Al Maliki y Estados Unidos "firman la paz" en un nuevo fin de semana de violencia militar y sectaria

Actualizado: domingo, 29 octubre 2006 19:53


BAGDAD, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -

La administración Bush y el primer ministro iraquí, Nouri Al Maliki han limado asperezas después de que éste afirmara que "no es el hombre de América en el país", mientras que la jornada de hoy ha registrado nuevos actos de violencia entre los que se incluye un atentado frustrado contra el primer ministro, en el que resultó herido uno de sus guardaespaldas.

Así, se establece un respiro en el intercambio intenso de reproches entre Estados Unidos y Al Maliki, que la semana pasada cuestionó en cuatro ocasiones el manejo estadounidense de la guerra.

Al Maliki expresó su molestia ante una declaración del embajador estadounidense en Irak que anunció la presunta aceptación del primer ministro a un plan de Estados Unidos para fijar plazos en las acciones destinadas a sofocar la violencia en Irak.

En una videoconferencia con el presidente George W. Bush organizada de improviso el sábado, Al Maliki dijo que el mandatario estadounidense ofreció actuar con rapidez para entregar el control pleno del ejército iraquí al Gobierno de Irak.

"Es la oportunidad de Al Maliki de conseguir lo que desea. Es una oportunidad de al Maliki para forzar un mejor acuerdo para él mismo", dijo Hassan al Suneid, consejero allegado al primer ministro, en declaraciones a AP.

Al Suneid señaló que la videoconferencia fue solicitada porque se requería tratar ciertos asuntos a un nivel superior al del embajador estadounidense Zalmay Khalilzad, un suní nacido en Afganistán, de quien Al Maliki considera, según algunas fuentes cercanas, que recibe un trato inadecuado.

"El embajador estadounidense no es Paul Bremer (en referencia al ex administrador estadounidense en Irak)", dijo Al Maliki, citado por al-Suneid. También según al-Suneid, el primer ministro dijo que "Khalilzad no debe comportarse como Bremer, sino como embajador".

Según Al Suneid, el primer ministro manifestó a Khalilzad que "soy amigo de Estados Unidos, pero no soy el hombre de Estados Unidos en Irak".

La respuesta estadounidense no se hizo esperar. Tras la videoconferencia del sábado, el portavoz de la Casa Blanca Tony Snow insistió en que Al Maliki no era el hombre de Estados Unidos en Irak. "Estados Unidos está allí con el papel de ayudarlo. El es el primer ministro, es el líder del pueblo iraquí".

VIOLENCIA EN EL PAÍS

Una procesión de iraquíes hacia la ciudad más sagrada del Islam, La Meca, fue atacada el domingo por hombres armados que mataron a un peregrino, mientras las fuerzas de Estados Unidos informaron de que habían acabado con la vida de 17 insurgentes que se preparaban para emboscar a una columna estadounidense.

Los peregrinos viajaban al sur hacia Bagdad, a unos 25 kilómetros de la ciudad de Bacquba. En el trayecto fueron atacados por hombres armados no identificados, según una portavoz de la Oficina de Relaciones Públicas e Información de la provincia de Diyala. Ese tipo de agresiones suele ser una extensión de la violencia sectaria que tiende a crecer entre chiíes y suníes.

También en Bacquba, un grupo de hombres armados no identificados mataron a dos policías en un intersección céntrica alrededor del mediodía, dijo un funcionario de la ciudad que pidió el anonimato en cumplimiento con las normas de seguridad que protegen la identidad de los policías.

El mando militar de Estados Unidos en Irak dijo que sus efectivos respondieron la madrugada del domingo a dos ataques de insurgentes cerca de Balad, 80 kilómetros al norte de Bagdad. Durante el contraataque, los aviones de combate estadounidenses mataron a tres presuntos insurgentes en una primera operación y a otros 14 en una segunda acción apoyada por fuerzas terrestres, añadió.

"A pesar de los intentos de emboscada de los terroristas, las fuerzas de la coalición (internacional en Irak) continuaron su operación con éxito y detuvieron a tres supuestos terroristas", indicó el mando militar en un comunicado.

Al mismo tiempo, soldados iraquíes y estadounidenses cercaron la localidad de Hawiya, 265 kilómetros al norte de Bagdad, y realizaron registros en busca de hombres armados que dispararon contra patrullas, dijo el general Sarhat Qadir, de la Policía de Kirkuk. En la zona existe un gaseoducto importante que va de los yacimientos petroleros de Kirkuk hacia Turquía y que ha sido objeto de frecuentes ataques de insurgentes.

En Diwaniya, a 130 kilómetros al sur de Bagdad, hombres armados tampoco identificados mataron a tiros a un traductor de las fuerzas estadounidenses en las afueras de un restaurante la noche del sábado, dijo el teniente Ra'ed Jabr.

ATENTADO CONTRA VEHÍCULOS OFICIALES

Hombres armados hirieron hoy de gravedad a uno de los guardaespaldas del primer ministro Nouri al Maliki tras disparar contra un convoy oficial en el que no se encontraba el dirigente, según indicó un portavoz del Gobierno.

El ataque se produjo cuando los coches atravesaban el conflictivo barrio de Al Rashad, en el sureste de la capital, señaló el portavoz Ali al Dabbagh. Por el momento, se desconoce el estado de salud del guardaespaldas.

HRW DENUNCIA A LOS ESCUADRONES DE LA MUERTE

La violencia sectaria que asola Irak no ha pasado desapercibida para la ONG Human Rights Watch. En su último informe, HRW insta al Gobierno iraquí a presentar cargos contra todos los funcionarios del ministerio del Interior implicados en los "escuadrones de la muerte" que atacan a la población civil, sobre todo en la capital, según cita la agencia de información de Naciones Unidas, IRIN.

"Las pruebas sugieren que las fuerzas de seguridad iraquíes están involucradas en están implicadas en estos crímenes horribles, y hasta ahora el Gobierno no les ha hecho responsables", señaló Sarah lee Whitson, directora de la división de Oriente Próximo de la organización. "El Gobierno iraquí debe dejar de dar protección a las fuerzas de seguridad responsables de estos secuestros, torturas y asesinatos", indicó.

La violencia sectaria entre la mayoría chií y los suníes en Irak se ha incrementado progresivamente desde el atentado en febrero contra la Mezquita Dorada de Samarra, uno de los lugares de oración más reverenciados por la comunidad chií.

Desde entonces, fuentes locales e internacionales han denunciado que miles de iraquíes han sido asesinados y que cerca de 365.000 se han visto obligados a abandonar sus hogares, según cifras recogidas por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

El portavoz del Ministerio del Interior, Abdul Karim Jalaf, ha señalado que tanto el Ministerio como el Consejo Judicial Supremo han comenzado a investigar a todos los funcionarios sospechosos de colaborar en la violencia sectaria. "Aquellos que cometieron estos crímenes serán castigados en su totalidad, y el Ministerio no dudará en condenar a cualquiera que haya cometido algún delito", señaló el portavoz.