Crónica Irak (1).- Muqtada al Sadr, figura clave en el plan de seguridad en Bagdad

Actualizado: domingo, 18 marzo 2007 17:31

El clérigo chií critica en público a Estados Unidos mientras intenta contener la violencia de los elementos más radicales de su movimiento

MADRID, 18 Mar. (EUROPA PRESS) -

Cuando las tropas estadounidenses entraron en Ciudad Sadr, el principal bastión de la insurgencia chií en Bagdad por primera vez en tres años, no encontraron oposición alguna de las milicias del clérigo Muqtada al Sadr. A pesar de que nadie esperaba una repetición de los enfrentamientos de Nayaf del pasado 2004, sí existían ciertas preocupaciones en el mando militar de EEUU ante la posibilidad de un enfrentamiento que finalmente no tuvo lugar. El clérigo se comprometió a prestar su cooperación, a pesar de las recientes redadas contra los miembros de su milicia y los brotes de violencia sectaria, y hasta el momento cumple con su parte del acuerdo.

"Hasta ahora, nuestro líder nos ha ordenado que permanezcamos tranquilos", explicó uno de los funcionarios locales de la organización de Sadr, Ayad al Jabi. "Es una orden que pensamos cumplir para el éxito del plan de seguridad en Bagdad", afirmó, en declaraciones recogidas por el diario 'The Washington Post'.

El máximo responsable de Jaysh al-Mahdi, nombre formal con el que se conoce a las milicias, ha experimentado una evolución en su status político en Irak, desde clérigo populista hasta mediador político. Según los servicios de inteligencia estadounidenses, al Sadr tiene como objetivo final integrarse de forma completa en la politíca cotidiana iraquí, y el primer paso consiste en limpiar todo rastro de elementos radicales.

El clérigo chií no solo ha permitido que las fuerzas estadounidenses entren en su terreno sin levantar las armas, sino que tampoco ha respondido de forma activa a la detención, los seis últimos meses, de 700 de sus "elementos extremistas", según el Ejército de EEUU, responsables de gran parte de los asesinatos cometidos por los escuadrones de la muerte en la capital iraquí.

Esta línea moderada no es del gusto del ala radical de las milicias. Además, al menos seis de los principales asesores del clérigo, y la mayor parte de los líderes guerilleros han abandonado el barrio de Ciudad Sadr, entre ellos Abu Dera, conocido como el "Al Zarqawi chií", para evitar ser arrestados por las fuerzas estadounidenses, que temen que el clérigo pueda perder en última instancia el control sobre el grupo y volver a convertir el bastión chií en un polvorín.

PÉRDIDA DE CONTROL

"Cuando al Sadr dice: no podéis hacer ésto, por motivos políticos, es cuando empiezan a ponerse nerviosos", afirmó un responsable de las fuerzas de la coalición, bajo el anonimato, al diario estadounidense 'The New York Times'. "Y francamente, llegados a este punto, es muy fácil que muchos de los milicianos busquen otras formas de "patrocinio"", señaló.

La mayor parte de las milicias oscila entre la fidelidad a su líder y el cada vez más evidente malestar de ver a los enemigos estadounidenses entrar impunemente en sus casas. "Son una fuerza de ocupación, y rechazamos completamente su presencia", afirma el comandante Mohammed Abu Haider, un comandante miliciano que considera que el objetivo final de EEUU es "destruir por completo todo aquello relacionado con el Sayyid", título honorífico con el que se conoce al clérigo.

Sin embargo, su lealtad descansa del lado del clérigo. "Si el Sayyid dice que lo mejor es enfrentarse a los americanos, no alzaremos. Si dice que no es beneficioso, no nos alzaremos", afirmó. "Toda esta ciudad debería escuchar al Sayyid", concluyó.

Consciente de la situación, Al Sadr ha pedido en numerosas ocasionaes ayuda al Gobierno iraní y, desde el año pasado, intenta consolidar su poder entre las milicias, y expandir su influencia.

