China juzga al abogado de DDHH Wang Quanzhang ante la preocupación de ONU y ONG

Actualizado: miércoles, 26 diciembre 2018 16:38

TIANJIN (CHINA), 26 Dic. (Reuters/EP) -

El abogado de Derechos Humanos Wang Quanzhang ha sido juzgado este miércoles en un tribunal de la ciudad china de Tianjin por supuestamente entrenar a "fuerzas extranjeras", un caso por el que tanto Naciones Unidas como ONG han expresado preocupación.

Wang es un letrado conocido por llevar la defensa de los seguidores de Falun Gong, un movimiento espiritual que las autoridades chinas consideran "herético". Despareció en agosto de 2015 en el marco de una serie de redadas contra activistas.

Para la mayoría de los detenidos ese verano, que son conocidos como los 709 Casos por los arrestados solo durante el primer día de registros, el 9 de julio de 2015, los procesos judiciales han concluido. Sin embargo, Wang sigue encarcelado.

Su mujer, Li Wenzu, denuncia que no le ha podido visitar desde que fue arrestado. Li ha contratado hasta a siete abogados pero a ninguno le han permitido ver a Wang. El defensor de los Derechos Humanos ha pasado más de mil días incomunicado.

El juicio de este miércoles se ha celebrado también a puerta cerrada porque, según han esgrimido las autoridades judiciales, afecta a secretos de Estado. Así, ni los familiares de Wang, ni la prensa extranjera ni los diplomáticos occidentales han podido estar presentes.

A las puertas del tribunal de Tianjin se han concentrado algunos seguidores de Wang. Entre ellos estaba Yang Chunlin, otro activista que ha estado en la cárcel por subversión. "Wang Quanzhang es una buena persona" y "yo apoyo a Wang Quanzhang" ha gritado antes de que agentes de paisano le metieran en un coche y se lo llevaran.

Según el escrito de acusación al que ha tenido acceso Reuters, Wang ha sido acusado de subversión por trabajar con Peter Dahlin, un activista sueco que fue detenido y deportado en 2016, y otros para ayudar a "fuerzas hostiles". Wang se habría visto influenciado por "fuerzas anti China" y habría sido entrenado y financiado por grupos extranjeros, señala.

Dahlin ha emitido un comunicado en el que asegura que no hay ninguna prueba contra Wang. De acuerdo con el activista sueco, todos los testigos en cuya declaración se basa la acusación han sido puestos bajo vigilancia mientras que uno despareció durante los interrogatorios.

"No hay fundamento legal para procesar a Wang Quanzhang. El tribunal debería liberarlo sin más dilación", ha escrito Dahlin, que ahora está radicado en Madrid.

La corte de Tianjin ha concluido el juicio este miércoles si bien ha indicado que el veredicto se conocerá más adelante.

"UNA CHARADA CRUEL"

La portavoz del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Ravina Shamdasani, ha confesado que "hay una gran preocupación por la forma en la que se está gestionando el caso". "Incluido el juicio de hoy a puerta cerrada, que entendemos que es la primera vez que ha visto a un juez desde que fue detenido hace más de tres años", ha indicado.

Shamdasani ha recordado a las autoridades de Pekín que están vinculadas por "las obligaciones de China en materia de Derechos Humanos". Deben "garantizar que se respeta el derecho al debido proceso", ha recalcado en declaraciones s Reuters desde Ginebra.

Por su parte, Amnistía Internacional ha considerado que el caso contra Wang "es una cruel charada". "Es un juicio vergonzoso en el que está siendo proceso solamente por defender pacíficamente los Derechos Humanos", ha afirmado Doriane Lau, investigadora de AI en China.

JUICIOS EN NAVIDAD

El presidente chino, Xi Jinping, ha estrechado el cerco sobre los disidentes en sus seis años de Gobierno. Cientos de activistas han sido detenidos y decenas encarcelados.

Es habitual que las autoridades chinas celebren los juicios contra estas personas durante las fiestas navideñas en un intento por minimizar su impacto internacional.

El martes, un tribunal de Guangdong prohibió ejercer al abogado de Derechos Humanos Liu Zhengqing por considerar que sus alegatos vulneran la seguriad nacional, según denuncia la ONG hongkonesa Human Rights Defenders.

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