Crónica China.- Amnistía recuerda el décimo aniversario de la 'matanza de Gulja', una masacre "similar a Tiananmen"

Actualizado: lunes, 5 febrero 2007 17:26

La organización asegura que murieron "centenares o miles" de manifestantes uigures a manos de las autoridades

MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -

Amnistía Internacional (AI) recordó hoy el décimo aniversario de la llamada 'matanza de Gulja', cuando "centenares o miles" murieron a manos de las autoridades como consecuencia de la represión contra una serie de manifestaciones de la etnia uigur contra "la creciente represión" de su cultura y su religión en la Región Autónoma Uigur del Sin-Kiang, en el noroeste de China.

"Hace diez años tuvo lugar otra matanza de manifestantes pacíficos, al estilo de la de Tiananmen, pero esa vez las autoridades chinas pudieron ocultar lo sucedido a los ojos del mundo", afirmó la organización en su página de Internet.

Los hechos sucedieron el 5 de febrero de 1997, cuando se celebraron varias manifestaciones pacíficas en la ciudad de Gulja, en Sin-Kiang. Según fuentes locales citadas por Amnistía, la manifestación se convocó en protesta por la creciente represión de la cultura y la religión uigures en Gulja y sus alrededores. "Centenares, y posiblemente miles, de personas perdieron la vida o resultaron heridas de gravedad", aseguró la organización.

"Muchas otras fueron detenidas durante las manifestaciones y en los días posteriores", mientras que "a muchas de las personas detenidas las golpearon o las torturaron con otros métodos", prosiguió. Desde entonces, "hay un número indeterminado de las que no se ha vuelto a saber nada", denunció Amnistía.

LOS UIGURES

Los uigures son una minoría étnica predominantemente musulmana que se concentra principalmente en Sin-Kiang. Desde la década de los ochenta, según Amnistía, esta comunidad ha sido víctima de violaciones sistemáticas y generalizadas de Derechos Humanos, tales como detención y encarcelamiento arbitrarios, detención en régimen de incomunicación y graves restricciones de la libertad religiosa, así como de los derechos sociales y culturales.

Entre otros ejemplos de esa represión, Amnistía recuerda la prohibición de los 'meshreps', unas reuniones sociales tradicionales uigures que se venían organizando desde 1994 en un intento de revivir las tradiciones culturales e islámicas y de erradicar males sociales como el consumo de alcohol, tabaco y drogas.

Los dirigentes de la comunidad uigur en Gulja y en sus alrededores habían organizado además una liga extraoficial con equipos de fútbol locales, pero las autoridades también clausuraron los equipos y destruyeron las instalaciones deportivas.

Aparte, recuerda AI, un gran número de uigures habían sido detenidos bajo sospecha de ser "separatistas, terroristas o extremistas religiosos", especialmente durante una campaña de mano dura contra la delincuencia aplicada en 1996. Entre los detenidos había presuntos dirigentes de 'meshreps', así como estudiantes de escuelas religiosas e imanes.

Asimismo, "se ha ejecutado a presos políticos uigures después de juicios injustos", denunció Amnistía Internacional. "En los últimos años, China ha explotado la 'guerra contra el terror' internacional para reprimir a los uigures, a los que ha tachado de 'terroristas', 'separatistas' o 'extremistas religiosos'", según la organización.

LOS HECHOS

En la mañana del 5 de febrero de 1997, recuerda Amnistía, varios centenares de jóvenes uigures, entre ellos mujeres y niños, tomaron las calles de Gulja portando pancartas, gritando consignas religiosas y pidiendo la igualdad de trato para los uigures. Las fuerzas de seguridad, entre ellas la Policía antidisturbios y unidades de la Policía Armada Popular, les cerraron el paso.

Algunas fuentes aseguraron que varios agentes de Policía abrieron fuego contra la multitud hiriendo gravemente a varias personas. Otras indicaron que la Policía disparó al suelo en dirección a la manifestación y que varias personas resultaron heridas --y algunos niños murieron-- al ser alcanzados por balas rebotadas.

