Los seminaristas de Aragón anuncian el Evangelio en una sociedad diversa

Seminaristas de Aragón.
Seminaristas de Aragón. - ARZOBISPADO DE ZARAGOZA. - Archivo
Actualizado: lunes, 7 diciembre 2020 18:01

ZARAGOZA, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -

Los seminaristas de Aragón afrontan el reto de anunciar el Evangelio en una sociedad diversa y secularizada, han señalado este lunes desde el Arzobispado de Zaragoza, que celebrará el Día del Seminario este martes, fiesta de la Inmaculada Concepción.

El Día del Seminario de este año se ha aplazado en dos ocasiones a causa de la pandemia: de la fiesta de San José, en marzo, al domingo del Buen Pastor, en mayo, y, finalmente, a la fiesta de la Inmaculada.

Doce seminaristas mayores y cinco menores se forman en el Seminario Metropolitano y en el Centro Regional de Estudios Teológicos de Aragón (CRETA). En los últimos meses, se han ordenado en las diócesis aragonesas ocho sacerdotes y un diácono.

"Es muy habitual escuchar que para ser misionero ya no hay que marchar a tierra de misión. Y esto es verdad, aunque la misión 'ad gentes' sigue siendo una urgencia ineludible para la Iglesia, nuestra tierra no es ajena a la realidad de la secularización y, por tanto, necesita, de evangelizadores y de primer anuncio: muchos no saben que Jesucristo, el Señor, hijo de Dios, ha muerto y resucitado por nosotros, por amor, para salvarnos".

A esta realidad se suma un desafío poblacional. Aragón cuenta con una ciudad de más de 700.000 habitantes, Zaragoza; dos capitales de provincia, Huesca --50.000 habitantes-- y Teruel --35.000 habitantes--; y una compleja realidad rural: 728 municipios, de los que solo 114 superan los 1.000 habitantes. En total, algo más de 1.325.000 habitantes, irregularmente localizados. "¿Cómo evangelizar en estas circunstancias?", han planteado.

SEMINARISTAS MISIONEROS

Aragón cuenta tras las últimas ordenaciones con 12 seminaristas mayores. Uno pertenece a la diócesis de Tarazona, dos a la de Teruel y Albarracín, ocho a la de Zaragoza. A estos se unen cinco seminaristas menores. Todos se forman en el Seminario Metropolitano de Zaragoza y en el CRETA, aunque los fines de semana marchan a sus diócesis de origen para convivir con el presbiterio propio y mantener un contacto constante con la porción de la Iglesia que han de servir.

Daniel Clemente, nacido en Zaragoza en 1997-- está realizando su labor pastoral en el barrio zaragozano del ACTUR, un barrio "relativamente joven", ha afirmado.

Aunque los niños siguen acudiendo con sus familias a la catequesis de primera comunión, luego desaparecen. Lo mismo ocurre con los chicos de confirmación, aunque "en este caso las familias ya no vienen".

La secularización se nota en ellos: "el Cristianismo queda reducido a una 'sacramentalidad social' poco vivida". Ante esta situación, Daniel ha destacado la necesidad de ser un seminarista misionero "que esté muy cerca de Dios y cerca de los hermanos; abierto al diálogo y viviendo en coherencia, tratando a las personas con cariño y disposición".

"Llevar el Evangelio a las gentes de nuestro pueblo para mi supone una necesidad, y para hacerlo bien es importante saber dar razón de la esperanza en la que vivimos, desde el estudio y la oración", ha manifestado, indicando que "no se trata solo de transmitir conceptos", sino que "estamos llamados a interceder y dar testimonio, a llevar a nuestras gentes a Dios y viceversa". "Hablar a Dios de las personas con las que trabajo en la pastoral es una labor tan callada como necesaria".

PÉRDIDA DE VALORES

Alberto Seminario, nacido en Perú en 1980, desarrolla su pastoral en la parroquia de la Inmaculada de Tarazona y en Novallas. Dentro de su labor percibe "una pérdida de valores, de respeto, de fraternidad, de servicialidad, de perdón, de compromiso y de compartir".

Esta realidad le lleva a formarse de un modo en que la Teología y el primer anuncio se convierta no solo en una teoría que recibe en clases, sino en "un aprender desde la fe, que ahonde en la experiencia personal con el Resucitado, un Cristo liberador que ama a toda la creación". A sus comunidades cristianas les pide que "continúen tendiendo puentes de amistad que nos permitan poder realizar lecturas creyentes de nuestras vidas".

"¡Qué gran llave es el Bautismo! Dios nos llama, nos acoge en sus brazos de un Padre y un corazón de Madre. No todo es experiencia, sino relación pues 'Dios quiso revelarse a sí mismo y dar a conocer su voluntad. Él en esta revelación, habla a los hombres como amigos, movidos por su gran amor", ha expresado.

Para él su vida sería "pobre" si solo quedara en conceptos teológicos, sin tratarlo como "el motor" de su vida "en un diálogo constante de sinceridad, compromiso y entrega a Él y al Reino de Dios".

"Está claro que la vocación es una respuesta a la llamada de Dios a servir a los demás, por ello un seminarista misionero en su vida, tiene a la oración y la eucaristía como pilar de su vocación y la fe; y todo eso se traduce en la apertura a los demás en el lugar a donde se nos envíe y tener un compromiso en la construcción de un mundo mejor, enfocado en la cimentación de una sensibilidad que permita calar en la sociedad valores y actitudes más fraternas, tejer redes de solidaridad que se concretan en el testimonio, gratuidad, acompañamiento y la opción por los últimos de nuestra sociedad".

ESCUCHA Y ATENCIÓN

Desde la ciudad de Albarracín y doce pueblos más, Alfonso Torcal --Zaragoza, 1985-- destaca el papel del cura en la sociedad rural, un papel de "escucha y atención personalizada, que se mantiene en personas mayores".

Para él, la secularización no sólo es la realidad en la que vive, sino "una buena oportunidad: debo volver a un primer anuncio y eso es apasionante". Alfonso cree que un seminarista misionero es "un enamorado de Dios y del mundo; con los pies en el presente, la vista puesta en el futuro, dando la importancia que tiene el pasado; y con una espiritualidad arraigada en la eucaristía, en la liturgia de las horas y en la oración personal".

"Voy intentando ampliar mis conocimientos en los temas que veo que pueden ser desafíos culturales, científicos, también antropológicos, dentro de lo que puedo llegar a entender, aunque siempre se queda corto ya que hay una cantidad ingente de información, pero sobretodo, profundizando más en las asignaturas clave para la misión de la Iglesia".

"A pesar de vivir en un contexto social de indiferencia frente a lo religioso y a la Iglesia Católica, debo reconocer que existe un sector no tan minoritario que vive su fe, participando activamente dentro de su comunidad parroquial siendo la gente adulta la que muestra más presencia", ha explicado.

De sus comunidades parroquiales necesita que recen por él, por todos los seminaristas y los sacerdotes, también "que no dejen de hablar de Dios en sus hogares, que den testimonio de su fe en la sociedad civil" poroque "si la llama se apaga costará mucho encenderla de nuevo. Que sigan siendo 'la sal de la tierra y la luz del mundo".

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