El director del Museo das Peregrinacións aboga por "conservar lo máximo posible" de la muralla del siglo X "in situ"

Actualizado: lunes, 23 marzo 2009 16:27

Destaca la aparición de otros restos "muy importantes", como el sistema de cimentación del Banco de España, que data del siglo XVIII

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 23 Mar. (EUROPA PRESS) -

El director del Museo das Peregrinacións, Bieito Pérez Outeiriño, abogó hoy por "conservar lo máximo posible" de la muralla del siglo X descubierta recientemente en el sótano del Banco de España de Santiago de Compostela "in situ", puesto que este edificio albergará el citado museo.

"Esta casa debería dar ejemplo al conservar lo máximo posible, porque la interpretación de la ciudad se va a hacer aquí", entendió, al tiempo que consideró "mejor" poder "ver los restos in situ, en lugar tener que buscar la ayuda de unos paneles, maquetas o proyecciones".

En cualquier caso, apostó por esperar a que "termine la excavación" y "se conozcan todos los restos", con el fin de que los técnicos arqueólogos "puedan hacer su valoración" y se decida "qué es lo que se conserva", y a que los responsables políticos "tomen también su decisión".

Tras apuntar que el proceso arqueológico "aún acaba de comenzar" al detectarse este "resto de primera categoría", advirtió que el sótano del Banco de España "alberga otros restos muy importantes", como un sistema de cimentación que data del siglo XVIII.

Según explicó la arqueóloga responsable de las excavaciones, Dolores Gil Agra, los cimientos de este edificio están construidos "sobre un terreno de arena poco consistente, puesto que por ella corre el agua". "Pero se encontró un solución estructural que da una solidez tremenda, mediante la colocación de palos de madera --estacas-- que, en posición oblicua, sostienen la base del muro y lo estabilizan", ilustró.

VALORACIÓN DEL CONSORCIO

Por su parte, el gerente del Consorcio de Santiago de Compostela, Xosé Manuel Villanueva, valoró hoy en rueda de prensa el hallazgo del primer sistema de fortificación de la ciudad.

Además, tildó de "magnífico" que estos restos aparecieran en el edificio que albergará la "realidad histórica de la ciudad", puesto que aportarán "una gran riqueza" al citado espacio museístico.

NUEVAS INCÓGNITAS

Para el director del programa URBE --que pretende contabilizar toda la documentación histórica de Compostela--, el historiador Fernando López Alsina, el descubrimiento de esta muralla significa que los planos de 1908 "son una fuente rigurosa y exacta que ayudará a localizar más cosas", puesto que en ellos estaba señalada la existencia del sistema defensivo.

No obstante, el hallazgo en el sótano del Banco de España crea nuevas dudas sobre, por ejemplo, las cotas de construcción, que debían de estar "mucho más abajo". Además, consciente de que esta muralla cruza la Praza das Praterías, no descarta que "si en un futuro, hay que hacer una reforma en ella, se pueda mirar qué hay debajo".

Por su parte, la arqueóloga responsable de las excavaciones explicó que lo que actualmente queda de foso "es mucho menos" de lo que era originariamente, puesto que podía alcanzar los seis metros. Esto se debe a que fue rebajado cuando se construyó el sótano y apunta que en casas contiguas también puede haber sucedido esto.

De todas formas, apostó por "vaciar todo" para ver si aparecen elementos arqueológicos o incluso "restos de comida", aunque no descartó que ya fuese vaciado en el momento que se edificó por encima. Hasta el momento, según indicó, sólo aparecieron trozos de teja que pueden datar del siglo XVII o XVIII.

MURALLA DEL SIGLO X

El profesor López Alsina explicó que los restos encontrados la semana pasada forman parte del primer sistema defensivo de la capital gallega, que servían para proteger "el lugar santo", formado por la Iglesia de San Paio, la de la Corticela --actualmente constituye una capilla en el interior de la catedral-- y la Iglesia de Santiago.

De este modo, un espacio circular de aproximadamente 2,5 hectáreas quedaba comprendido dentro de una muralla con foso --un sistema de defensivo de 16 metros de ancho-- con el objetivo de preservar los templos de la invasión de los normandos. De hecho, el Cronicón Iriense de finales del siglo XI recoge que el obispo Sisnando ordenó fortificar el lugar santo con muro y torres y unos fosos muy profundos que se rellenaban de agua.

Según este documento citado por el profesor López Alsina, costó mucho trabajo construir el circuito defensivo, hasta el punto de que fue necesario un arquitecto. Sobre las torres que indica el Cronicón, una de ellas está localizada en el número 19 de la Azabachería y se cree que la otra se encuentra en el cierre occidental de la catedral; del mismo modo que se entiende que debía de tener una puerta en la salida de la Rúa do Vilar hacia la Praza das Praterías, puesto que esa calle ya existía y "no tiene sentido que terminara en un muro".

En todo caso, cuando la ciudad comenzó a crecer y se inició la construcción de la catedral románica debido al desarrollo del culto a Santiago, ésta no cabía en el interior de la muralla primitiva, por lo que se tiró parte de la existente y se decidió construir otra. Del siglo XI es el segundo sistema de fortificación, que cubría un espacio de unas 30 hectáreas y del que apenas se conservan unos tramos y sus puertas: Porta do Camiño, Porta Faxeira, Porta de San Roque, Mazarelos.