Crónica UE.- El voto y las competencias de la UE, grandes dificultades para renegociar el Tratado constitucional

Actualizado: lunes, 21 mayo 2007 19:03

Se estudia mantener el sistema de voto de Niza o retrasar las políticas comunes de inmigración o turismo hasta 2014

BRUSELAS, 21 May. (EUROPA PRESS) -

El rechazo de Polonia a que el Tratado constitucional de la UE cambie el sistema de voto del tratado de Niza por uno de doble mayoría y la reclamación de Países Bajos y también Reino Unido para reforzar el papel de los parlamentos nacionales con la posibilidad incluso de que éstos puedan vetar propuestas legislativas de la Comisión Europea son dos de las mayores dificultades que enfrentan los 27 países de la UE para tratar de llegar a un acuerdo sobre el documento final, que se espera para el Consejo Europeo de junio.

Fuentes diplomáticas indicaron que estos dos aspectos son parte de las reclamaciones, aún meramente orales, que han hecho los cinco Estados miembros a los que se reduce el número de países con "problemas" para aceptar el tratado constitucional tal y como lo acordaron y firmaron los socios europeos en 2004.

Los Estados miembros --a excepción de Francia, debido al cambio de presidencia de la República-- expusieron por primera vez en común sus puntos de vista el martes de la semana pasada en Berlín, donde la Presidencia alemana de la UE convocó a los negociadores de cada Gobierno europeo para tratar de dar salida a la crisis constitucional.

De momento, se distinguen claramente dos grupos: 22 países --formados por los 18 que ya han ratificado más Irlanda, Dinamarca, Suecia y Portugal-- que, aunque están conformes con el texto actual estarían dispuesto a modificarlo siempre que no sea "a cualquier precio", y los cinco países "con problemas": Francia, Reino Unido, Países Bajos, Polonia y República Checa.

Se da por entendido que el texto resultante no será un tratado constitucional, sino, como se ha hecho hasta ahora, un tratado que superará a los otros ya existentes. Las fuentes confirmaron la intención de la Presidencia alemana de salvaguardar hasta el 90% del texto actual. Será, indicaron, "un nuevo tratado que va a ser diferente al constitucional, irreconocible".

Explicaron que la postura de los primeros 22 países miembros consiste en ver primero qué cambios quieren los otros cinco antes de ponerse a discutir, teniendo en cuenta que el texto actual ya ha sido ratificado por dos tercios de los países de la UE. Asimismo, la negociación se ceñirá a los temas que creen problemas, pero no a su totalidad, y sólo se abrirán estos, entendiendo que sobre el resto hay consenso.

Para España es importante que el texto mantenga lo referente a la mayoría cualificada, la personalidad jurídica de la UE, la doble legitimidad del voto --Estados miembros y población--, se eliminen los pilares y se mantenga la figura del ministro "o como se le quiera llamar". También avances en justicia e interior y la cláusula de solidaridad. PROBLEMAS

Por lo que respecta a los otros cinco, las fuentes apuntaron que, en el caso de Francia, se sabe que París quiere "un tratado más corto y distinto", pero del que de momento no se conocen los detalles. Se espera saber algo más la semana que viene, cuando los "sherpas" franceses presenten sus propuestas a Berlín una vez pasadas las elecciones.

Polonia es el abanderado de la reclamación a favor de mantener el sistema de voto actual, según el Tratado de Niza, que reconoció a este país y también a España 27 votos, casi tanto como los 29 de Alemania, Reino Unido, Italia y Francia, frente al sistema de doble mayoría del Tratado constitucional, válido con el 55% de los Estados miembros que representen el 65% de la población.

Las fuentes se refirieron a la "confusa" posición de Polonia y también de República Checa, que apoya esta idea y que también pide que se clarifiquen la distribución de competencias y el papel de los parlamentos nacionales. Sin embargo, la postura de Praga se relaciona más como un apoyo a Polonia y las fuentes no esperan que sea un gran problema.

Varsovia sí puede serlo, sin embargo. Las fuentes señalaron que Polonia pide también ampliar la cláusula de solidaridad que se fijó para ataques terroristas y catástrofes naturales también al ámbito de la energía, algo con lo que el resto de Estados miembros no tendría mayor inconveniente.

La dificultad estribará en el sistema de voto y las fuentes dudaron que Varsovia vaya a dejarse convencer con la opción posible de que se mantenga el sistema de Niza hasta el año 2014 o con un reparto más favorable del número de eurodiputados en la nueva distribución de la Eurocámara que debe cerrarse en 2009.

PARLAMENTOS NACIONALES Por otra parte, están las dificultades que plantea para la negociación las reclamaciones de Reino Unido y Países Bajos, centradas en dotar a las instituciones nacionales de más poder y restárselo a la UE.

Según las fuentes, Londres insiste en su oposición en abandonar la unanimidad a favor de la mayoría cualificada para tomar decisiones en el campo de justicia e interior, quiere clarificar las competencias de los parlamentos nacionales y que la carta de derechos fundamentales sea excluida del tratado.

Este tercer punto también lo reclama Países Bajos, que también pretende que los parlamentos nacionales tengan la denominada "tarjeta roja", la potestad de que una mayoría parlamentaria obligue a la Comisión Europea a retirar propuestas legislativas, una condición que, según las fuentes, no aceptan los 22 Estados miembros que apoyan el texto actual.

En su reclamación de clarificación del reparto de competencias La Haya también alude a la "cláusula de la doble vía", que al traspaso de competencias nacionales a la UE añade el paso inverso, la nacionalización de ciertas políticas.

Asimismo, Países Bajos y Reino Unido están unidos en su intención de limitar el derecho comunitario al nacional, eliminando el artículo 6.

Con respecto a algunas de estas dificultades, las fuentes señalaron que la Presidencia alemana baraja la alternativa de retrasar la aplicación de las políticas comunes como inmigración, justicia e interior, turismo, energía o política exterior, aunque los países que lo deseen podrán ratificarlas e iniciar una cooperación reforzada en estos temas.

En este escenario, las fuentes subrayaron que se trata de "una negociación muy delicada, muy complicada" y advirtieron de que "nos queda poco tiempo" hasta el Consejo Europeo del 21 y 22 de junio. Allí se espera que los jefes de Estado y de Gobierno firmen el acuerdo político con todos aspectos cerrados, de manera que la conferencia intergubernamental que se iniciará después no tenga más que convertir ese acuerdo político en términos jurídicos.

Hasta entonces, continúan los contactos entre los representantes nacionales con la Presidencia y entre éstos mismos --por ejemplo, esta semana los polacos visitarán Madrid-- y también al más alto nivel. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, recibirá el 31 de mayo al francés, Nicolas Sarkozy, y las fuentes indicaron que se trabaja con la Presidencia alemana para cerrar una visita de Zapatero a Berlín, preferiblemente una semana antes del Consejo Europeo.