Crónica Irak.- Cheney y Petraeus insistieron en acusar a Irán de armar a Al Sadr pese a la oposición de Rice y Gates

Actualizado: martes, 3 junio 2008 14:31

Los Departamentos de Defensa y Estado y el Consejo de Seguridad Nacional consideraron que las acusaciones eran infundadas

WASHINGTON, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

La Administración de Estados Unidos, sobre todo el vicepresidente Dick Cheney y el comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, general David Petraeus, siguió adelante con sus acusaciones contra Irán de haber suministrado proyectiles explosivos de carga hueca (EFP) a las milicias chiíes de Irak a pesar de que habían sido rechazadas por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, y por el secretario de Defensa, Robert Gates, que las consideraron infundadas, según revela un informe del Center for Research on Globalization, hecho público ayer.

Durante meses, el Gobierno de George W. Bush ha sostenido que los EFP --con capacidad para penetrar en vehículos acorazados-- utilizados por las milicias chiíes del Ejército del Mahdi, que combaten contra la ocupación estadounidense bajo el liderazgo de Muqtada al Sadr, habían sido fabricadas en Irán.

No obstante, cuando estos argumentos fueron expuestos internamente por miembros del Ejército en enero de 2007, fueron rechazados por altos responsables de la Administración que consideraron que estaban infundadas, según explicó Gareth Porter, un historiador estadounidense experto en seguridad nacional y autor del informe del Center for Research on Globalization, organización no gubernamental con sede en Montreal.

Entre estos altos responsables se encontraban Condoleezza Rice, Robert Gates y el consejero de Seguridad Nacional, Stephen Harley, quienes intentaron que Dick Cheney se echara atrás en sus acusaciones a Irán, ya que, a su juicio, podrían poner en peligro la política de concesiones hacia Teherán puesta en marcha por Washington entre diciembre de 2006 y enero de 2007.

A pesar de ello, Cheney siguió adelante con sus acusaciones e impuso el discurso oficial estadounidense sobre las EFP tras llegar a un acuerdo con Bush y gracias a la complicidad del comandante de las fuerzas estadounidenses en Irak, general David Petraeus.

LAS OBJECIONES

El 24 de enero de 2007, el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, reconoció en su rueda de prensa habitual que tanto su Ministerio como el de Defensa y el Consejo de Seguridad Nacional tenían serias dudas sobre las acusaciones vertidas en el informe de los militares.

A la pregunta de un periodista de si el Gobierno tenía pruebas de que las EFP habían sido fabricadas en Irán, el portavoz respondió: "No es necesario que algo haya sido fabricado en Irán para que constituya una amenaza contra las tropas de Estados Unidos y Reino Unido". "Hay muchas formas de hacerlo, se puede suministrar conocimientos en la materia o entrenar a otras personas en Irak para que lo hagan", añadió.

El 2 de febrero de 2007, Hadley fue más tajante en su rueda de prensa para explicar la situación de la seguridad en Irak: "La verdad, francamente, es que el informe (sobre la fabricación de EFP en Irán) fue sobrevalorado", aseveró. "Lo devolvimos (a los militares) para que lo precisaran y se centraran en hechos concretos", añadió.

EL GENERAL PETRAEUS

Cheney, según Gareth Porter, aún se guardaba una carta en la manga. Cuando el 9 de febrero de 2007 la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, fue preguntada sobre cuándo sería hecho público el informe, ella respondió que "las decisiones al respecto se están tomando en Bagdad".

Poco después, el general George W. Casey fue apartado del mando de las tropas en Irak y sustituido precisamente por el general Petraeus, el cual llegó a un acuerdo con la Casa Blanca para, sin consultar a los Departamentos de Defensa y Estado, acusar públicamente a Irán de suministrar EFP al Ejército del Mahi y asegurar que la unidad de élite iraní Fuerza Qods estaba fabricando estas armas en Irak.

McCormack intentó compensar esta maniobra asegurando en rueda de prensa que el informe se refería más que nada a "la amenaza" a que se enfrentaban las tropas "debido a estas armas y a las redes que las suministran". Por su parte, el jefe del Estado Mayor conjunto, general Peter Pace, aseguró que no tenía pruebas concluyentes que confirmasen las informaciones de sus subalternos en Irak sobre el papel de la Fuerza Qods en la fabricación de EFP.

"No obstante, la línea dura sobre las EFP es la que ha estado predominando en la prensa", afirmó el autor del informe del Centro, Gareth Porter. "Pese a la posición más prudente sobre las redes de EFP en el interior de Irak" mostradas por los Departamentos de Defensa y Estado y por el Consejo de Seguridad Nacional, "Cheney ya tiene un potencial 'casus belli' contra Irán", prosiguió.

"Cheney seguramente continúe aprovechando su alianza con Petraeus para seguir adelante con su propuesta para atacar a las bases de la Fuerza Qods en Irán", prosiguió Porter. Esta alianza "añade nuevas pistas sobre las causas por las que Petraeus fue recientemente propuesto como comandante del CENTCOM (Comando Central de Estados Unidos)", concluyó.