Castellón.- Una investigadora de la UJI propone una técnica para identificar compuestos derivados de la degradación de plaguicidas

Actualizado: martes, 25 septiembre 2007 19:04

CASTELLÓN, 25 Sep. (EUROPA PRESS) -

Una investigadora del Instituto Universitario de Plaguicidas y Aguas de la Universidad Jaume I (UJI) ha probado la eficacia de una metodología analítica que permite detectar la presencia en agua de sustancias derivadas de los procesos de degradación de los plaguicidas utilizados habitualmente en agricultura.

El estudio, desarrollado en la tesis de María Ibáñez Martínez, abre la puerta a un control más afinado de los residuos que los productos fitosanitarios dejan en el medio ambiente, pues permitirá incluir también los compuestos potencialmente tóxicos procedentes de la descomposición química de los propios plaguicidas, según informaron en un comunicado fuentes de la UJI:

Los pesticidas son un problema ambiental "de primer nivel" debido a su toxicidad y elevado uso en todo el planeta, así como a la posibilidad de que sus residuos lleguen a contaminar distintos medios (suelos, aguas, aire, alimentos) y que acaben afectando al desarrollo de la vida, especialmente la humana.

Por ello, la Unión Europea ha fijado límites máximos muy estrictos para la cantidad de residuos que se pueden encontrar en aguas y alimentos para el consumo humano, y los científicos han tenido que desarrollar técnicas de análisis muy precisas para detectar los centenares de plaguicidas distintos que se usan en agricultura.

Pero la mayoría de programas de control de estos contaminantes se centran sólo en los plaguicidas inalterados a pesar de que se conocen algunos compuestos derivados de la degradación ambiental de dichos pesticidas (productos de transformación en la jerga científica) relativamente persistentes y tóxicos. Este déficit de información sobre la presencia de productos de transformación en el medio ambiente se debe, principalmente, a la falta de una metodología analítica capaz de detectarlos. El trabajo de María Ibáñez viene a cubrir esta necesidad, según las mismas fuentes.

La metodología consiste en una combinación de dos técnicas de análisis químico ya existentes: la cromatografía líquida y la espectrometría de masas. Para comprobar su potencial, Ibáñez sometió a un determinado grupo de plaguicidas a radiación ultravioleta con el fin de simular en el laboratorio el efecto que la luz del sol ejerce sobre los pesticidas en el medio ambiente (fotodegradación). Todo ello con el objetivo de determinar en qué compuestos se transformaba cada fitosanitario original. Para ello utilizó la combinación de cromatografía líquida y espectrometría de masas con analizadores de cuadrupolo-tiempo de vuelo.

Una vez identificados los productos de transformación en condiciones de laboratorio, la segunda parte del trabajo consistió en desarrollar un método adicional que permitiera comprobar la presencia o no de estos compuestos en el medio ambiente, así como cuantificar sus niveles en el mismo. Para ello, Ibáñez utilizó la misma metodología pero esta vez con un analizador de triple cuadrupolo. Tras analizar muestras de agua (tanto superficial como subterránea) de diferentes puntos de la Comunitat Valenciana, Ibáñez y sus colaboradores detectaron la presencia de algunos de estos productos de transformación.

El estudio ha permitido constatar, además, la magnitud del problema generado por la degradación de los residuos de pesticidas en los suelos y aguas, una faceta del problema medioambiental de los fitosanitarios a la que hasta ahora no se ha prestado atención. Cabe destacar la mayor frecuencia de detección de los productos de transformación elucidados en relación con los plaguicidas intactos, superando en muchos casos los niveles de concentración de los mismos, señala María Ibáñez en su tesis.

Una cuestión que quedaba por dilucidar era si la nueva metodología sería capaz de identificar productos de transformación de plaguicidas también en los organismos vivos. Para ello se llevaron a cabo experimentos in vitro con microsomas (cultivos celulares) e in vivo con ratas, en colaboración con el departamento de Psicobiología de la propia Universidad Jaume I. Una vez más se demostró el potencial de esta técnica, ahora en el campo biológico.

El acoplamiento de la cromatografía líquida y la espectrometría de masas con analizadores de triple cuadrupolo y cuadrupolo-tiempo de vuelo se ha mostrado como una poderosa herramienta analítica en la identificación, cuantificación y confirmación de productos de transformación y metabolitos de plaguicidas en muestras medioambientales y biológicas*, explica María Ibáñez.

Con su trabajo, Ibáñez abre la puerta a futuros estudios de estos compuestos y, sobre todo, de sus efectos sobre la salud humana al verificar una metodología analítica capaz de detectarlos y cuantificarlos, señalaron.

El trabajo de la investigadora del Instituto Universitario de Plaguicidas y Aguas de la UJI ha sido dirigido por Félix Hernández y Juan Vicente Sancho, ambos científicos del IUPA, y se ha publicado en diversos artículos científicos en revistas internacionales como Analytical Chemistry, Analytical and Bioanalytical Chemistry, Journal of Chromatography A, Trends in Analytical Chemistry y Rapid Communications in Mass Spectrometry.