ROMA, 20 May. (De la corresponsal de EUROPA PRESS, G. Moreno) -
Los servicios de basuras de Nápoles han logrado reducir un poco las montañas de desperdicios acumuladas en las calles de la ciudad, donde todavía quedan unas 2.900 toneladas frente a las 3.500 de ayer y a las 5.100 cuantificadas el pasado sábado.
Si se mantiene este ritmo, el dispositivo especial que ha sido activado para hacer frente a la emergencia podría dejar limpia la ciudad antes de este fin de semana. Aun así, la situación seguirá siendo crítica en las localidades de la provincia.
La lluvia que ha caído sobre la ciudad ha hecho disminuir el número de incendios, que son los que provocan los mismos vecinos para terminar con el mal olor que se desprende de las basuras. Aun con todo, los bomberos tuvieron que intervenir en unas 40 ocasiones.
Por su parte, el presidente de la organización de médicos de Nápoles reiteró su llamamiento a "no bajar la guardia" ante los riesgos sanitarios que conllevan la acumulación de las basuras y, todavía más, su quema.
Precisamente mañana, el recién nombrado primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi, acudirá a Nápoles para presidir el primer Consejo de Ministros de la legislatura.
Antes de ganar las elecciones, 'Il Cavaliere' se había comprometido a ello para evidenciar su compromiso con la ciudad de Nápoles y sus numerosos problemas, muchos de los cuales están ligados a la criminalidad organizada, denominada Camorra.
El pasado fin de semana volvió a encenderse la crisis de las basuras, que dura desde las pasadas Navidades. Su origen directo es la falta de vertederos, aunque en realidad es la Camorra la que se opone a su construcción como método para controlar el territorio y mantener en sus manos el negocio de la eliminación ilegal de desperdicios.
