRECUENTE.

El Parkinson es una patología neurodegenerativa que produce una alta incapacidad y pérdida de calidad de vida para las personas afectadas. Se estima que en torno al 1,5 por ciento de la población mayor de 65 años padece Parkinson, constituyendo en España la segunda enfermedad neurodegenerativa más frecuente tras el Alzheimer.

Los síntomas más característicos que produce este problema de salud son los que afectan a los movimientos, de modo que los pacientes suelen experimentar rigidez, temblor, reflejos posturales alterados, bradicinesia (lentitud y retardo para iniciar el movimiento) o acinesia (el movimiento no llega a iniciarse).

A medida que la enfermedad avanza, aparecen otros síntomas como alteración del equilibrio, disfagia (dificultad al tragar), hipofonía (disminución del volumen de voz), distonías dolorosas (contracciones involuntarias del músculo) y alteración del sueño, así como una mayor probabilidad de padecer demencia y depresión.