BARCELONA, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
ERC defendió hoy en la reunión del Govern que no se culpabilice a los profesores de la mala situación del sistema educativo en Catalunya, reflejada en los diversos informes internacionales, y reclamó que la futura Ley de Educación catalana se elabore con ellos.
La reunión de hoy del Consell Executiu centró buena parte de su debate en la situación del sistema educativo catalán, después de que la semana pasada el profesorado se manifestara en contra de la propuesta del Govern para la futura ley de Educación de Catalunya.
El conseller de Gobernación y Administraciones Públicas, Joan Puigcercós (ERC), reprochó al conseller de Educación, Ernest Maragall (PSC), que se haya dado, en ocasiones también desde el Govern, la sensación de que los profesores son los únicos responsables del aumento del fracaso escolar y los malos índices de la educación catalana que reflejan estudios como el informe Pisa y el de la Fundació Bofill.
Fuentes de la Conselleria explicaron que la reunión del Govern acabó con el acuerdo de trabajar a partir de ahora por sumar a los profesores a la elaboración de la ley educativa catalana.
Los republicanos creen que el malestar que ha llevado a los profesores a manifestarse parte de que sienten que se les acusa del bajo nivel educativo, cuando en realidad las principales causas están en las nuevas realidades sociales.
En este sentido, el conseller recriminó al Govern que no haya explicado suficientemente la repercusión sobre el sistema educativo que ha tenido la llegada masiva de alumnado inmigrante, con unos 140.000 estudiantes nuevos al año.
El conseller abogó, en el seno de la reunión del Govern, por "no criminalizar" a los profesores y trabajar a partir de ahora para que éstos recuperen la imagen de autoridad que han ido perdiendo en la educación de los niños.
Puigcercós reclamó también que se aplique el Pacto Nacional por la Educación, que se aprobó en la legislatura pasada con la conselleria de Educación en manos de ERC, y criticó que éste no se esté implementando como se debería, algo que también provoca el enojo de los sindicatos.
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