Eduardo Sánchez Butragueño, creador de 'Toledo Olvidado': "Las ciudades sin memoria no saben a dónde van"

Eduardo Sánchez Butragueño, autor de 'Toledo Olvidado'.
Eduardo Sánchez Butragueño, autor de 'Toledo Olvidado'. - EUROPA PRESS
Publicado: sábado, 26 junio 2021 11:19

   Aboga por el micromecenazgo, convencido de que las subvenciones generan "esclavitudes" al autor

TOLEDO 26 (EUROPA PRESS)

   Unas 35.000 fotos antiguas recuperadas. Esta cifra resume la labor que desde 2008 realiza Eduardo Sánchez Butragueño a través de su blog 'Toledo Olvidado'. Con su arduo trabajo, además de empoderar a la fotografía como "un arte bellísimo y complicadísimo", reivindica la importancia de la memoria, convencido de que las ciudades sin ella "no saben a dónde van".

   De su quinto libro, que editado por David Blázquez verá la luz de nuevo en Navidad, del micromecenazgo que nuevamente lo ha posibilitado y del duro trabajo de investigación que hay detrás de cada foto ha hablado con Europa Press. Aunque ahora los libros, el blog y las redes sociales ocupan todo su tiempo, Sánchez Butragueño no cierra la puerta, en un futuro, a otras vías de difusión como una exposición o un museo.

Pregunta.- Aunque va por su quinta edición, ¿qué es y cómo surge 'Toledo Olvidado'?

Respuesta.- 'Toledo Olvidado' es un proyecto de recuperación, no solo fotográfico, también de sentimientos, de vivencias, historias y momentos de una ciudad a través de la fotografía. Surge por casualidad, a través de mi afición desde la infancia por Toledo, por los libros y por las fotos que hacia mi abuelo y que estaban por casa. Tuve también un pequeño punto de suerte cuando una amiga me dio un CD con fotos antiguas y muchas de ellas estaban digitalizadas. Esto fue hacia el 2006 y me di cuenta de que había un hueco que llenar, muchas fotos antiguas de Toledo por pasar del papel a lo digital.

P.- ¿Qué permite 'Toledo Olvidado'?

   R.- Para mi, disfrutar muchísimo, y creo que hacer disfrutar a mucha gente a partir de una pasión compartida que es Toledo, y de ligar unas coordenadas espaciales y temporales, que permite la fotografía. Lo bueno que tiene Toledo, en comparación con cualquier otro lugar del mundo, es que si la fotografía histórica de por si tiene valor, aquí suma el valor añadido de la belleza del entorno.

P.- ¿Cuántas fotos ha recuperado hasta el momento y de dónde salen?

   R.- He publicado en torno a 35.000 fotografías y en los libros caben entre 300 y 350. Cuando se publique el quinto libro, que si va todo bien saldrá en Navidad, habré publicado unas 1.300 fotos en los libros y más de 35.000 en el blog. ¿Cómo se consigue? Trabajando, con muchas horas de investigación, de rastreo, con muchas gestiones, llamadas, 'emails' y poniéndole ganas e ilusión.

P.- 'Toledo Olvidado', ¿es solo Eduardo Sánchez Butragueño?

   R.- Siempre tienes a alguien que te da un soplo, te ayuda con un apoyo concreto, con una pista, pero en el proyecto soy solo yo. En el caso de los archivos de los fotógrafos internacionales, las gestiones son difíciles. Pero no hay que tener miedo ni vergüenza, hay que ponerse en contacto y abrir muchas vías de comunicación con archivos, bibliotecas, personas e instituciones y la mayoría de las veces las gestiones son infructuosas. Es una cosa que la gente tiene que valorar, y es bueno que valore. Cuando se ve una foto, puede parecer solo una foto, pero detrás de ella hay cientos de horas o muchos días de trabajo y muchos otros intentos que no han dado resultado. Ese resultado nunca se valora porque no se ve, pero cuando la investigación da fruto compensa el resto.

P.- ¿Cómo llega a esos archivos?

   R.- Hay que leer mucho, conocer mucho para tener en la cabeza una lista inmensa de fotógrafos posibles, de renombre internacional que hubieran podido pasar por la ciudad. Ahí está la labor de rastreo bibliográfico, de consecución de datos y, después, ir uno a uno rastreando su vida y sus archivos disponibles en Internet. Además no hay que hacerlo solo una vez, hay que hacerlo muchas veces porque quizá un autor hoy no está muy documentado, pero dentro de dos años en Bélgica, Holanda o en Estados Unidos sí se ha iniciado una investigación y surge la posibilidad de dar con él. Si hace cinco años pensábamos que no había estado en Toledo, ahora descubres que sí. Esa es una labor muy constante. Nunca tienes que tirar la toalla.

