ROMA, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los obispos delegados de las conferencias episcopales de la Unión Europea, reunidos en Polonia para su sesión plenaria de primavera, han hecho pública una declaración en la que aseguran que la ampliación de las fronteras de la UE a otros países es una "necesidad geopolítica para la estabilidad" del continente.
"Además de ser una necesidad geopolítica para la estabilidad de nuestro continente, se convierte en un fuerte mensaje de esperanza, una respuesta a los ciudadanos de los países candidatos a su deseo de vivir en paz y justicia", han asegurado los obispos europeos de la COMECE desde la ciudad de Lomza (Polonia).
En su mensaje han reafirmado su visión positiva de la ampliación de las fronteras comunitarias, recordando que "la Iglesia católica ha acompañado de cerca el proceso de integración europea desde sus inicios".
Tras "una cierta fatiga de ampliación", la guerra que ha estallado en el este del continente "ha dado un nuevo impulso a las futuras adhesiones a la Unión, especialmente en lo que se refiere a los países de los Balcanes y de Europa del Este", han señalado los obispos, que también han añadido que hace exactamente 20 años, con el nacimiento de la Unión Europea, llegó el momento de pasar a otro nivel con la entrada de 10 Estados miembros más.
La "ampliación histórica de la UE", han señalado en el comunicado, fue un "hito en el proceso de europeización" de la Unión, un paso hacia "lo que está llamada a ser", es decir, "un firme testimonio para nuestro tiempo de cómo la cooperación fraternal, en la búsqueda de la paz y arraigada en valores compartidos, puede prevalecer sobre los conflictos y las divisiones".
En cualquier caso, los obispos han lamentado que junto a una "sólida integración política y económica", no haya madurado en las sociedades europeas "un auténtico diálogo" entre "realidades nacionales, culturas, experiencias históricas e identidades diferentes".
En este sentido, para los obispos de la COMECE, "mientras no se desarrolle plenamente un verdadero espíritu europeo, que incluya el sentido de pertenencia a una misma comunidad y de responsabilidad compartida, la confianza en el seno de la Unión Europea podría debilitarse y la creación de la unidad podría verse comprometida por los intentos de anteponer intereses particulares y visiones estrechas al bien común".
El episcopado europeo también ha recordado que el proceso de adhesión a la UE es "bidireccional" por lo que exigen a los países aspirantes que "prosigan las reformas estructurales" en ámbitos "cruciales", como el Estado de Derecho, el refuerzo de las instituciones democráticas, los derechos fundamentales, incluida la libertad religiosa y la libertad de los medios de comunicación, la lucha contra la corrupción y la delincuencia organizada, "evitando el doble rasero en el trato a los países candidatos".
Asimismo, los obispos han indicado que la ampliación debe verse en la UE como "una oportunidad para actualizar la idea de una Europa unida, arraigada en la solidaridad práctica", especialmente hacia los "miembros más vulnerables de las sociedades", como lo fue en los ideales de los padres fundadores.
