Kenyatta asegura que su país cumplirá sus "obligaciones internacionales" si se basan en "la reciprocidad"

Actualizado: martes, 9 abril 2013 17:55

NAIROBI, 9 Abr. (Reuters/EP) -

El presidente keniano, Uhuru Kenyatta, que está imputado por crímenes contra la Humanidad por el Tribunal Penal Internacional (TPI), ha asegurado este martes que su país cumplirá sus "obligaciones internacionales" si se basan en la "reciprocidad".

En respuesta a los países occidentales que han emplazado a Kenyatta a cooperar con el TPI, Kenyatta ha subrayado que, durante su mandato, Kenia "se esmerará en cumplir sus obligaciones internacionales, siempre que estén fundadas en principios bien establecidos de respeto y mutuo y reciprocidad".

Kenyatta ha jurado este martes el cargo delante de miles de ciudadanos kenianos sosteniendo la misma Biblia que usó su padre, Jomo Kenyatta, primer presidente de Kenia. Cerca de una docena de líderes africanos han asistido al evento. Por su parte, Estados Unidos y la Unión Europea han enviado embajadores para que asistan a la toma de posesión.

El pasado sábado 30 de marzo, el Tribunal Supremo keniano dictaminó por unanimidad que los comicios presidenciales del 4 de marzo, que otorgaban a Kenyatta el 50,07 por ciento de los votos, pocos más de los necesarios para evitar una segunda vuelta, habían sido libres, justos y creíbles.

Poco después de este anuncio, el primer ministro saliente, Raila Odinga, efectuó unas declaraciones en las que aceptaba el veredicto dictado por el Tribunal Supremo del país. "El Tribunal ha hablado, y aunque algunos no estamos de acuerdo con la decisión, debemos seguir adelante", declaró, antes de transmitir un mensaje de apoyo a Kenyatta. "Deseo lo mejor a Kenyatta y a su equipo", añadió.

Tanto el presidente electo como su candidato a la Vicepresidencia, William Ruto, han sido acusados de crímenes contra la Humanidad por el Tribunal Penal Internacional (TPI) por haber orquestado los enfrentamientos étnicos que siguieron a las elecciones presidenciales de 2007, que se cobraron la vida de unas 1.200 personas.