El deterioro de la disponibilidad y la calidad del agua pone en peligro la cesta de alimentos de los niños asiáticos

Programa de World Vision en Camboya
Programa de World Vision en Camboya - WORLD VISION
Actualizado: domingo, 12 noviembre 2023 22:59

MADRID, 4 Nov. (Por Grana Pu Selvi, asesora técnica de World Vision de Salud y Nutrición en Asia
Oriental) -

Más de 3.200 millones de personas viven en zonas agrícolas que sufren una escasez de agua muy alta y frecuentes sequías. También se calcula que una sexta parte de la población mundial vive en zonas agrícolas con graves restricciones de agua.

El agua es la base de nuestra alimentación y desempeña un papel vital en la producción de alimentos y la seguridad alimentaria. Sin agua, no se pueden producir alimentos. Las sombrías estadísticas ponen el foco en la región de Asia y el Pacífico, que lidia con la crisis del agua y alberga al 52% de las personas desnutridas del mundo. Además, 460 millones de personas sufren una grave inseguridad alimentaria en la región. La cifra es peor en el caso de los niños y niñas, donde casi 75 millones sufren retraso en el crecimiento y casi el 10% de los menores de cinco años padecen emaciación. La falta de agua desempeña un papel importante en estas espeluznantes estadísticas.

En Asia Oriental, el cambio climático, que exacerba el panorama de riesgo de catástrofes de los países de la región, ha afectado aún más a la disponibilidad de agua. En 2020, Tailandia experimentó una grave sequía que provocó escasez de agua y problemas de calidad, lo que condujo a una disminución de la producción agrícola que afectó negativamente a la economía, con una pérdida económica de 1.400 millones de dólares.

Mongolia, en 2021, fue testigo de un aumento de la temperatura de 2°C que provocó un descenso de la producción agrícola, la desecación de las masas de agua superficiales y la pérdida de ganado. En Camboya, aunque la agricultura es mayoritariamente de secano, las instalaciones de regadío aún no son resistentes al clima, lo que dificulta que los hogares puedan soportar sequías o inundaciones. La población del delta del río Mekong, en Vietnam, que se dedica sobre todo al cultivo de arroz, es ahora más vulnerable a las cambiantes condiciones climáticas y a la degradación del medio ambiente. Las comunidades que viven en las zonas costeras se enfrentan a importantes amenazas para su sustento y sus medios de vida debido a la subida del nivel del mar y a las frecuentes mareas de tempestad.

Una de las soluciones para mitigar los riesgos de estos cataclismos es integrar la reducción del riesgo de catástrofes y la adaptación al cambio climático en una programación humanitaria y de desarrollo que garantice la sostenibilidad. La acción anticipatoria cambia las reglas del juego, ya que reduce el impacto de los peligros antes de que se produzcan o se dejen sentir, con el fin de mitigar la vulnerabilidad de la infancia y las comunidades a los fenómenos meteorológicos extremos.

También es fundamental la transición a energías limpias, la adopción de prácticas energéticamente eficientes y la promoción de soluciones basadas en la naturaleza para gestionar de forma sostenible los recursos naturales con el fin de apoyar la resiliencia de las comunidades. Pero todo ello tiene un coste y requiere nuestra atención. Colectivamente, podemos marcar la diferencia para construir un mundo en el que todos los niños y niñas disfruten de suficientes alimentos nutritivos y agua potable para que puedan prosperar.

World Vision en Asia Oriental, a través de sus programas integrados y sostenibles, ha ayudado a más de 900.000 personas, incluidos más de 360.000 niños y niñas. Promovemos prácticas agrícolas sostenibles, la gestión de los recursos naturales, la diversificación de los medios de vida y el empoderamiento de las comunidades mediante el desarrollo de prácticas agrícolas adaptadas al clima. En contextos de escasez de agua aplicamos un enfoque múltiple que incluye técnicas como la gestión del agua, prácticas de microrriego, el uso de variedades resistentes a la sequía junto con técnicas de cultivo apropiadas para garantizar una agricultura sensible al clima y una mejor productividad de los cultivos.