Mueren cinco militares estadounidenses en dos ataques terroristas en Irak

Actualizado: jueves, 18 mayo 2006 18:49


BAGDAD, 18 May. (EUROPA PRESS) -

Cuatro soldados estadounidenses y su intérprete iraquí murieron hoy por la explosión de una bomba al paso de su vehículo en una carretera a la altura del noroeste de Bagdad, según informó el Ejército norteamericano, que, poco antes, había anunciado el fallecimiento de un marine estadounidense en la provincia de Anbar, en el oeste de Irak, considerado como el centro de la insurgencia suní. Por el momento se desconocen las identidades de las víctimas y los detalles sobre ambos ataques.

Estas muertes elevan a al menos 2.455 el número de miembros del Ejército estadounidense que han perdido la vida desde el inicio de la guerra en Irak en marzo de 2003, según un recuento de AP.

Además, otras 18 personas perdieron la vida en una serie de ataques registrados hoy en las dos principales ciudades de Irak, mientras se dan los últimos retoques a la formación de un Gobierno de unidad nacional.

15 DEPORTISTAS SECUESTRADOS

Hombres armados detuvieron un minibús en el suroeste de Bagdad y mataron a los ocho iraquíes que viajaban a bordo, mientras que 15 deportistas que practican taekwondo fueron secuestrados cuando se dirigían a un campamento de entrenamiento de la vecina Jordania, según la Policía.

Las víctimas del ataque en la capital son siete mecánicos que se dirigían a trabajar y su conductor. Los asaltantes ordenaron a todos que salieran del vehículo, en una zona remota del suroeste de Bagdad y les abatieron uno a uno, según el teniente de Policía Maithem Abde-Razaq.

Además, en el barrio de Waziriya, en el norte de la capital, un coche aparcado explotó cerca de una patrulla de la Policía esta mañana, matando a tres agentes y cinco civiles, e hiriendo a otras nueve personas, informó el teniente coronel Falah al Mohamadawi.

Por otra parte, el secuestro de los deportistas se produjo ayer en una carretera entre las ciudades de Faluya y Ramadi, una de las zonas más peligrosas del país. Las víctimas eran miembros de un club deportivo privado que esperaba poder enviar algún día a los atletas a los Juegos Olímpicos.

"Estamos negociando con los secuestradores que piden 100.000 dólares de rescate. Estamos haciendo todo lo posible para garantizar su liberación", señaló Jamal Abdel Karim, un responsable del Comité Olímpico Iraquí, que supervisa los equipos deportivos profesionales y aficionados.

Mientras, en Mosul, 360 kilómetros al noroeste de Bagdad, fuerzas iraquíes y estadounidenses abatieron a tres insurgentes e hirieron a otros diez en dos enfrentamientos ayer, según informó el mando militar norteamericano.

Por otra parte, fue destruido con explosivos un pequeño templo suní cerca de la violenta ciudad de Baquba, en una aparente represalia ocurrida apenas una semana después de que fueran dañadas gravemente seis mezquitas chiíes en una zona donde conviven ambos grupos y en la que hay fuertes tensiones. Nadie resultó herido en los ataques y todos los centros religiosos afectados eran pequeños, a veces del tamaño de una habitación.

Ayer, el primer ministro designado, Nuri al Maliki, adelantó que presentará su gabinete este fin de semana, en la primera señal de que el país podría poner fin a semanas de disputas para la formación de un nuevo Gobierno, en un proceso que se inició el pasado diciembre con la elección del nuevo Parlamento.

Se espera que compartir el poder de manera exitosa entre los mayoritarios chiíes y las minorías suní y kurda permita sanar el sectarismo que ha generado la ola de violencia que ha barrido Irak desde la invasión encabezada por Estados Unidos hace tres años y permita el regreso a su patria de los 130.000 soldados norteamericanos en el país.

Sin embargo, continúa el diálogo sobre el control de los importantes Ministerios del Interior y Defensa, que manejan la Policía y el Ejército. Sin un acuerdo, no se puede esperar una solución al conflicto entre chiíes y suníes.