BEIRUT, 21 Jul. (Reuters/EP) -
Fuerzas kurdas y facciones islamistas asociadas a Al Qaeda comienzan a cumplir algunos de los principales puntos del acuerdo de alto el fuego por el que ponen fin a las hostilidades en la ciudad siria de Tel Abyad (en el norte del país), escenario de un conflicto relativamente separado de la guerra civil entre partidarios y opositores al régimen de Damasco, que pone no obstante de relieve la compleja realidad del país.
Las milicias kurdas han anunciado así la liberación del dirigente del Estado Islámico de Irak y Sham (EIIS) Abú Musab y esperan que a cambio el grupo ponga en libertad a cientos de kurdos que el grupo ha tomado como rehenes, como medida de presión.
Los kurdos forman una comunidad semiautónoma que simpatiza con los rebeldes a pesar de que han recibido concesiones del Gobierno de Damasco para mantener su independencia. Desde el inicio del conflicto, los kurdos luchan para conservar su territorio, que se encuentra en puntos fronterizos estratégicos, frente a los islamistas y amenazados por la presión de Turquía.
En el caso de Tel Abyad, donde viven más de 12.000 personas, los enfrentamientos comenzaron cuando las fuerzas del EIIS se presentaron para exigir a la población y a las milicias del Frente Kurdo obediencia a Abú Musab. Los kurdos rechazaron el ultimatum, a pesar de la campaña de secuestros iniciada por los islamistas, que apresaron a los familiares de varios combatientes del Frente.
En respuesta, fuerzas kurdas arrinconaron al propio Musab en su domicilio, donde el líder islamista guardaba explosivos que amenazó con hacer estallar si los milicianos conseguían entrar en el lugar.
Otros grupos rebeldes de la zona consiguieron negociar una tregua no sin antes registrarse nuevas escaramuzas entre facciones kurdas y miembros del Frente Al Nusra, otra facción islamista que ha declarado su lealtad a Al Qaeda, en un enfrentamiento registrado en las últimas horas y que ha dejado un número indeterminado de heridos.
