Inés Hernand y Nerea Pérez (Saldremos mejores):"Vivimos en una distorsión en la que se llama activismo a poner un tweet"

Inés Hernand (D) Y Nerea Pérez De Las Heras (I) En El Teatro Colón De A Coruña Donde Actuan Con Su Show Saldremos Mejores
Inés Hernand (D) Y Nerea Pérez De Las Heras (I) En El Teatro Colón De A Coruña Donde Actuan Con Su Show Saldremos Mejores - M. DYLAN
Publicado: sábado, 7 mayo 2022 14:12

Las protagonistas de uno de los podcast más escuchados del país llegan a A Coruña de la mano del Encuentro Mundial del Humor

   SANTIAGO DE COMPOSTELA, 7 May. (EUROPA PRESS) -

   Feminismo, precariedad laboral, la Iglesia o el aborto son solo algunos de los temas que Inés Hernand (Madrid, 1992) y Nerea Pérez de las Heras (Madrid, 1982) abordan habitualmente en su proyecto común, el podcast 'Saldremos mejores', uno de los más escuchados del país y que produjo este viernes en A Coruña su primer episodio en directo y con público.

   'Saldremos mejores' Live, un "programa sociopolítico que busca pulsar teclas en las conciencias", forma parte de la programación de este año del Encuentro Mundial del Humor que se celebra en la ciudad herculina.

   Con un público entregado a demoler la cuarta pared, Inés y Nerea dedicaron este programa especial a explicar por qué Madrid es la Comunidad a la que el resto de regiones "no invitan a sus fiestas", una justificación salpicada de guiños a Galicia, a su política --con referencias a la relación Ayuso-Feijóo--, a la condena al futbolista del Celta, Santi Mina, o al doble año Xacobeo.

   Protagonistas además de la función fueron el licor café, del que tomaron un chupito cada vez que resonaba la palabra capitalismo, el himno de Pondal entonado de forma improvisada por el público, o una familiar del político gallego Romay Beccaría, que subió al escenario cuando las humoristas preguntaron si había "pijos" en la sala.

"NO SALDREMOS MEJORES"

   Minutos antes, en los camerinos del Teatro Colón, Inés y Nerea atienden a Europa Press mientras se maquillan. "Vivimos en una distorsión de la realidad muy rara en la que se llama activismo a poner un tweet", reflexiona Nerea sobre la pregunta de si saldremos mejores, a la que al unísono y sin dudar responden "no".

   "Hemos naturalizado cosas que son despiadadas y locas. Una criatura de ocho años cobrando dos euros la hora para que tú tengas un determinado armario no es sostenible ni es humanamente justo", afirma rotunda Nerea. Las dos coinciden en señalar que "hay que replantearse el sistema", ahora mismo "insostenible y suicida".

   "Pero tiene que ser colectivo", interrumpe Inés. "La gente tiene que sentirse incómoda con trabajar 12 horas al día por un salario mínimo interprofesional que no les llega para cubrir su vida normal".

   Nerea va más allá y lo califica de "delito", aunque la sociedad no lo vea. "La gente no detecta como abusos cosas que lo son. Tener que trabajar gran parte de tu vida para alquilar tu supervivencia está interiorizado".

REALIDADES INVISIBILES EN EL DEBATE PÚBLICO

   Pese a todo, todavía ven "un poquito de luz al final del túnel". Consideran que hay "espacio para el cambio", ven que hay mayor conciencia, sobre todo entre la generación Z, y mucho enfado, pero que faltan formas de "canalizar eso".

   "Al final las vías siguen siendo las tradicionales: organizarse y acudir a sus representantes públicos. Cada uno tiene que actuar en su propia realidad", apunta Nerea. Inés da un ejemplo práctico al respecto: "Uno tiene que ir a su puesto de trabajo y decir: es que no voy a trabajar más gratis; a su centro de salud y recordar que tiene derecho a una atención de calidad de salud mental, y no para dentro de cuatro meses, para ya".

   Hernand está convencida de que llega un momento en el que "te tienes que plantar". Eso buscan transmitir en cada capítulo del podcast; eso y que "todavía hay esperanza". "Esto no es un sálvese quien pueda. No todos son corruptos, no todo está perdido. Hay posibilidades. Estas son las herramientas, puedes utilizarlas", defiende Nerea.

