Irak.- Nuri Al- Maliki afronta los preparativos de su reunión con Bush entre críticas de líderes chiíes y suníes

Actualizado: domingo, 26 noviembre 2006 1:34

BAGDAD, 26 Nov. (EP/AP) -

El primer ministro chií de Irak, Nuri Al- Maliki, un país que se enfrente a una creciente oleada de violencia sectaria, está haciendo frente a las continuas críticas procedentes de los líderes chiíes y suníes mientras prepara su cumbre con el presidente estadounidense George W. Bush de la próxima semana.

El sábado, un prominente líder suní advirtió a los gobiernos árabes y a la comunidad internacional que la creciente escalada de violencia sectaria se extenderá a lo largo de Oriente Medio a menos que retiren su apoyo al gobierno chií encabezado por Nuri Al-Maliki.

"Hago un llamamiento a los estados árabes, a la Liga Árabe y a las Naciones Unidas para que detengan a este gobierno y le retiren su apoyo", indicó el jeque Harith al-Dhari, que encabeza la Asociación de Eruditos Musulmanes.

La semana pasada, el Ministerio del Interior iraquí emitió una orden para arrestar a Al-Dhari bajo los cargos de incitar con sus comentarios a la violencia y al terrorismo.

Políticos chiíes leales al clérigo antiestadounidense Muqtada al-Sadr también han amenazado con boicotear al Parlamento y al gabinete si Al-Maliki sigue adelante con su reunión en Jordania los próximos miércoles y jueves. El bloque político, conocido como Sadristas, es un bastión de apoyo para Al-Maliki.

Por su parte, el legislador sadrista Qusai Abdul-Wahab culpó a las fuerzas de Estados Unidos por el letal ataque del jueves contra Sadr City, acusándolas de no haber proporcionado la seguridad necesario. Insurgentes suníes mataron a 215 personas en la barriada chií con morteros y cinco coches bomba en el ataque más letal en lo que va de la guerra.

Cuando el vicepresidente estadounidense Dick Cheney viajó el sábado al vecino país suní de Arabia Saudí en busca del apoyo del rey Abdulá para ayudar a que Irak regrese a la calma, la violencia sectaria de este país se dejó sentir en la provincia de Diyala, al norte de Bagdad, donde hombres armados irrumpieron dentro de hogares chiítas y mataron a 21 personas frente a sus parientes, según informó la Policía.

Asimismo, fuerzas estadounidenses e iraquíes también mataron a 58 insurgentes durante combates en la misma región.

El Gobierno de Irak se ha visto imposibilitado de evitar ataques en represalia efectuados por milicias chiíes e insurgentes suníes, pese al toque de queda de 24 horas que impuso la noche del jueves a los cerca de seis millones de habitantes de la ciudad de Bagdad. También prohibió todos los vuelos comerciales en el aeropuerto internacional de la ciudad.