P.- Dice que con su blog "intenta mostrar a los que piensan que Toledo ha cambiado poco, que están equivocados", al tiempo que "pretende sacar de su error a aquellos que creen que Toledo ha cambiado mucho". Este planteamiento, ¿no es contradictorio?

   R.- Esa frase no es una contradicción sino una dualidad que se da en Toledo. Hay mucha gente que dice que Toledo está congelado en el tiempo. Bueno, puede haber fotos que demuestren que a lo mejor es así. Sin embargo, si te fijas en ciertos detalles en absoluto es así. Por ejemplo, el río Tajo. Ojalá estuviera ahora como en las fotos de los años 1900 ó 1950. Luego hay otras personas que piensan, en un tono más pesimista, que Toledo ya no es lo que era, que se está desvirtuado, que no tiene nada de parecido con el pasado. Bueno, la fotografía demuestra muy a menudo que no es así, que por suerte hemos conseguido fijar mucho de nuestro patrimonio, belleza y sabor. Con esa frase intento demostrar a unos y a otros que ni tanto ni tan calvo, que tenemos que valorar lo que tenemos, preservarlo y cuidarlo e intentar que los cambios, siempre, sean a mejor cuando se produzcan.

P.- ¿Quién hace posible sus libros y por qué rehuye acudir a la financiación pública?

   R.- Lo han hecho posible cientos de mecenas individuales, a los que quiero agradecer por quinta vez su confianza en mi. Me encanta poder hacer libros de esa manera, porque esas personas se sienten, porque lo son, coautores. Sin ellos, el libro no podría ser posible. ¿Por qué no me gusta pedir subvenciones? Porque la libertad que tiene el autor para ser realmente libre en la creación es infinitamente mayor cuando no tienes esclavitudes de subvenciones de dinero en base a criterios que, a veces, no son del todo claros. Desde siempre he tenido meridianamente claro que quería que mis libros tuvieran ese vínculo entre autor y lector que permite el micromecenzago, que genera una relación muy estrecha. El apoyo se ha mantenido en los cinco volúmenes, algo que valoro mucho, sobre todo si se tienen en cuenta los momentos económicos difíciles que estamos atravesando. Desde los 19.000 euros recaudados en 2012 con el primer libro, hasta los más de 20.000 que han conseguido los otros cuatro me parece una cifra preciosa. Pero no es una ayuda a fondo perdido. En función del dinero que aporte cada uno tiene una recompensa que puede ser un libro, dos libros, un libro y un calendario u otros regalos especiales. Estas recompensas asociadas hacen que la gente se anime a ayudar.

P.- Después de esas 35.000 fotos, ¿se plantea cambiar el nombre de 'Toledo Olvidado' por 'Toledo Recuperado'?

   R.- Conceptualmente podría tener sentido. Pero el nombre nació así y no lo cambiaré. Tendrá siempre sentido, porque aunque yo recupere esas fotos, el Toledo que se ve, a menudo, es un Toledo que la gente ha olvidado porque ha cambiado mucho. Por suerte, estoy consiguiendo que esa parte fotográfica de Toledo esté cada vez más recuperada y menos olvidada.

P.- En caso de que su iniciativa perdure, ¿cómo cree que se verá el Toledo que se fotografíe ahora?

   R.- Me gustaría que alguien retomase esta labor cuando yo ya no esté, porque es necesaria. Las ciudades sin memoria no saben a dónde van, porque para saber a dónde vas lo importante es saber de dónde vienes. La memoria es esencial y la fotografía es esencial. ¿Cómo será en el futuro el Toledo actual? Me gustaría que en los años futuros se puedan fotografiar cambios a mejor. Que el río Tajo, así de degradado y contaminado en 2070 ó 2080 sea un documento histórico para el olvido. Me gustaría que los monumentos de la ciudad se puedan seguir fotografiando, que no se pierda ninguno, y que el patrimonio sea creciente, nunca menguante. Que se incorpore la nueva arquitectura, su manera de ver el mundo, sin perder lo anterior. Siempre en un escenario en que la gente sea feliz, se sienta orgullosa de habitar en este lugar y eso se plasme en la fotografía.