ROMA, 4 Nov. (De la enviada especial de EUROPA PRESS Laura García Valenzuela) -
El presidente de Vueling, Álex Cruz, ha sostenido este martes que es una "lástima" que el Gobierno haya decidido aplazar la aprobación del folleto de oferta pública de venta (OPV) de Aena para sacar a Bolsa hasta el 28% del capital hasta que se resuelva el defecto formal que había identificado la Comisión de Seguimiento de la Privatización del ente público.
"Yo prefiero una Aena privatizada. Es una lástima que no haya salido y espero que las condiciones de salida no empeoren", ha dicho Cruz en un encuentro con prensa tras presentar la temporada de verano en Roma.
Así, ha defendido una gestión basada en criterios privados con la que se promocione más a los aeropuertos más competitivos en lugar de promover una promoción conjunta e igual para el conjunto de aeropuertos de la red.
Aena ya cerró la primera parte del proceso de privatización del 49% del ente --el Estado ostentará un 51%-- con la adjudicación del 21% a los socios de referencia que conforman el 'núcleo duro' Corporación Financiera Alba (8%), Ferrovial (6,5%) y el fondo británico The Children's Investment Fund (6,5%).
La salida a Bolsa de Aena tendrá lugar en los primeros meses de 2015, según el Ministerio de Fomento, que aclaró que la operación sigue adelante, si bien se ha aplazado hasta resolver un defecto formal en el procedimiento.
Según el calendario manejado inicialmente, el debut de Aena en el mercado estaba previsto para el próximo 12 de noviembre, y desde el Departamento que encabeza Ana Pastor se insiste en que este aplazamiento no supone en ningún caso una suspensión y que el objetivo es que la entrada de capital privado hasta el 49% de Aena se haga con las máximas garantías.
ALQUILAR TERMINALES
Además, Cruz ha incidido en su deseo de traer a España el modelo americano de alquilar terminales aeroportuarias de forma que pasen a estar gestionadas por las propias aerolíneas, algo que en Europa sólo hace British Airways.
Así, Vueling aspira en el largo plazo a alquilar la T1 del Aeropuerto de Barcelona para poder gestionarla, replicando así el modelo americano en España.
