El ministro de Bolsonaro Ernesto Araujo dice que Lula lleva a Brasil al autoritarismo de la Agenda 2030

Archivo - El exministro de Asuntos Exteriores de Brasil Ernesto Araujo.
Archivo - El exministro de Asuntos Exteriores de Brasil Ernesto Araujo. - Europa Press/Contacto/Marcelo Chello - Archivo
Publicado: miércoles, 20 septiembre 2023 20:51

Araujo asegura que Bolsonaro está siendo perseguido políticamente en Brasil y defiende su legado como un intento de alcanzar una posición propia y soberana

Cree que actualmente no hay nadie capaz de encabezar políticamente en Brasil lo que representa Bolsonaro

MADRID, 20 Sep. (EUROPA PRESS) -

Ernesto Araujo, exministro de Asuntos Exteriores de Brasil con Jair Bolsonaro, ha advertido de que el nuevo Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva conduce al país hacia una deriva "autoritaria" de la mano de Rusia y China, y al amparo de una Agenda 2030 que, asegura, no recoge conceptos como libertad.

"Se necesita rescatar la vocación de nación, que es lo que significa Brasil, cuál es su especificidad, su misión, qué significa la personalidad del pueblo brasileño, que quiere libertad, que impugna cualquier tipo de control", ha dicho en una conversación con periodistas en la sede de la fundación Disenso, en Madrid.

Araujo ha incidido en todo momento en la falta de libertad que, a su juicio, existe en Brasil, y de la cual ha sido víctima el periodo en el que Jair Bolsonaro estuvo al frente del país, que además sufrió en todo momento una campaña de desprestigio basado en su supuesto sesgo antidemocrático y antimedioambiental.

Sostiene que la izquierda dispone de todo un entramado social y mediático, que no solo ha provocado esa mala imagen de Bolsonaro y sus políticas, sino que también ha logrado aupar de nuevo a una "oligarquía política basada en la corrupción" y atada "al narcotráfico, al crimen organizado y al terrorismo".

CRITICAS AL MULTILATERALISMO

Araujo también ha cuestionado el papel que el Gobierno de Lula ha estado reivindicado para Brasil, como un país mediador y apegado a corrientes alternativas basadas en la igualdad en la toma de decisiones globales, y rechaza esa idea que el país haya tenido nunca ese protagonismo que ahora quiere recuperar.

"Era un protagonismo de leer en una pantalla un mensaje dado por otros, era llegar a una conferencia y decir lo que era políticamente correcto en ese momento", ha desdeñado el exministro de Exteriores, para quien ese multilateralismo defendido por el Gobierno de Lula no es más que "el liderazgo de hacer lo que otros quieren".

"Lo que intentamos fue tener una posición propia, una posición de soberanía, de acuerdo a una expresión soberana del pueblo brasileño", ha defendido Araujo el legado de un Bolsonaro, al que ha colocado como víctima de una persecución política en Brasil, ahora que se encuentra acosado por varias investigaciones judiciales.

"Trabajamos por la libertad. Uno mira la agenda 2030, no hay libertad ahí. Bueno, hay cosas importantes, como el agua potable, etc, pero lo fundamental para una sociedad que es la libertad no está", ha asegurando, afirmando al mismo tiempo que la libertad de conciencia, de expresión, o de religión, "se ha perdido".

"Si uno dijera hace treinta años que tendríamos a China, país totalitario comunista, que tendríamos como modelos de un sistema multilateral a Cuba, Irán, (...) nadie se lo creería", ha afirmado.

Araujo ha señalado que el mandato de Bolsonaro tuvo que hacer frente a una serie de "consensos internacionales" que a su juicio no era más que formas de imponer una serie de normas y valores "sin que hubieran pasado por un congreso nacional" y ha puesto como ejemplo, las legislaciones por el aborto.

BOLSONARO, VÍCTIMA DE PERSECUCIÓN

En el plano nacional, Araujo ha asegurado que existe un plan para perseguir políticamente a Bolsonaro, más después de los ataques a las instituciones del 8 de enero, hechos con los que ha especulado cuando ha deslizado la posibilidad de que hubiera infiltrados de la izquierda en aquellos episodios violentos, así como una "inercia deliberada del Gobierno de Lula de dejar que eso aconteciera".

"Como una operación deliberada de desacreditar a la derecha", ha elucubrado Araujo, al mismo tiempo que ha lamentado que aquellos hechos hayan "deslegitimado" la movilización popular a la que se deben los cambios que años atrás se lograron, citando el 'impeachment' contra la expresidenta Dilma Rousseff o el ascenso del propio Bolsonaro, como algunos de ellos.

Asimismo, ha lamentado que aquellos actos, a su juicio, no han sido medidos de igual forma que otras "manifestaciones muy violentas de grupos de izquierda", por ejemplo en 2017, cuando "quemaron dos ministerios y no pasó prácticamente nada".

"Dos o tres tipos tuvieron penas muy, muy blandas. Ahora se dan penas durísimas a tipos que participaron en esa invasión, penas más duras que las que se dan a narcotraficantes, a asesinos. De 17 años, con 15 años en régimen cerrado, eso es mucho en Brasil. No hay un sentido de justicia imparcial", ha dicho.

Ese supuesto sentimiento de imparcialidad, ha subrayado, es lo que ha hecho a mucha gente desconfiar de las instituciones y ha justificado como una "señal de desesperación" las peticiones de una intervención militar que desde muchas concentraciones en favor de Bolsonaro se hacían tras su derrota en las urnas.

"Lo que pasó el año pasado no han sido unas elecciones normales, donde un partido sucede a otro, ha sido la consolidación de un régimen que no es democrático, que es democrático solamente en apariencia (...) la parcialidad de la justicia electoral en contra de Bolsonaro durante toda la campaña se ha visto clarísimamente y la percepción es que las leyes se aplicaban de diferente manera según la orientación política", ha valorado.

"Yo creo que una parte muy grande de la población de Brasil sintió que no había legitimidad en esa situación, después de que ganase Lula las elecciones. No había legitimidad, aunque hubiera legalidad", ha incidido.

SIN REEMPLAZO PARA BOLSONARO

A pesar del desprestigio que ha sufrido Bolsonaro y que ha sido inhabilitado para futuros procesos electorales debido a sus cuentas pendientes con la Justicia, su imagen sigue siendo muy codiciada debido a su todavía filón político para aquellos que, al amparo del bolsonarismo, aspiran a unas elecciones.

En ese sentido, Araujo ha destacado que "bolsonaristas siempre seguirá habiendo", pero "la cuestión es saber si existe una fuerza que represente lo que Bolsonaro representó en 2018" durante sus primeras presidenciales.

"Por el momento creo que no hay nadie que pueda reemplazar a Bolsonaro como una figura antisistema. Las personas de las que se habla, Michelle Bolsonaro o Tarcísio de Freitas, gobernador de Sao Paulo, en grados distintos, están muy involucrados en el sistema. Serían candidatos de la derecha, pero de una derecha dentro del sistema, y no de una que quiere realmente cambiar el sistema político", ha opinado.

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