La minoría chií plantea la renuncia de Al Jaafari como única solución a la crisis del Gobierno iraquí

Actualizado: domingo, 16 abril 2006 2:05


BAGDAD, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -

Varios miembros de la minoría chií sugirieron este sábado que la fórmula que ponga fin al estancamiento en el que se encuentra la vida política iraquí desde la celebración de elecciones el pasado mes de enero podría pasar por apartar al primer ministro Ibrahim Al Jafaari del Gobierno en favor de otro candidato del partido chií Dawa.

Uno de los posibles candidatos podría ser Abdul Mahdi, que quedó a tan sólo un voto de Al Jaafari en las elecciones primarias de febrero, aunque el Concilio Supremo para la Revolución Islámica en Irak -principal formación chií- ya ha anunciado que no apoyará su candidatura.

Por su parte, la oposición suní y kurda continúa sin contribuir a los esfuerzos por formar un nuevo Gobierno de unidad cuatro meses después de la celebración de elecciones parlamentarias. Funcionarios chiíes reciben la presión de Estados Unidos, Reino Unido y su propia cúpula de cara a la urgente necesidad de formar el nuevo Gobierno.

El viernes, representantes de los bloques políticos principales acordaron la creación de un comité de seis miembros encargado de elegir los nombres de los candidatos para los puestos de presidente, vicepresidente y primer ministro, informó Mahmoud Othman, legislador kurdo.

"Los miembros del comité estudiarán y discutirán los nombres, llevarán a cabo su elección y entonces los presentará a la cabeza de los bloques esta noche o mañana," Othman dijo el sábado. "El objetivo será elaborar una lista de nombres", añadió.

Miembros chiíes indicaron que asistirán a la sesión del lunes incluso en caso de que no se alcance un acuerdo en torno a todos los nombres. Sin embargo, algunos rumores apuntaban hoy a que la sesión deberá ser aplazada en caso de que el problema Al Jaafari no se haya resuelto.

"Si llegamos a un acuerdo, entonces será un paso bueno," dijo por su parte Al Attiyah Khalid, un político chiíta independiente. "Si no, presentaremos una propuesta para aplazar la sesión del Parlamento en dos o tres días", añadió.

En una entrevista publicada este viernes con una cadena de televisión británica, Al Jaafari insistió en que no abandonará su puesto. "Es la elección legítima y democrática," indicó al canal Noticias 4.

Paralelamente, una de las principales figuras del Concilio Supremo para la Revolución Islámica, Al Qubanji Sadraldin, reiteró hoy su apoyo a Al Jaafari durante una rueda de prensa. "La alianza todavía no ha elegido a su candidato oficial," indicó Qubanji, predicador en la mezquita del imán Alí en Najaf.

Asimismo, el político rechazó cualquier intervención extranjera sobre los asuntos internos de Irak. "Nosotros negamos cualquier interferencia externa en la formación de la política iraquí", dijo.

La falta del progreso político cuatro meses después de la celebración de elecciones parlamentarias ha agudizado las divisiones sectarias en Irak y ha fomentado una oleada de violencia que todavía hoy amenaza con empujar al país a una guerra civil a gran escala.

NUEVOS ATENTADOS

Por otro lado, al menos cinco civiles resultaron muertos hoy por al explosión de un coche bomba junto a un restaurante en el este de Bagdad. Además, el atentado causó heridas a unas 25 personas, entre ellas cuatro policías.

El ataque, cuyo objetivo era aparentemente el restaurante, se suma a otros ataques perpetrados en Bagdad, Faluya y Basora y que dejaron un saldo de al menos otros cinco muertos, según informaron fuentes militares y policiales.

El suceso más grave se produjo en Bagdad, donde explotó una bomba al paso de una patrulla del Ejército iraquí, en el barrio meridional de Dora, matando a tres soldados e hiriendo a otros tres. En Basora, en el sur del país, cuatro hombres armados mataron al director de la Policía de tráfico cuando se dirigía al trabajo.

Por otro lado, al menos un civil murió y otros dos quedaron heridos en combates entre la insurgencia y el Ejército en Faluya, 65 kilómetros al oeste de Bagdad. La ciudad, un antiguo bastión de la insurgencia hasta que Estados Unidos lanzó un ataque masivo en noviembre de 2004, está ahora controlada por fuerzas iraquíes y estadounidenses.