Un estudio reconstruye los hábitats y estilos de vida de los primeros tiburones capaces de emitir luz

El investigador Humberto Ferrón
El investigador Humberto Ferrón - UV
Publicado: miércoles, 1 marzo 2023 13:21

VALNCIA, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

Los tiburones adquirieron bioluminiscencia en un evento único durante el Periodo Jurásico, tras colonizar las profundidades marinas, según muestra un estudio de la Universitat de Valncia (UV) sobre la bioluminiscencia en estos escualiformes, recientemente publicado en la revista 'Palaeontology'.

El trabajo, que proporciona la primera reconstrucción global de los hábitats y estilos de vida a lo largo de la evolución de estos grupos, esclarece cómo y por qué apareció la capacidad de emitir luz en la oscuridad en tiburones, según ha informado la institución académica en un comunicado.

La bioluminiscencia es un fenómeno que se da en diferentes especies marinas y un componente importante en la dinámica de los ecosistemas de aguas profundas. Como consecuencia, existe una amplia literatura científica sobre las causas y el escenario de su origen, pero no existe consenso entre los especialistas.

El artículo aporta nuevas perspectivas en torno al escenario en el que la bioluminiscencia evolucionó, así como sobre los mecanismos de colonización de aguas profundas por parte de tiburones y vertebrados en general.

Según el estudio, la mayoría de los escualiformes -orden al que pertenecen los tiburones bioluminiscentes- se originaron en ambientes neríticos, es decir, en zonas próximas al litoral y bien iluminadas. Desde allí colonizaron las aguas profundas en varias ocasiones durante los Periodos Jurásico y Cretácico. Y en contra de lo que se pensaba hasta ahora, este proceso "tuvo lugar a través de la zona bentónica -es decir, sobre el sustrato marino-, desde zonas costeras hasta las grandes profundidades carentes de luz".

"La evolución de la bioluminiscencia ocurrió una única vez a lo largo de la historia evolutiva de los tiburones y lo hizo después de que estos colonizaran las grandes profundidades marinas. Por lo tanto, la aparición de la bioluminiscencia, contrariamente al consenso científico que existía hasta la fecha, muy probablemente jugó un papel irrelevante en la conquista de las aguas profundas", ha explicado Humberto Ferrón, investigador Ramón y Cajal en el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva (ICBiBE) de la UV y responsable del proyecto.

ESTRATEGIA DEFENSIVA Y SEÑALIZACIÓN

La bioluminiscencia es un componente fundamental de la dinámica de los ecosistemas de aguas profundas. En los tiburones, su presencia se muestra en representantes de tres familias diferentes del orden de los escualiformes -Etmopteridae, Dalatiidae y Somniosidae-, que viven tanto en la masa de agua -sin contacto con el fondo- como sobre el sustrato, desde los 200 hasta los 4.000 metros de profundidad.

Según el trabajo ahora publicado, la bioluminiscencia cumple varias funciones que son clave en los tiburones actuales, desde el reconocimiento de individuos de la misma especie en la oscuridad hasta la iluminación de grandes espinas presentes en sus aletas como señal de alerta para posibles depredadores.

"La idea preestablecida era que los primeros tiburones bioluminiscentes vivirían en zonas iluminadas y la presentarían en su vientre, haciendo uso de esta característica para camuflarse y pasar desapercibidos para los depredadores que acechasen por debajo de su nivel", comenta el investigador.

"El nuevo trabajo pone en entredicho esta idea de camuflaje por contrailuminación, ya que la bioluminiscencia se estaría originando en ambientes de oscuridad total y en tiburones que vivirían sobre el mismo sustrato, sin posibilidad de amenazas desde abajo", concluye el científico.

Humberto Ferrón lidera el grupo de Investigación MacroFun -Macroevolution and Functional morphology research group-, como parte del Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva. El equipo se centra en esclarecer las principales transiciones evolutivas de animales, sus causas y consecuencias, integrando evidencia de organismos vivos y el registro fósil a través de la aplicación conjunta de una variedad de técnicas de vanguardia en paleobiología, ecología, evolución y biomecánica.