Uno de los requisitos indispensables para pedir ayudas será haber tenido una o más trabajadores en ERTE entre el 14 de marzo y el 31 de diciembre
VITORIA, 9 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Consejo de Gobierno Vasco ha aprobado, en su sesión de este martes, la concesión en 2021 de subvenciones, con una dotación de 1,2 millones, para paliar los efectos de la Covid-19 en los clubes deportivos que hayan participado en competiciones estatales y/o internacionales y en las instalaciones deportivas o gimnasios en el ejercicio 2020.
Según ha indicado el Ejecutivo vasco, el sector deportivo ha sido uno de los sectores que más ha sufrido los efectos de la pandemia debido a la paralización temporal total o parcial de su actividad. Debido a la situación epidemiológica se han suspendido las competiciones federativas, se ha reducido el aforo máximo en las instalaciones deportivas, así como el aforo de público en la celebración de competiciones, eventos y espectáculos deportivos.
Todo ello ha supuesto "una merma considerable" en los ingresos de las entidades del ámbito deportivo y, por ello, desde el Departamento de Cultura y Política Lingüística se pretende contribuir a paliar en lo posible las pérdidas económicas ocasionadas como consecuencia de las medidas adoptadas para responder a la crisis sanitaria, a fin de posibilitar la actividad económica de los agentes que desarrollan su actividad en el sector.
Las subvenciones mencionadas están dirigidas a clubes deportivos que hayan participado en competiciones estatales o internaciones en el año 2020 y a empresas y entidades que gestionan instalaciones deportivas y gimnasios.
Para optar a las ayudas, las empresas o entidades deberán haber tenido una o más personas trabajadoras en Expediente de Regulación Temporal de Empleo entre el 14 de marzo y el 31 de diciembre de 2020; estar domiciliado social y fiscalmente en la Comunidad Autónoma de Euskadi; y seguir en activo en la fecha de la solicitud.
Por su parte, los clubes deportivos que hayan participado en competiciones estatales o internaciones en el año 2020 deberán estar :
radicados en Euskadi, además de estar inscritos en el Registro de Entidades Deportivas de Euskadi desde antes de la declaración del estado de alarma (14 de marzo de 2020), estar adscritos a una federación deportiva vasca, y también haber tenido una o más personas trabajadoras en Expediente de Regulación Temporal de Empleo entre el 14 de marzo y el 31 de diciembre de 2020.
Según ha precisado el Ejecutivo vasco, quedarán excluidos de esta convocatoria las instalaciones deportivas con una participación pública de más de un 50%, las instalaciones públicas gestionadas por empresas privadas en régimen de concesión o contrato administrativo, salvo que éste sea a riesgo y ventura de la empresa adjudicataria, y los clubes deportivos o sociedades anónimas deportivas de las ligas profesionales.
La cuantía de las ayudas se establecerá en función del número máximo de personas trabajadoras en el establecimiento o centro de trabajo al que se refiera la solicitud, de forma que las subvenciones ascenderán a 3.000 euros (uno a tres trabajadores), 4.000 euros (cuatro a nueve empleados), y a 5.000 euros (diez o más trabajadores).
Además, únicamente se concederá una ayuda por establecimiento o centro, con un máximo de cinco establecimientos por entidad. Por lo tanto, en el caso de que una entidad presente varias solicitudes para diferentes establecimientos, con un máximo de cinco, se dividirá el total de personas trabajadoras entre el número total de establecimientos. Las empresas, entidades o clubes interesados en solicitar estas ayudas podrán hacerlo a partir del día 26 de marzo.
ESTUDIO DEL IMPACTO DEL COVID
El Gobierno Vasco ha señalado que las ayudas anunciadas hoy ayudarán a paliar los efectos que la pandemia ha tenido en el ecosistema deportivo de Euskadi. Según un estudio realizado por Gaia para la Escuela Vasca del Deporte, en mucho sectores el impacto de la pandemia ha afectado a uno de cada dos empleados y ha sido "especialmente notable en los perfiles laborales más frágiles". Aunque afecta a "la práctica totalidad del ecosistema", clubes y empresas de servicios deportivos se llevan "la peor parte".
En los clubes sólo el 14% de los empleos directamente relacionados con su funcionamiento se ha mantenido estable. El 37% se ha acogido en algún momento a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo y el 49% del empleo creado directamente por los clubes ha desaparecido.
En las empresas de servicios deportivos el 20% de las personas empleadas se han tenido que acoger a un Expediente de Regulación Temporal de Empleo y en el 44% de los casos no se ha prorrogado el contrato de trabajo. Dentro de las federaciones deportivas sólo el 18% de los empleos se ha mantenido estable y el 27% se ha tenido que acoger a un ERTE.
Respecto a los ingresos, los efectos de la Covid-19 han supuesto un descenso notable para las diferentes organizaciones que componen el ecosistema deportivo en Euskadi. La mayor fuente de ingresos hasta que llegó la pandemia fueron los patrocinios, las licencias o las entradas y debido a las restricciones de cada momento se han reducido notablemente o directamente han desaparecido. Son los clubes y las empresas de servicios deportivos quienes se llevan la peor parte también en este aspecto, mientras que las federaciones deportivas soportan mejor este desgaste.
Para el 52% de los clubes los ingresos por tickets o entradas a espectáculos o competiciones ha desparecido y el 45% ha perdido los ingresos por patrocinios. Para el 55% las empresas de servicios deportivos la pérdida de ingresos ha sido total respecto al ejercicio del 2019.
La mayor pérdida de ingresos (47%) es debido a la paralización de diferentes cursos seguido por la no venta de entradas para competiciones o espectáculos. Dentro de las federaciones deportivas ninguna ha perdido el total de sus ingresos, pero el 29% indica que han perdido entre el 20 y el 50% de sus ingresos.
Este 2021 las distintas organizaciones del ecosistema deportivo de Euskadi prevén al público una reducir su oferta y los servicios que ofrecen al mercado. Es por ello que estiman una menor cantidad de ingresos, y, en consecuencia, creen que esas medidas repercutirán de manera directa en el empleo que generan y en una reducción de sus gastos, con su correspondiente impacto en el empleo indirecto.
