Crónica Irak.- Nueva oleada de violencia en Irak tras la destrucción de la Mezquita Dorada de Samarra

Actualizado: miércoles, 22 febrero 2006 20:26

Miles de chiíes protestaron por todos el país y atacaron 25 mezquitas suníes, pese a los llamamientos a la calma

MADRID/BAGDAD, 22 Feb. (EP/AP) -

Un grupo de insurgentes --entre dos y cuatro, según distintas fuentes-- vestidos de militares detonaron hoy dos potentes bombas en el interior de la Mezquita Dorada, en la ciudad iraquí de Samarra, destrozando por completo su cúpula y desencadenando una oleada de protestas y violencia en todo el país, dejando al menos siete muertos, entre ellos un clérigo suní. Miles de chiíes desfilaron en diferentes ciudades y atacaron 25 mezquitas suníes, según políticos de esta facción religiosa.

La Mezquita de Askariya o Mezquita Dorada, en Samarra (95 kilómetros al norte de Bagdad) es una de de las más veneradas por los chiíes de Irak. Alberga las tumbas de dos imanes chiíes de los siglos XI y XII Ali al Hadi y Al Hasan al Askari y, según la tradición, está levantada en el lugar donde desapareció el imán Mehdi, hijo de Al Askari, en el año 878. Los fieles peregrinan al lugar para orar por su regreso.

Tras la explosión, miles de personas se congregaron en el lugar para reclamar justicia. "Pedimos una investigación para que los criminales que hicieron esto sean castigados. Si el Gobierno no lo hace, nosotros tomaremos las armas y los perseguiremos", declaró a AP uno de los manifestantes, Mahmud al Samarie, de 28 años.

TRES DIAS DE LUTO

El primer ministro de Irak, Ibrahim Jaafari, chií, compareció en directo en la televisión para declarar un luto nacional de tres días. El presidente, el kurdo Jalal Talabani, advirtió de que las acciones de los extremistas en Irak están empujando al país hacia una guerra civil. "Estamos afrontando una gran conspiración contra la unidad iraquí", afirmó Talabani. "Todos deberíamos unirnos para prevenir el peligro", apostilló en una intervención televisada.

Talabani condenó el ataque y pidió contención, afirmando que el acto buscaba sabotear las conversaciones sobre la formación de un gobierno de unidad nacional tras las elecciones del 15 de diciembre pasado. Por su parte, el primer ministro, Ibrahim al Jaafari, instó a todos los iraquíes a condenar el ataque e instó tanto a los líderes musulmanes como cristianos en el extranjero a "redoblar sus esfuerzos para ayudar al Gobierno iraquí a detener a estos saboteadores".

También el máximo líder de los chiíes de Irak, el gran ayatolá Ali Sistani, declaró una semana de duelo y apeló a mantener la calma. El radical chií Moqtada al Sadr acortó una visita a Líbano tras conocer el atentado.

Ningún grupo ha reivindicado la responsabilidad del ataque, pero se sospecha de grupos extremistas suníes como Al Qaeda en Irak que dirige el jordano Abu Musab al Zarqaui.

El Gobierno indicó en un comunicado que "varios sospechosos" han sido detenidos y algunos de ellos "podrían estar implicados en perpetrar el delito". Además, cinco agentes de Policía responsables de proteger la mezquita han sido puestos bajo custodia, indicó el jefe de los comandos de la Policía en Samarra, coronel Bashar Abdulá.

Los principales grupos suníes también se sumaron a la condena del ataque. Sin embargo, en algunas zonas chiíes de Bagdad y en otras ciudades de produjeron actos de protesta, y en el caso de Basora, milicianos chiíes realizaron disparos contra los guardias de la oficina del Partido Islámico Iraquí, suní.

En la ciudad santa de Nayaf, los comercios cerraron y alrededor de 1.000 personas recorrieron las calles enarbolando banderas iraquíes y gritando eslóganes religiosos.

SEIS MUERTOS EN BAGDAD

En el barrio chií de Sadr City, en Bagdad, miles de chiíes, militantes del Ejército de Mehdi, algunos de ellos con Kalashnikov, recorrieron las calles con proclamas antiestadounidenses y se produjeron enfrentamientos que dejaron seis suníes muertos. El capitán del Ejército Jassim al Wahash indicó que se ha desplegado a unos 500 soldados a los barrios suníes de Bagdad para evitar enfrentamientos entre suníes y chiíes.

Unas 3.000 personas se manifestaron en la ciudad chií de Kut, quemando banderas estadounidenses e israelíes. Mientras que en Samarra, ciudad en la que se produjo el ataque, miles de personas se concentraron en torno al templo, enarbolando banderas iraquíes y copias del Corán.

Asimismo, se produjo un tiroteo entre milicianos chiíes y guardias de un partido político suní en la ciudad chií de Basora (sur), donde murió tirotead un clérigo suní el jeque Shaker Shallal. En las afueras de la ciudad, decenas de chiíes armados atacaron el mausoleo que alberga la tumba de Talha bin Obeid-Allah, compañero del profeta Mahoma.

EEUU AYUDARA A LA RECONSTRUCCION

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, condenó el ataque, pidió moderación a todas las facciones y ofreció ayuda estadounidense para reconstruir la mezquita. "Los terroristas en Irak han demostrado que son enemigos de todas las confesiones y de toda la humanidad", dijo en un comunicado escrito.

Bush calificó el ataque de "crimen sin sentido contra la gente de fe" y pidió "a todos los iraquíes que muestren moderación ante esta tragedia y que hagan justicia conforme a las leyes y la constitución de Irak". "La violencia sólo contribuirá a lograr precisamente lo que los terroristas buscaban", añadió.

El presidente estadounidense ofreció la ayuda de su Gobierno para ayudar a Irak a identificar y llevar a los culpables a la Justicia y aseguró que "el pueblo americano se compromete a trabajar con el pueblo de Irak para reconstruir la Mezquita Dorada".