Los escolares asturianos con mejores hábitos alimenticios son también los que practican más actividad física

Equipo investigación dieta y actividad física de la Universidad de Oviedo.
Equipo investigación dieta y actividad física de la Universidad de Oviedo. - UNIVERSIDAD DE OVIEDO
Publicado: jueves, 1 julio 2021 12:08

OVIEDO, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -

La mitad de los escolares de Asturias de entre 8 y 11 años sigue una alimentación ajustada al modelo de dieta mediterránea y tres de cada diez presentan obesidad o sobrepeso. Además, aquellos estudiantes con una mayor adherencia a la dieta mediterránea son también los que realizan más actividad física extraescolar.

Estas son algunas de las conclusiones principales a las que han llegado dos grupos de investigación liderados por la Universidad de Oviedo, el Instituto Universitario de Oncología del Principado de Asturias (IUOPA) y el Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA).

Los resultados del estudio, publicado en la revista Nutrients, evidencian, según sus autores, la alta prevalencia de la obesidad infantil en nuestra comunidad autónoma y la necesidad de mejorar la adherencia a la dieta mediterránea de la infancia en Asturias, especialmente teniendo en cuenta su relación con otros factores saludables como la actividad física.

El estudio es fruto de la colaboración de los grupos Intervenciones Traslacionales para la Salud (de la Universidad de Oviedo y el ISPA) y Epidemiología Ambiental y Molecular del Cáncer (de la Universidad de Oviedo, el IUOPA y el ISPA).

Surgió con el objetivo de analizar el grado de adherencia al modelo de alimentación mediterránea que presentan los escolares asturianos, así como su relación con otras variables de estilo de vida, como la actividad física, las horas de sueño y la asistencia al comedor escolar; así como el índice de masa corporal, y otros factores sociodemográficos, como la formación académica de los familiares encargados de su cuidado.

Con este propósito, los grupos llevaron a cabo un estudio transversal, en el que participaron 309 escolares de 8-11 años pertenecientes a centros educativos del occidente, centro y oriente de Asturias, de zonas tanto rurales como urbanas. Los resultados revelaron que solo el 54% de los niños que han participado en el estudio presentan una adherencia óptima al modelo de dieta mediterránea, al mismo tiempo que se observa una asociación positiva entre el nivel de seguimiento a la dieta mediterránea y el número de horas de actividad física extraescolar.

Es decir, a mayor nivel de adherencia a la dieta mediterránea, mayor frecuencia de realización de actividad física extraescolar, lo que pone de manifiesto que los hábitos saludables suelen ir de la mano y se potencian mutuamente. Curiosamente, en este estudio no se ha encontrado ninguna vinculación entre el nivel de adherencia y la prevalencia del sobrepeso u obesidad, que afectaba al 30% de la muestra.

La investigación valoró también el consumo de algunos grupos de alimentos en concreto. Se observó, por una parte, que aquellos escolares con una mayor frecuencia de actividad física extraescolar mostraban un mayor consumo de algunos de ellos, como fruta o cereales. Además, la asistencia al comedor escolar se asoció con un mayor consumo de fruta y de pescado.

La catedrática de la Universidad de Oviedo Adonina Tardón, una de las autoras del estudio, recuerda que la dieta mediterránea constituye un modelo tradicional de alimentación basado en un elevado consumo de alimentos de origen vegetal como frutas, verduras, legumbres, cereales y frutos secos, un consumo moderado de pescado y productos lácteos, un consumo limitado de carne roja, así como en el uso de aceite de oliva como principal fuente de grasas, evitando los alimentos ultra procesados ricos en azúcares y grasas saturadas.

"Este patrón dietético se caracteriza por ser uno de los que mayor evidencia científica presentan en cuanto a sus efectos beneficiosos para la salud. Una alta adherencia a la dieta mediterránea se asocia con una reducción del riesgo de enfermedades como la diabetes, sobrepeso y obesidad, enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas o cáncer, entre otras", comenta la investigadora.

En los últimos años la adherencia a este modelo de alimentación se ha reducido en la infancia y adolescencia y ha sido desplazado por otros modelos dietéticos menos saludables caracterizados por un alto consumo de carne roja, así como de alimentos con baja densidad nutricional o ricos en azúcares añadidos.

"Este cambio en los hábitos dietéticos es especialmente relevante teniendo en cuenta que la infancia es una etapa clave en la adquisición de hábitos de vida saludables, que perdurarán durante la edad adulta", destaca el profesor de la Universidad de Oviedo Eduardo Iglesias, también autor del trabajo.