A continuación, la Policía rodeó y detuvo a centenares de personas, que fueron cargadas en camiones y conducidas al Centro de Detención de la Policía en la ciudad de Yining, también conocido como la prisión de Yengi Hayat ('Vida Nueva'). Según un testigo presencial, los camiones estaban tan repletos que las personas se amontonaban unas encima de otras.

Según los informes citados por AI, agentes de Policía sentados sobre los detenidos les golpeaban con palos y varias personas que se encontraban debajo de la pila humana murieron asfixiadas. Al llegar a prisión, los policías arrojaron a la gente fuera de los camiones provocándoles fracturas de piernas y manos. "Vi a una mujer con una oreja colgando", relató un testigo.

El mismo día por la tarde, amigos y familiares de los detenidos por la mañana volvieron a salir a la calle. Algunos de los manifestantes llevaban piedras y las arrojaron a la Policía. Según los informes, los agentes golpearon a los manifestantes con porras de madera de más de un metro de largo y utilizaron gases lacrimógenos en un intento de disolver la protesta. Alrededor de 100 personas resultaron heridas y varios niños murieron por los efectos de los gases lacrimógenos.

Se cree que durante las manifestaciones que tuvieron lugar en la mañana y la tarde del 5 de febrero de 1997, unos 20 niños murieron a consecuencia de la actuación policial, algunos ese mismo día y otros días o semanas más tarde debido a las lesiones sufridas.

Esa tarde, otros cientos de manifestantes fueron detenidos y conducidos a distintos centros de detención en la prefectura de Ili, a la que pertenece Gulja. Según los informes, la cifra era tan elevada que todos los centros de detención del distrito estaban llenos. En la prisión de Yengi Hayat, en celdas diseñadas para un máximo de 10 personas se hacinaban entre 40 y 50 detenidos, que no tenían espacio ni para sentarse.

Según los informes citados por la organización, muchos detenidos sufrieron palizas bajo custodia. En un incidente ocurrido en la prisión de Yengi Hayat, unas 40 personas fueron obligadas a arrodillarse en el suelo y la Policía les golpeó por detrás con bastones de madera.

En otra ocasión, según el relato de varios testigos presenciales, soldados o policías antidisturbios reunieron en un espacio abierto, posiblemente un estadio, a entre 300 y 400 manifestantes y meros residentes que habían sido detenidos el 5 de febrero y los regaron con mangueras de agua helada. Según los informes, se obligó a todos los integrantes del grupo, entre los cuales había niños, a permanecer dos horas a la intemperie, empapados, expuestos a las gélidas temperaturas de febrero. Algunos jóvenes, mujeres y hombres, fueron obligados a correr descalzos sobre la nieve.

Los disturbios continuaron al día siguiente, cuando miles de personas se lanzaron a las calles para protestar. Para entonces había llegado a la ciudad un gran número de agentes de policía de refuerzo, que recorrieron las calles deteniendo y golpeando a niños y adultos.

En algunas zonas, los manifestantes atacaron a la Policía o a residentes chinos y sus negocios e incendiaron algunos vehículos, mientras que, según los informes, las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra manifestantes y transeúntes. Pese a que ya han pasado diez años de estos enfrentamientos, según Amnistía, se desconoce la cifra exacta de muertos.

"ACTO DE TERRORISMO"

Las autoridades chinas describieron oficialmente los disturbios como un acto de "terrorismo". En un informe publicado en enero de 2002, las autoridades atribuyeron el incidente al Partido Islámico de Alá del Turquestán Oriental, posteriormente denominado Movimiento Islámico del Turquestán Oriental.

A instancias de China, la ONU incluyó en 2002 a este movimiento en la lista de "organizaciones terroristas", aunque los datos que fundamentan esta decisión, según Amnistía, "no están claros".