Zaragoza.- El Aragón devastado durante la Guerra Civil Española se muestra en el Palacio de Sástago hasta el 25 de junio

Actualizado: jueves, 6 abril 2006 16:21

Unos 43 documentos del Archivo de Salamanca, armas, planos o fotografías inéditas se podrán ver en esta exposición de la DPZ

ZARAGOZA, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Palacio de Sástago recrea los paisajes aragoneses más devastados por la Guerra Civil Española en una exposición que se inaugura mañana y que se podrá visitar hasta el 25 de junio. En esta muestra se expondrán un total de 150 objetos de la Guerra Civil, entre ellos, unos 43 documentos del Archivo de Salamanca, del Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares, del Archivo Histórico nacional (Madrid), entre otros.

Además, en las salas habilitadas se podrán admirar maquetas de aviones del Museo del Ejército, carros de combate, granadas de mano y hasta una bomba rompedora legionaria del Museo de Aeronáutica y Astronáutica de Cuatro Vientos (Madrid).

La muestra denominada "Paisajes para después de una guerra" está organizada por la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y supone una iniciativa "única" para ofrecer una imagen del Aragón de 1936 hasta 1957 y, por tanto, lo que supuso para la "imagen arquitectónica y sentimental" de algunas zonas aragonesas el transcurso de esta guerra civil.

Para el presidente de la DPZ, Javier Lambán, es una exposición "importantísima" para reconstruir el pasado en Zaragoza y en todo Aragón. Además, agregó que ahora es el "momento oportuno" para difundir el legado de la Segunda República que fue el "primer ensayo cabal de democracia en nuestro país, de la defensa de los derechos ciudadanos y de superación de un reparto abusivo de la pobreza". Para Lambán es "necesario" recordar la Guerra Civil como responsabilidad de unos militares "desleales y traidores, cómplices de la Iglesia y de la oligarquía terrateniente, que se oponían con uñas y dientes a la pérdida de sus privilegios".

También, destacó que es el momento de denunciar la "manipulación de determinados sectores políticos e ideológicos que tienen representantes tan abyectos como Federico Jiménez Losantos, por no hablar de los representantes políticos, que aprovechan la excesiva prudencia de la izquierda para tratar de invertir el signo de la historia, siempre en provecho de sus intereses políticos presentes".

"Desde las instituciones pensamos que era el momento de asumir la obligación cívica de facilitar y estimular esa rememoración, ese ejercicio de memoria y recuerdo", señaló y añadió, que de esa forma se "fortalece nuestra democracia, recuperando tradiciones democráticas ejemplares que intentaron ser amputadas por el franquismo, y cohesionando la sociedad española al compartir la memoria con esfuerzos de acercar la verdad sin visos de manipulación", puntualizó el presidente de la DPZ.

DESTRUCCIÓN EN LA GUERRA CIVIL

La muestra, para los comisarios artífices de ella y expertos historiadores, Carlos Forcadell y Alberto Sabio, se propone, en primer lugar, mostrar, recordar y sacar del olvido la magnitud de las destrucciones que la Guerra Civil Española dejó en el territorio aragonés. En segundo lugar, igual que la guerra civil desemboca en el franquismo, las ruinas del Aragón devastado por la contienda bélica dan lugar a una ineludible reconstrucción que evidencia los fundamentos y características de un régimen que intenta hacer un renacimiento de toda España bajo su prisma totalitario, que se refleja, incluso, en la construcción arquitectónica.

La originalidad de esta exposición, carente de los motivos iconográficos al uso empleados para ilustrar el concepto de guerra, reside, por el contrario, en que el primer plano es ocupado por los efectos terribles de la guerra: las ruinas de los edificios y, luego, su reconstrucción casticista, reinterpretada por la estética franquista.

