El acusado de matar a Lorena Dacuña dijo en la cárcel que no se arrepentía y que "se lo merecía", dice un perito

Tercera sesión del juicio por la muerte de la gijonesa Lorena Dacuña, en la Sección Octava de  la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón
Tercera sesión del juicio por la muerte de la gijonesa Lorena Dacuña, en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón - EUROPA PRESS
Publicado: miércoles, 27 abril 2022 12:03

"La muerte no fue inmediata", aseguran los forenses en el juicio

GIJÓN, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -

El procesado por el asesinato a su ex pareja, Lorena Dacuña, en Gijón en 2020, llegó a decir cuando estaba preso a otros internos que no se arrepentía del crimen e incluso que ella "se lo merecía", ha explicado uno de los peritos que le atendió en prisión, en la UTE.

Así lo ha indicado durante la tercera sesión de la vista oral, con jurado popular, que se celebra desde este pasado lunes en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón.

Este ha relatado cómo el acusado ingresó en la UTE, unidad especializada de la cárcel para que los presos salgan de las drogas, el 10 de febrero de 2020, pero se le sacó el 18 de febrero de ese año, "por razones de seguridad", ha remarcado.

Ha explicado que así se hizo después de que varios internos de la prisión manifestaron que habían escuchado al procesado decir no solo que no se arrepentía, sino que iba a acabar con el acompañante de la víctima que estaba con ella esa noche y que cuando saliera de la cárcel iba a ir a por el hermano de la víctima también. Tras sacarle de la UTE, se le aplicó el programa penitenciario de prevención de suicidios.

PUÑALADA EN EL CORAZÓN

Los médicos forenses que han testificado este miércoles en el juicio contra el acusado de matar a su ex pareja, la gijonesa Lorena Dacuña, han declarado que la puñalada en el corazón es la que le causó la muerte, a lo que han testificado que no creen que la herida se produjera "casualmente".

"La muerte no fue inmediata, pasaron unos minutos", han apuntado, no obstante, sin llegar a poder precisar en qué orden se produjeron el resto de heridas o si fueron algunas ya cuando estaba muerta. Sí que han concretado que la puñalada del corazón se produjo de arriba hacia a abajo y de derecha a izquierda. Sobre el resto de heridas, han indicado que, de manera individual, no atentaban contra la vida de la víctima.

Asimismo, han explicado que algunas heridas eran más superficiales y otras de más profundidad, a lo que han indicado que se detectaron una veintena de heridas incisas. En la autopsia se encontró también que hubo un sangrado hemorrágico interno.

SIN ALTERACIÓN ALGUNA

Por otro lado, han testificado por videoconferencia otros peritos que realizaron un examen psicológico al procesado para evaluar el estado mental de la persona. Del procesado, que ahora tiene 51 años, ha apuntado que no tiene ningún tipo de enfermedad ni de minusvalía de tipo físico, orgánico, a nivel psíquico, no estaba bajo tratamiento ni padecía enfermedad.

Es una persona "normal", han confirmado. Ha asegurado, en este caso, que "en absoluto" tenía alteración de sus facultades volutivas o cognitivas.

Ha explicado, además, que el acusado les contó que esa noche había consumido mucha droga y alcohol, que Lorena tenía nueva pareja, que les siguió, que se le rompió el cuchillo, que la mató, y que se escondió hasta que le detuvo la Policía.

"Su memoria no estaba alterada", ha indicado. Ha agregado que conservaba su capacidad de actuar y comprender lo que hacía. El perito ha indicado que pudo frenar los impulsos de consumir droga, ya que no tenía síndrome de abstinencia, y que si estuviera borracho no se hubiera escondido.

Según los peritos, él comprendía que tenía que estar en la cárcel, pero no tenía depresión. En la cárcel, el acusado tenía preocupación por los hechos, pero no reflejaba "ni ansiedad, ni depresión ni preocupación".

PENSÓ QUE ERA EL MARIDO

Por otro lado, no ha comparecido tampoco en este día el joven portugués que acompañaba a la víctima esa noche, y que huyó del domicilio de esta cuando llegó el acusado.

Se ha procedido, en este caso, a dar lectura a la declaración que hizo en su día en los juzgados. En febrero de 2020, el hombre aseguró que cuando llegaron al domicilio de ella e iban a entrar a la casa apareció el acusado y los empujó, cayendo la mujer al suelo y golpeándose él con la pared.

Asimismo, relató que escuchó al procesado llamar "puta" varias veces a la mujer y que vio que hizo un gesto de pegarla, sin observar la agresión.

Aseguró, además, que no la escuchó pedir auxilio, ni vio ningún tipo de cuchillo. Señaló, también, que entró en pánico, porque pensaba que el hombre le iba a agredir, y que desconocía porque había agarrado la mochila del procesado, que tiró al salir del portal.

El hombre, además, indicó que no supo del crimen hasta que le llamó su jefe de que le estaba buscando la Policía, cuando él ya estaba camino de Portugal, donde residía. Sobre el procesado, afirmó que pensó que era el marido y que le podía pegar, y por eso se marchó.

Durante el juicio, han declarado otros peritos, por videoconferencia, acerca del cuchillo con el que supuestamente se cometió el crimen, a lo que han señalado que se sacaron muestras tanto de la víctima como del acusado, mientras que en el domicilio del procesado se encontró ropa con manchas de sangre de Lorena y otra camisa con solo del acusado.

También han testificado policías que participaron en la investigación del crimen. Uno de ellos ha explicado cómo se encontraron a la mujer muerta en la cama, con heridas incisas. A la entrada de la habitación había una hoja de cuchillo fracturada y un mango, que se encontró en el suelo.

Había un segundo cuchillo que apareció en la cocina encima de la encimera, y era de grandes dimensiones y con rastros de sangre. La víctima estaba vestida, a lo que ha añadido que a la entrada se encontraron unas pequeñas salpicaduras de sangre, si bien casi toda estaba en la cama.

Asimismo, durante la sesión del juicio se ha mostrado los cuchillos supuestamente utilizados por el procesado, para que los policías ratificaran si eran los encontrados en el domicilio de la víctima y si se guardo la cadena de custodia. El agente ha relatado que inicialmente solo le vio dos heridas de arma blanca, y luego otras dos cuando llegó la forense al domicilio.

Otro de los agentes estuvo presente durante la recogida de las pruebas forenses y durante la autopsia, en la que se detectó un gran coagulo de sangre en el interior del abdomen. De igual forma, un tercer policía ha dicho haber participado en la recogida de pruebas, como efectos personales.

Un cuarto agente ha explicado que en el domicilio del procesado encontraron dos camisetas de manga corta, con manchas de sangre, una en un bolso y otra en un lateral. Estas estaban dentro de una bolsa de basura, cerca de la puerta de entrada. También se encontraron dos pantalones y unas zapatillas, de uso típico de camarero, sin que se encontrara nada. Se halló un teléfono destrozado, que dijo el procesado que era de su propiedad. En el registro estaba el acusado presente, del cual dijo que estuvo colaborador con la Policía.

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