BERLÍN, 15 Abr. (Reuters/EP) -
Unos 200 alemanes criados en hogares de acogida, muchos de los cuales sufrieron abusos en instituciones gestionadas por la Iglesia Católica, participaron este jueves en una marcha en Berlín para llamar la atención sobre la difícil situación en la que se encuentran las víctimas.
La manifestación coincidió con las conversaciones entre el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Robert Zollitsch, y la ministra de Justicia, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, para solucionar la disputa que ha generado el escándalo de los abusos sexuales en instituciones católicas.
Los manifestantes llevaban pancartas con mensajes como "Abrid los archivos", y una mujer mostraba una que decía: "Tuve que comer vómito". Uno de los manifestantes llevaba un crucifijo con muñecas clavadas en éste, y otro una figura gigante de una monja vestida con un hábito negro y con un crucifijo en una mano y un palo en la otra.
El tema de los abusos sexuales en las instituciones católicas es especialmente sensible en Alemania, ya que el Papa Benedicto XVI, el ex cardenal Joseph Ratzinger, es alemán y fue arzobispo de Munich cuando un sacerdote de su archidiócesis que se estaba sometiendo a una terapia por haber perpetrado abusos sexuales se incorporó al trabajo. El Vaticano ha negado que el Papa tuviera que ver en esa decisión. El hermano del Pontífice, el reverendo Georg Ratzinger, ha admitido que infligió castigos físicos.
El grupo 'Ehemalige Heimkinder' (Ex hogar infantil), que ha pedido una disculpa y una compensación a las víctimas, criticó que lleva mucho tiempo intentando que los políticos escuchen los testimonios de las víctimas de abusos y que no han hecho nada hasta ahora. El grupo está formado por personas que han vivido en hogares de acogida infantiles, incluidas instituciones religiosas.
"Hemos sabido de la magnitud de las lesiones físicas y espirituales durante décadas y estamos sorprendidos del bombo que se le está dando a los abusos sexuales de repente. Hemos estado hablando de ello durante años, pero nadie estaba interesado", dijo el portavoz Dirk Friedrich.
Más de 250 católicos alemanes han denunciado supuestos abusos, de los cuales la mayoría tuvieron lugar supuestamente en escuelas hace varias décadas.
OLA DE APOSTASÍAS
El periódico 'Frankfurter Allgemeine Zeitung' informó de que la Iglesia Católica ha perdido un número casi sin precedentes de fieles el mes pasado en el suroeste de Alemania debido al escándalo sobre los abusos sexuales. La diócesis de Freiburg perdió 2.711 miembros, una cantidad que prácticamente triplica la de marzo de 2009, según el citado diario.
Leutheusser-Schnarrenberger ha acusado a la Iglesia de ser poco colaboradora y mostrar escaso interés en aclarar los casos. Por su parte, Zollitsch ha exigido a la ministra que retire sus declaraciones.
No obstante, en la reunión mantenida este jueves ambos acordaron trabajar juntos para hacer frente al problema. "Las dos partes coincidieron en que la prioridad de la Iglesia Católica y de las autoridades estatales es intentar esclarecer a fondo, en estrecha colaboración entre ambos y con las víctimas, los antiguos casos de abusos sexuales a niños en las instituciones de la Iglesia", informaron.
Leutheusser-Schnarrenberger acogió con satisfacción las medidas tomadas por la Iglesia, como la creación de una línea telefónica de atención a las víctimas, pero insistió en que los procedimientos internos de la Iglesia no deben dificultar las investigaciones de las autoridades estatales.
La Conferencia Episcopal alemana participará en un grupo de trabajo para resolver los casos y, al margen de las cuestiones legales, un asunto fundamental será cómo reconocer el sufrimiento de las víctimas en los casos afectados por la ley de prescripción, señalaron ambos.
La semana que viene tendrá lugar una mesa redonda de ministros alemanes y figuras prominentes de la Iglesia y las instituciones laicas para debatir sobre cómo abordar los abusos sexuales a menores. Aunque la Iglesia Católica se ha convertido en el centro del escándalo, también han salido a la luz abusos cometidos en instituciones protestantes y laicas.
