Cierran decenas de colegios en Corea del Sur por el brote de MERS tras confirmarse cinco nuevos casos

Personas llevan máscaras para protegerse del brote de MERS
Foto: KIM HONG-JI / REUTERS
Actualizado: miércoles, 3 junio 2015 11:18

MADRID, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Cerca de cuarenta escuelas infantiles y colegios de educación primaria han cerrado sus puertas durante toda esta semana en la provincia surcoreana de Gyeonggi, donde se registró la primera muerte provocada por el brote del síndrome respiratorio por coronavirus de Oriente Próximo (MERS-CoV) que ha afectado a 30 personas en el país asiático en las dos últimas semanas, dejando dos víctimas mortales.

   Así lo han confirmado las autoridades locales, que previamente habían advertido que 22 escuelas primarias de la provincia estaban en riesgo de ser expuestas al virus. Todos estos centros privados se encuentran cerca del hospital en el que murió una mujer de 58 años que estuvo en contacto con el primer enfermo detectado en Corea del Sur, según publica la agencia de noticias estatal, Yonhap.

   Este anuncio llega poco después de que el Ministerio de Salud del país confirmase cinco nuevos casos de personas afectadas por el MERS, lo que eleva a treinta el número total.

   El Gobierno surcoreano también ordenó a principios de esta semana prohibir la salida del país a las personas que hayan estado expuestas al coronavirus. El primer caso se detectó el pasado 20 de mayo y desde entonces se han extremado las medidas de prevención para evitar nuevos contagios.

   El Ministerio de Sanidad destaca que por el momento no se ha detectado ningún caso terciario, lo que quiere decir que todos los infectados hasta ahora estuvieron en contacto directo con el paciente cero y por lo tanto se considera que los afectados no son portadores.

   El MERS es una enfermedad respiratoria viral que hasta ahora no había afectado a los seres humanos. El primer caso confirmado se detectó en Arabia Saudí en 2012 y desde entonces se han detectado 1.142 casos en 23 países, la mayoría en la región de Oriente Próximo. Por el momento no hay vacuna ni tratamiento alguno para la enfermedad, que tiene una tasa de mortalidad superior al 40 por ciento.