Públicamente, Al Sadr ha criticado en repetidas ocasiones la presencia estadounidense en la capital. Se presenta ante la población como "la quintaesencia del nacionalismo iraquí". Sin embargo y de forma privada, el clérigo chií ha ordenado a sus hombres que mantengan la calma sin importar las "provocaciones de las fuerzas estadounidenses" , según informaron representantes de al Sadr al 'Washington Post". La ausencia de focos de resistencia contra las fuerzas estadounidenses sugiere a los expertos de inteligencia que al Sadr todavía controla el grueso de sus tropas.

Un ejemplo de esa dualidad tuvo lugar este fin de semana, cuando al Sadr pidió a sus simpatizantes continuar la resistencia contra las fuerzas estadounidenses en Irak, mientras se responsabilizó del ataque contra el alcalde de Ciudad Sadr.

"Los ocupantes quieren dañar esta querida (Ciudad Sadr) y mancillar su nombre al afirmar que que las negociaciones y cooperación continúan entre vosotros y ellos", según reza el comunicado emitido por Al Sadr --cuyo paradero cierto se desconoce a pesar de que Estados Unidos le sitúa en Irán--. "Confío en que no les hagáis concesiones y os mantendréis por encima de ellos. Alzad vuestras voces con amor y hermandad y uniros contra vuestro enemigo", prosiguió, un día después de que hombres armados abrieran fuego contra el convoy en el que viajaba el alcalde de Ciudad Sadr, Rahim al Darraji, que resultó gravemente herido.

ESTADOS UNIDOS, CON PRECAUCIÓN

EEUU se muestra esperanzado, pero precavido, ante la aparente tranquilidad con la que se desarollan las operaciones en el bastión chií. "Estamos muy animados por lo que estamos viendo ahora mismo en Ciudad Sader", afirmó el principal portavoz de las fuerzas estadounidenses en Bagdad, el general William Caldwell. "Hay voluntad de cooperación y diálogo, algo que ha sido muy beneficioso para ambas partes", señaló el general.

La colaboración, sin embargo, podría debilitarse con la construcción, por parte del Ejército de EEUU, de una base militar para albergar a las fuerzas conjuntas norteamericanas e iraquíes a las afueras de Ciudad Sadr.

En este sentido, un diputado del bloque político de Al Sadr, Falahj Shansal, consideró la idea como "equivocada, porque no hay necesidad para la existencia de esa base, o la presencia de estadounidenses en la ciudad. Así, el comandante de las fuerzas militares estadounidenses en la capital iraquí, el general Joseph F. Fil Jr., advirtió de la posibilidad de algunos "reveses", y que el ejército del Mahdi podría estar esperando "una oportunidad para atacar".

Con todo, Estados Unidos ha aprendido la lección enseñada en los violentos combates contra las milicias de Al Sadr, el pasado año 2004 en Nayaf. "Esta vez, los americanos son inteligentes", afirma el analista político Wamidh Nadhmi. "Cuando llegaron, no hicieron consulta alguna, ni iniciarion ningún tipo de diálogo con Al Sadr, que en 2003 era la persona más importante del país". Ahora, según el analista "se están desplazando gradualmente, paso a paso", explicó.

FUERZA POLÍTICA

A día de hoy, el bloque político de Al Sadr controla 30 escaños en el parlamento iraquí. Su apoyo permitió al primer ministro Nuri al Maliki, chií conservador, llegar al poder.

Así, a pesar de la intensa presión estadounidense, el primer ministro iraquí rechazó hasta el momento emprender acciones ofensivas contra su 'benefactor', y ha apoyado desde el primer momento un acercamiento menos agresivo.

Según informaron dos de sus ayudantes al Washington Post, el primer ministro propuso a los oficiales estadounidenses convencer a Al Sadr para facilitar la entrada en Ciudad Sadr a cambio de incrementar la presencia contra la insurgencia suní, o lo que es lo mismo, la raíz de la violencia sectaria, según el Gobierno.

El Ejército estadounidense no se ha posicionado a favor de ningún grupo. El máximo responsable de las fuerzas militares en el país, el general David Petraus, se limitó a confirmar que Al Sadr se reunió con representantes de Al Maliki para recibir la información por parte del mando estadounidense, de que sus tropas entrarían en el barrio chií de "una forma respetable".