Una exposición en el Museo del Juguete de Figueres (Girona) recuerda los efectos de la bomba atómica

Actualizado: martes, 18 abril 2006 20:26

FIGUERES (GIRONA), 18 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Museo del Juguete de Figueres (Girona) recuerda los efectos de la bomba atómica de Hiroshima en 1945 con una exposición construida a partir de la vida de dos niños que fallecieron a consecuencia de la explosión.

A partir de imágenes de juguetes, muebles o ropa cedidas por el Hiroshima Peace Memorial Museum, la muestra recuerda las vivencias de Shinichi Tetsuani, de cuatro años, que murió calcinado junto a su bicicleta cuando explotó la bomba atómica, y de Sadako, una niña que falleció a consecuencia de las radiaciones a pesar de su obsesión y la de sus amigos por construir pájaros de papel para curarse. Según la tradición japonesa, cuando alguien consigue elaborar 1.000 grullas de papel puede pedir un deseo y le será concedido.

Shinichi Tetsuani falleció a consecuencia de la explosión y su padre decidió enterrarlo en el jardín de su casa junto al triciclo con el que jugaba hasta que 40 años más tarde decidió desenterrar los restos y trasladarlos al sepulcro familiar. Además, donó la bicicleta al Hiroshima Peace Memorial Museum.

A partir de las vivencias de estos dos niños, que se han convertido en el símbolo de los niños víctimas de la guerra, el museo recuerda los efectos de una bomba atómica que causó la muerte de cerca de 140.000 personas.

Una de las actividades incluidas en la exposición es la construcción de pájaros de papel, que el museo hará llegar al Parque Memorial Museo de la Paz de Hiroshima cada vez que reúna un millar de grullas. Estas figuras de papel acompañarán el resto de pájaros procedentes de todo el mundo que se encuentran depositados en el monumento dedicado a Masako.

Un avión de las fuerzas aéreas de Estados Unidos lanzó sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 una bomba secreta que pesaba cuatro toneladas y media y tenía una potencia de 20.000 toneladas de trilita.

Hiroshima tenía entonces 250.000 habitantes y 90.000 casas y, según los datos estadounidenses, mató a 72.000 personas e hirió a 80.000, cifras que se doblaron los años siguientes.