BARBASTRO (HUESCA), 3 Jun. (EUROPA PRESS) -
Cáritas Diocesana Barbastro-Monzón ha realizado 2.855 llamadas psicosociales en 2020 y ha acompañado, en sus distintos programas, a 7.432 personas. Solo desde el de Acogida y Familias, esa atención ha llegado a 5.176 personas y se ha materializado en 6.067 ayudas directas, lo que supone un incremento de algo más del 22 por ciento respecto al 2019.
Así lo recoge la memoria de actividades de la entidad del año pasado, que se ha presentado este jueves y recoge cómo el impacto de la COVID-19 ha marcado el trabajo de 2020, ha indicado la entidad en una nota de prensa.
Desde el inicio de la declaración del estado de alarma por la pandemia, "nuestra preocupación ha sido dar respuesta a la cantidad de demandas que nos llegaban, principalmente de primera necesidad", ha señalado la directora diocesana de Cáritas, Amparo Tierz.
La mayoría de las peticiones recibidas, el 35 por ciento, ha sido ayudas económicas, seguidas de las proporcionadas en especie, el 31 por ciento, seguidas a distancia por las que han sido derivadas a la administración pública, los seguimientos y acompañamientos, y las gestiones y trámites en materia de salud, educación y empleo, entre otros ámbitos.
Durante el confinamiento, se realizaron 690 llamadas de seguimiento a usuarios y se repartieron 116 lotes de alimentos a domicilio. "Cada cristiano es una Cáritas ambulante", ha afirmado el obispo, monseñor Ángel Pérez, que ha subrayado la importancia de la acción caritativa dentro de la Iglesia "que ha multiplicado sus efectivos, yo diría que casi hasta la extenuación".
"Ha sido emocionante ver la solidaridad de las personas, deseando acompañar y ofreciendo su mano a todo aquel que estuviera solo, a una familia en paro, a un enfermo, a un inmigrante", por su parte, Tierz, que ha contado que para ello "nos hemos multiplicado" y a pesar de que el territorio que atiende "es amplio, hemos llegado, por lo que hay que dar gracias a nuestros técnicos y, por supuesto, a los voluntarios", que son ya más de 400.
Este reconocimiento lo ha hecho extensivo a las administraciones, con las que Cáritas ha trabajado de forma "coordinada", no solo en lo económico", abriendo nuevos puntos de atención en Zaidín, Tamarite de Litera, Graus y Aínsa.
MÁS NECESIDADES Y NUEVOS MODOS
Cáritas ha informado de que la declaración del estado de alarma obligó a paralizar las clases presenciales del Programa de Mujer y, desde entonces, se ha ido adaptando a las diferentes normativas para velar por la seguridad del alumnado y del equipo.
Asimismo, para apoyar a aquellas participantes que estaban pasando una peor situación, se intensificaron los seguimientos telefónicos, con 98 llamadas a usuarias. El teléfono resultó una herramienta vital no solo en este programa, han apuntado desde la entidad social.
En el de Infancia y Juventud, se realizaron 214 llamadas a familias, además del seguimiento a los menores para hacer las tareas escolares; en el de Prevención de Adicciones, 126 atenciones telefónicas y de contención emocional; 184 dentro del Programa de Discapacidad, a cuyos usuarios se envió un programa de actividades online; y 505 llamadas en el Programa de Mayores.
"Con todo, las cifras son meros indicadores de lo que la COVID-19 ha causado en nuestra sociedad", han apuntado desde Cáritas, para señalar que la emergencia sanitaria, por ejemplo, "ha provocado un retraso curricular importante como consecuencia de la brecha digital que muchas de nuestras familias presentan por su vulnerabilidad".
Ante esta situación, la entidad ha realizado un seguimiento continuado de los menores y ha promovido las colonias urbanas en verano para reforzar la educación formal.
También se ha actuado frente a la destrucción del empleo. En concreto, se han impartido 14 formaciones ocupacionales de diferente duración y nivel y el taller de empleo Surcos II paralizó su actividad solo durante 15 días. Por su parte, la Agencia Barmon y el Centro Insertare han intensificado su labor.
PROGRAMA TEMPOREROS
Cáritas ha detallado que en el Programa de Temporeros se hicieron en 2020 18 reuniones de coordinación, 120 visitas a asentamientos y 458 llamadas de seguimiento. La pandemia aconsejó adelantar la visita de asentamientos al mes de marzo y al trabajo habitual se añadieron tareas para prevenir el coronavirus, a través de la toma de temperatura, reparto de geles hidroalcohólicos y productos de aseo personal y limpieza.
Fruto de este trabajo, se pudo alertar el 11 de julio a las autoridades sanitarias de un posible brote en Albalate de Cinca, que acabó confirmando 29 positivos, ha expuesto la entidad.