Alberto Sabio destacó que pocos territorios españoles padecieron los efectos de la guerra con la intensidad de Aragón, por varias causas, como el hecho de que el territorio quedó dividido en dos partes, por la movilidad de los frentes, por la recuperación de buena parte del territorio que llevaron a cabo las columnas republicanas en el verano del 36 hasta la ofensiva final franquista, entre otros. Además, Aragón también fue escenario de principales episodios bélicos, la lucha por Belchite y por Teruel, el cerco de Huesca, los ataques a Zaragoza, la batalla final del Ebro o los combates pirenaicos.

El patio del Palacio de Sástago recrea el capítulo de la destrucción de la guerra con las maquetas que han sido facilitadas por el Museo de Aeronáutica y Astronáutica de Madrid, mientras que el Museo del Ejército ha prestado cañones, ametralladoras, carros de combate, morteros, granadas, teléfonos, equipos telegráficos de campaña, monos de vuelos, cascos, gafas, emblemas, entre otros.

PAPELES DE SALAMANCA

También se exhiben numerosos documentos de distintos archivos nacionales, como el de Salamanca, que hacen referencia a actas, fichas de filiación, credenciales, pasaportes, circulares, listas, correspondencias o estatutos. Igualmente, cobran especial interés las fotografías originales de las ruinas producidas por los bombardeos aéreos o los audiovisuales a partir de fragmentos del NO-DO y de documentales, algunos inéditos, producidos por ambos bandos.

Las destrucciones materiales fueron enormes, como por ejemplo las destrucciones en localidades como las citadas de Belchite y Teruel y sus alrededores, en Biescas o en Bielsa. Aragón figura en primer lugar en la estadística de destrucciones de edificios, como demuestra el hecho de que la Dirección General de Regiones Devastadas tramitara 13.800 expedientes, más que en Cataluña (12.000) o Madrid (6.534).

Estos escenarios franquistas de Regiones Devastadas son acogidos en la sala de arcos del Palacio de Sástago, que recrea la nueva imagen del poder, como son los ayuntamientos franquistas; las escuelas; el nacional-catolicismo en arquitectura y las iglesias; el control social con los cuarteles y las vías de comunicación y obras públicas. Maquetas, planos originales, proyectos, cartas, audiovisuales y fotografías permiten recomponer este nuevo escenario.

La exposición también se propone recordar las características de las tareas de reconstrucción que el régimen franquista aborda en Aragón y presentar paisajes bien representativos de la posguerra arquitectónica y estética. Los responsables de Regiones Devastadas pusieron la reconstrucción y la arquitectura al servicio de una militancia ideológica y política muy concreta; este hecho se refleja en las diferentes fotografías que han quedado para la posteridad recuperadas para esta muestra del Archivo Allánegui. Alejandro Allánegui fue arquitecto jefe de la Oficina Técnica de la Región Aragonesa de la Dirección General de Regiones Devastadas, dependiente del Ministerio de Gobernación.

Estos aspectos tan característicos del régimen franquista son recogidos en las salas 1 y 2 del Palacio de Sástago, ofreciendo al visitante numerosos elementos gráficos sobre el urbanismo y la arquitectura de posguerra, así como de la representación propagandística como son, estandartes, banderas, esculturas, escudos, mapas, retratos, entre otros elementos.

La reconstrucción en los años cuarenta y cincuenta también vino determinada por las condiciones de pobreza y aislamiento de la sociedad española. En la España de Franco se recurrió masivamente a la mano de obra de los prisioneros políticos concentrados en las proximidades de las obras (Teruel, Belchite). La sala 3 se dedica a los derrotados, presos y trabajadores, donde están, entre otros elementos, los dibujos realizados por un penado en su propio diario que estaba en la cárcel de Torrero y que se llamaba Juan Pons.

Forcadell recuenta y documenta unas 4.000 víctimas de la violencia republicana en Aragón, y cerca de 9.000 personas ejecutadas por los sublevados, de las que casi un millar caen ante el pelotón de fusilamiento ya en la posguerra.