   Voces de mujeres jóvenes que comentan, con un poco de humor e ironía, lo que supone intentar sobrevivir con 800 euros o pasar por un aborto, debaten sobre sexo y hasta explican las formas legales de reclamar el pago de las horas extra.

   "Con el mero hecho de verbalizarlo ya lo estás poniendo en el debate público. A veces das por hecho que porque tú lo comentes en tus círculos, se hace en otros, pero no es así", destaca Inés.

   Las dos remarcan emocionadas los mensajes que les llegan de personas que, escuchando sus charlas, se dan cuenta de que "son cosas que se le habían pasado por la cabeza, pero que no se lo había oído decir a nadie o no tenía a nadie con quien hablarlo".

NO TODO VALE EN EL HUMOR

   Inciden en la importancia de estos mensajes cuando sale el tema de los 'haters' en redes sociales. "Nos pasamos la vida hablando de haters, cuando son pavos aburridísimos que reman a la contra todo el rato. Alguna cosa leemos pero preferimos invertir nuestro tiempo en otras cosas, como un buen Albariño", comenta Inés, que insiste además en transmitir que un buen motivo para ignorarlo es que hacen daño. "Porque te hundes, por qué no decirlo, porque te hundes. Si estás todo el rato leyendo insultos, es que te acaba entrando por ósmosis".

   Por el momento, bromean, solo se tienen que enfrentar a los haters, ya que "todavía no tienen ninguna denuncia". Para evitarlas, apunta Nerea, les viene muy bien que Inés sea abogada. "Así podemos decir presunto cuando es presunto y maldito asesino cuando es un maldito asesino".

   "Pero tenemos cuidado", apostilla Inés. "No hemos dicho nada que sea objeto de denuncia porque, por muy cursi que suene, la verdad nunca va a ser objeto de denuncia. Y actualmente es una pena, pero es el miedo que existe en la sociedad, a que lo se que pueda decir llegue a ser objeto de denuncia", advierte.

   No creen en la autocensura ni tampoco en un exceso de corrección en el humor, aunque ambas aseguran que "ni se puede ni se debe bromear con todo, ni funciona". Tal y como lo ve Hernand, hay recursos que ya están quemados. "Te puedes reír de cosas que no incomoden en la reflexión actual que tenemos", comenta.

   Pérez de las Heras matiza que, si bien un chiste "no es un discurso en el parlamento europeo", por lo que no es necesario pecar de una excesiva "autovigilancia o un puritanismo loco", "el humor es una herramienta de comunicación". "Si tu intención es hacer reír, pero te cebas con el más vulnerable, tus chistes son una agresión", asevera.

"PELIGROSO SERÍA QUE EL FEMINISMO NO DEBATIESE"

   El humor es uno de los pilares sobre los que parten muchos de sus debates estas dos amigas --que definen su relación como de "mágico amor correspondido"--, y "un debate más profundo" es lo que creen que falta en el feminismo actual, otro tema que las "obsesiona".

   A la causa han dedicado muchos de sus episodios, algunos de ellos entre sus favoritos como el de 'Saldremos, mujeres' o 'Ni una menos', y por eso celebran que el feminismo "esté marcando la agenda política de España desde hace ya unos años de una forma bestial".

   Temen, sin embargo, que lo que deberían ser "disensos" normales en un movimiento que "está vivo" se intenten vender por un sector "muy determinado" de la sociedad como una debilidad; un "míralas, están divididas".

   "A mí lo que me parece arriesgado es no estar divididas, lo que me parece un peligro son los movimientos en bloque, absolutamente dogmáticos, en los que no cabe el debate. Eso se llama fascismo", sostiene Pérez de las Heras.

   El feminismo es un movimiento que tiene 200 años de historia, continúa Nerea, "y en cada uno de esos años ha provocado cambios profundísimos, siempre con debates internos". "¿Cómo no va a haber muchas voces disidentes si es una cosa que se está construyendo cada día?", se pregunta.

   Las dos compañeras coinciden en que es necesario un debate "más profundo", algo que para ellas parece que niega el contexto actual. "Una de las inercias que nos ha metido twitter en el cuerpo, es que hay que elegir bandos y que no existen los matices en las discusiones", lamenta Nerea.

   Sí hay debate en el feminismo, insisten, sí hay división porque "vamos con la sociedad". "Y tenemos que hablar, claro, pero no se nos puede reprochar nada porque lo estamos haciendo fenomenal, mujeres", concluyen.

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